DnænsrDAD uNcüísucA EN sr lhnú pRrcoloNr¡.rt
'Willem
F.
H.
Adelaar Universidad de Leiden, Holanda1.
INrnoouccróN
Las lenguas indígenas
del
Perú existentesal momento
dela
invasión europea fue-ron el producto de
procesoshistóricos milenarios sumamente diversos,
cuyas particularidades solo se dejan entrever en términosmuy
generales. Si es cierto que el investigador moderno dispone de informaciones parciales e incidentales, extraídas de las observaciones e impresiones de administradores coloniales, cronistas historiadoresy
miembros de congregaciones religiosas, esimportante
recordar que esros primeros observadores eran recién llegados aun mundo
nuevoy
desconocido, cuya diversi-dad y complejidad
todavíano
eran capacesde
comprender plenamenre. Además, sus afirmaciones pertenecían aun contexto
de interesesmuy distinto
de aquel del estudiosomoderno.
Estas consideraciones, asícomo la
ausencia detoda forma
de escritura de base fonéticao
ideográfica, nosobligan
a reconocer que el pasadolin- güístico del
Perúanterior a la invasión
europeasolo
sedeja reconsrruir con
una buena dosis deimaginación.
Porlo tanto, toda afirmación
categóricacon
respecroal
desarrolloprecolonial
de las lenguas nativasdel
Perú que se encuenrre en lalite-
ratura pertinente sigue teniendo valor de hipótesis, sobretodo
cuando se trata de la expansióny
diversificación de las lenguas mayores. Este hecho se veconfirmado
enforma
tajantepor la multitud
de reconstrucciones contradictoriasy
conflictivas dela
realidadlingüística originaria y colonial
temprana quehan surgido durante
losúltimos
años.Sin
embargo, podemosconfiar en
que las regularidades establecidaspor
la investigación lingüística moderna se aplicantanto
a las lenguas autóctonas del Perú como a las demás lenguas delmundo,
lo quelimita
en cierra medida lamultitud
1 Erte capítulo fue redactado con el apoyo del Consejo Europeo de Investigación (ProgramalPl:
acuerdo de subvención n".295918). Agradecemos a Matthias Urban y a los editores del presente volu- men por sus valiosos comentarios.
LIrrn¡runes oRALES y pRrMERos rExros coLoNrALEs
de escenarios imaginables.
En
términos concretos, cada lengua acrual es el producto de una evolución gradual,influido
en distintos momentos de su historiapor
el con- tacto con otras lenguas que se encuentran en un proceso evolutivo similar. Cabe decir que el contacto de lenguas también fue reconocido como factor esencial en el procesoformativo
de las dos agrupaciones lingüísticas más dominantesdel
Perú aborigen:el quechua
y
el aimara. Su convergencia histórica a través de los siglos esun
hecho evidente, independientede la cuestión
abiertade su
alegado parentesco genéticonunca
comprobado.Ha
llegadoa set
aunque seaen forma indirecta, una
fuente mayor de conocimientos relativos al pasado antiguo del Perú.En
conexión con lahistoria
de la literatura, el tema de estevolumen,
esimpor-
tante señalar que cada lengua, identificableo no,
indudablemente benefició de unatradición literaria oral distinta cuya
esenciapodría
habersemantenido en
forma sublimada hastael día
presente. Valedecir que una parte de los
temas narrativosy del simbolismo
encontradosen la literatura oral
quechua, aimarao
castellano- andinatendrán
sus raíces en sociedades etnolingüísticas desplazadaso
sumergidas.Si
no
es posible reconstruir el pasadoandino
en todos sus detallesy
características, es necesariopor lo
menos guardar en mente la complejidad perdiday
su inevitableimportancia
para la expresión literaria en el ambiente sociocultural andino actual.2.Et
pANoRAMALrNcüísrrco
DELlhnú
EN víspERAS DE Ll\ rNvASróN EURopEALa
totalidad
del continente americano secaracteriz
por una enorme diversidadlin-
güística, que se manifiesta en la coexistencia, por un lado, de algunas grandes familias lingüísticas
-para- América del
Sur podemos mencionarlos
ejemplosdel
arawak, del caribe, del macro-jê, deltupí,
del chibcha, del pano, delguaicuri, etcétera-y, por otro lado, de una multitud de
lenguas genéticamente aisladaso
agrupacionesde
baja diferenciacióninterna. Los grupos
que pertenecena
las dosúltimas
cate- goríasno
pueden ser asignadosde
manera convincente afamilias
lingüísticas más comprehensivas,como
enel
caso dela gran
mayoúa de las lenguas europeas. Esta extrema diversidad genealógica de las lenguas autóctonas carece hasta ahora de una explicación satisfactoriay
se manifiesta enla
mayoría de losterritorios
americanos de ocupación poblacional temprana e intensiva. En este marco general el âreaandina presenta una situación algo divergentecon
respecto a otras partes de las Américas.En
vísperas de la invasión europea, solo elnorte
del Perúandino y
costeño, al igual que losterritorios
amazónicos en su casi totalidad, exhibían la situación de diversidad lingüística señalada arriba.En
los Andes centralesy
sureños del Perú dominaban el quechuay el
aimara en susmúltiples
variedades locales;tan
solo en algunas zonasdel sur la
preponderanciade
estos dos gruposlingüísticos
se encontrabalimitada
Diuersidad lingüística en el Peni precolonial I Willem F. H. Adelaar
por
la presencia de lenguas locales como elpuquina y
los idiomas perrenecientes al gruPo uru-chipaya.Al mismo tiempo,
la costa centraly
sureña del Perú,muy
afec- tada por los desastres demográficos y sociales del sigloXVI,
presentaba un panorama ambiguo. Mientras que el uso de una lengua local de afinidad norteña, el quingnam, podría haberse extendido hacia más al sur del valle de Casma, el quechua al parecer dominaba en la costa central. Sin embargo, su antigüedad en la zona, anreriormenre asumida (cf.Torero,1970),
se encuentra actualmente cuestionada(cf. Itier
2013).Si es evidente que se practicaba una variedad de quechua en los alrededores de
Lima y
Pachacamac durante las décadas finales del incanato, esra habría sidointroducida
bajo eldominio
de los soberanos incasy no
antes, sin duda parafacilitar
la integra-ción al imperio de
aquella zona clave.Täl
escenario presuponeel
desplazamientode
unao
más lenguas locales que pueden haber sobrevivido hastael tiempo
de laConquista, como lo
pareceindicar Cobo U6531
cuya relación sugierela
existen- cia deun multilingüismo muy pronunciado
en los valles del Arzobispado de Lima.La ausencia de documentación dedicada de la época constituye
un
obstáculo mayor parala identificación y
recuperación de características de aquellas lenguas desapa- recidas.Sin
embargo,el mero reconocimiento de la
posible existenciade
lenguas central-costeñasde origen
preincaico abreel camino
parauna
búsqueda de ffazas lingüísticas aún visibles en las fuentes coloniales, en latoponimia,
en el vocabulario local, y en el léxico especializado de las variedades del quechua y del aimara que han sido registradas en la vecindad de la costa centraly
en las verrienres pacíficas de los Andes centrales (por ejemplo, el quechua descritopor Domingo
de Santo Tomás, el quechua enel
que está redactadoel manuscrito
deHuarochirí, y la
lengua jaqaru, pariente del aimara altiplánico).3. EI
QUECHUA Y EL AIMARA, LENGUAS DoMINANTES E INTERRELI\cIoNADASEn
la actualidad todas las lenguas nativas conocidas que han sobrevivido en el sec-tor andino
del Perúforman
parte de dos grupos lingüísticos, elgrupo
quechuay
elgrupo
aimara.Tänto el primero como el
segundo represenran en realidadconjun-
tos de variedades locales que se encuentran estrechamente relacionadas pero que sediferencian suficientemente como para merecer la calificación de lenguas separadas.
El quechua se
caracteriz
por su ampliadistribución,
no solo en el Perú sino también en los modernos países vecinos,y por
estardividido
en unamultitud
de variedades locales. Estas variedadespor tradición han recibido la denominación
de 'dialecros',un término que no solo
reflejasu particularidad lingüística sino también el
bajo estatus socialque
lesha sido otorgado en la
percepciónpopular.
Según criterios de la lingüística moderna resulta preferible referirse a ellas como lenguas separadas.Lrrrn¡runes oRALEs y pRrMERos rgxros coLoNIALES
Es evidente que
el
quechuadurante
su expansiónhistórica fue
adoptadopor
una gran cantidad de naciones que anteriormente usaban otras lenguas;y
muchas varie- dadesdel
quechua preservan alguna herencia léxicao fonológica
de aquel pasado.Una explicación para el éxito
inicial
del quechua, anterior a la fi.rndación delImperio
incaico, fue propuestapor
Beresford-Jones y Heggarty (2012), quelo
relacionan con la expansión del estadohuari
(ca. 500-900A.D.).
Debido
a su diferenciación dialectalinterna, tanto el
quechuacomo el
aimaratienen
derechoa la denominación de 'familias
lingüísticas'.Tiadicionalmente
esta calificación solo fueatribuida
al aimaray
con terminologías distintas, reflejadaspor el
uso de denominaciones diferentes:aru introducido por Torero
(1970),jaqi pro-
puestopor Hardman
(1975), y finalmente el nombreoriginal
aimarareintroducido por Cerrón-Palomino (2000). El grupo
aimara consta de dos lenguas reconocidas aún viables, el aimarapropio,
internamente poco diferenciado, que se habla en los departamentos de Puno, Täcna y Moquegua, así como en sectores de Bolivia y Chile, y eljaqaru
(con su variante cauqui) que sobrevive enfrp.,
en las serranías de Yauyos(Lima). El conjunto
de datos relevantes heredados dela
épocacolonial, la toponi- mia
modernay
el substrato aimara reconocible en distintas variedades del quechua, sugieren una extensión histórica del aimara mucho mayor que la actual, que proba- blemente fue pareadacon
una diversificacióninterna también
más compleja. Cabedecir
que muchas lenguas deafinidad
aimara seextinguieron
antes dela
invasión hispana,pero también
después de ella.Como
ejemplo se puede asumirla
existen-cia
pasadade una
variedad aimaralocal a proximidad del alto valle de
Chancay.Su
influencia
léxica se detecta en el quechua de Pacaraos, una variedad que todavía estabaen
usoù.
ñnalizarel siglo transcurrido. La
presenciadel
aimaraen el
vallede
Chancay solo se puede derivar a través de las palabras quedejó
prestadas en el dialecto local. Desafortunadamente no queda ninguna documentación histórica queconfirme la
existencia de aquella variedad desaparecida,ni
tampoco de cantidad de otras lenguas aimaras sustituidaspor
el quechua.4. Los br¡.rscros'DEL euEcHUA
Las distintas
variedades geográficase históricas del quechua forman una
parteintegral
dela
diversidadlingüística del
Perú, que debe ser tomada en cuenta en la evaluación del panoramatotal.
Por su gran diferenciacióny
las particularidades de sus historias de contacto, los llamados 'dialectos' constituyenun
depósito invaluable de elementos que pueden hacer posible reconstruir partes del panoramamultilingüe
del Perú precolonial e incluso preincaico. Mientras quela
mayoríade los observado- res colonialesfueron
conscientes de la existencia de variedades locales delconjunto
Diuersidad lingüística en el Peni precolonial lY/illem F. H. Adelaar
lingüístico quechua, su evaluación del estado de cosas fue generalmenre coloreada
por
una visión jerárquica que tendía a oponer el modelo de la lengua llamada'general',y por lo tanto
'o6cial'y'legítima',
a las variedades locales, que se consideraban 'dege- neradas'o
'mixtas'. Aparentemente elvalor
de las variedades del quechua se medíapor
su grado desimilitud
con la lengua general. Aunque la existencia de una lengua particular quechua llamada chinchaisuyoenlaregión
central-norteria del Perú ya fue reconocidaal final
del sigloXVII
(Figueredo,1700),la
mayoría de las variedades locales permaneció invisible en la documentación de la época. Hacía falta el estudio sistemático de los dialectos quechuas iniciado en la década de 1960 por Parker(1963)
y Torero(1964)
para que salieranaluzla
realidad fundamental de la diferenciacióninterna del
quechuay
suimportancia
históricay la
existencia deuna
bifurcacióndel
quechua en dos ramas, denominadas quechuaI y
quechuaII
enla terminolo-
gía de Torero.Como
es conocido, esteautor también
propuso lasubdivisión
de la segunda rama en varios subgruposbien
definidos, quechuaIIA, IIB y IIC. Con
la excepción del quechuaIlA,
que posiblemente representaun conjunto
de sub ramas independientes (Cajamarca-Ferreñ afe, Pacaraos, Yauyos norte y Yauyos sur), las sub- divisiones del quechua introducidas por Toreroen
1964 han mantenido su vigencia.El
quechuaI en su distribución original ocupa un territorio que coincide con
la
sierra central del
Perú, es decir, parte
de los departamenros de Áncash, Huánuco,
Pasco, Junín y Lima, con una
extensión local en La Libertad
(Pataz) y ral
vez en
forma
de componente híbrido
del quechua de la sierra de Lambayeque (Ferreriafe),
generalmente clasificado como
quechua IIA. La transición
gradual de los dialectos
que forman
parte del conjunto
quechua I,
marcada por
cambios fonológicos y mor-
fológicos bastante complejos, sugiere una presencia prolongada en su territorio
actual
y
una diferenciacióninterna
quepodría remontar ala
épocahuari (500-900
d.C.) o incluso aun tiempo
aún anterior. De los grupos quechuaIIB
yIIC,
elúltimo
con-junto
cubre la sierra sur del Perú, incluye variedades tan prestigiosas como el quechua ayacuchanoy
el quechua cuzqueño, asimismo el quechua deBolivia
yArgentina, y
parece ser el más conservador. Sudistribución inicial
se debe claramenre aun movi- miento
expansivo de quechuización dela
sierra sur, cuyos antecedentes históricos siguen siendoun tópico
de debate.El grupo
quechuaIIB, no
siempre reconocido comotal,
se caracterizapor
una serie de innovaciones comunes que definen suuni-
dad como ramadialectaly
que tal vez se deban, en parte, al contacto con lenguas no quechuas. Sudistribución
dispersa en Amazonas, SanMartín y
Lorero,y
fuera del Perú en el Ecuador y enColombia
indica una historia complicada, además deincluir
el quechua descrito
por Domingo
de Santo Tomás[l560]
y la variedad extinta en la que fue redactado elManuscrito
deHuarochirí
(cf.Täylor
E¿ Acosta, 1987; Taylor, estevolumen). La complejidad de la diferenciación
geográficadel
quechua llevaLrrnn¡run¡s oRALEs y pRIMERos rExros coLoNIALES
inevitablemente a una comparación de
la
diversidad dialectal exisrenre enla
época precolonial con la actual.No
se puede excluir que la diversidadinterna
del quechua haya sido menos acentuada en tiempos prehispánicos. Sin embargo, esa diversidad también puede haber sido de igualo
mayorimportancia
que en la actualidad, aun- que las diferenciasno hubieran
sido las mismas.En
este contexro hay que señalar queno
todas las variedadesdel
quechua son deorigen precolonial.
Sobretodo
en las zonas periféricasdel territorio
quechua-hablante, situadasfuera del territorio
peruano actual, muchos dialectos quechuas surgieron a raíz de acontecimientos per- tenecientesal
periodo del contactoy
generadospor la
accióncolonial y
misionera.La
forma
ancestral de tales variedades aúnno
habría desarrollado rasgos diferencia- dores particulares con respecto al resto del quechua a la llegada de los europeos. Otras variedades con muchaprobabilidad
deben su existenciaala
acción expansiva de los incas.Un
ejemplo posible podría haber sido la protovariedad, que subyace a las varie- dades quechuas habladas en el Ecuador (quichua segrSn la terminología local)y
que fueintroducida allí,
según todaprobabilidad, por la
acción de las huestes conquis- tadoras de los incasentre
1470y
1530.El
contacto permanente del quechua local con el quechua de grupos dominantes,tanto huari
como inca, habríaproducido
uninflujo
léxicoimportante
del quechua sureñ,o (quechuaIIB y IIC)
en las variedades locales del Perú central.En un tiempo
relativamente reciente estainfluencia
habría desembocadoen una
nivelación léxica,que
a su vez habría llevadoa una
unidad idiomática aparente, enmascarando las divergencias ancestrales.Con
toda seguridad las distinciones dialectales más fundamentales existenres enel
Perú central ya eran vigentes enla
época prehispánica tardía. Este hecho quedaconfirmado,
enrre orros ejemplos,por la
heterogeneidad dialectalvisible
enla
obrade Domingo
de Santo Tomás, la presencia de palabras dialectales con rasgos fonológicos particulares que seencuentran en el Manuscrito de
Huarochirí,
y la influencia léxica masiva del quechua local de Pasco y del norte de Junín detectable en el yanesha', idiomaarawak localizado en la región vecina de Oxapampa yVillarrica
a la llegada de los españoles.5. I.A LENGUA GENERAL DEL
INcA
¿RE,ALIDADo
PRoYEccIóN?Desde el
inicio
de la presencia española en el Perú se ruvo noricia de la existencia de una lenguaadministrativa
de uso general en elImperio
incaico. Esta lengua general del Ynga, una variedad oconjunto
de variedades del quechua, habría sido hablada o entendidapor
casi latotalidad
de lapoblación
sujeta a los incas. Porlo ranto,
se la consideraba como uninstrumento
ideal para la administración colonial española y el proyecto de evangelización. Laidentidad
quechua de la lengua general está fuera de duda, pero es necesario preguntarse si se trataba realmente de una lengua unificadaDiuersidad lingüísticø en el Perú precolonial lYlillem F. H. Adelaar
y
normalizada como en el caso de las lenguas nacionales que comenzaban a desarro- llarse en Europa en el sigloXV
yXW
y que se acostumbran encontrar en las naciones modernas. De hecho, hay distintas variedades del quechua que podrían aspirar al esta- tus de olengua generalr, enprimer
lugar, la variedad quechuaIIB
llamada 'costeña', que domina en el arte y léxico de Santo Tomás de 1560. Por sus innovaciones carac- terísticas estavariedad se asemeja (aunqueno
en todos sus rasgos)ala
linguafranca, que file utilizada en la administración y en el ambiente social del clan inca (Durston, 2007,p.
189),y la
queItier (2013)
definecomo la
nlengua vehiculardel
imperio incar. En segundo lugar, el quechuaIIC
sureño (cuzqueño-ayacuchano) en su versión colonial temprana llegó a reemplazar la variedad anterior como modelo de normaliza- ción. En tercer lugar, la variedad quechuaIIB
en la que está redactado el Manuscrito deHuarochirí,
divulgadopor
Francisco deÁvila
alrededorde
1600, también puede haber funcionado como 'lengua general',por lo
menos anivel
local, dado que algu- nos de sus rasgos distintivos se encuentran también en lugares alejados como Lamas, en SanMartín
(Adelaar, 1994). Nadie puede dudar de los esfuerzos normalizadores de la administración española en vista de crear una lengua general de base quechua,pero
sería arriesgado interpretarlacomo la continuación de una norma
lingüística autóctona. Aunque sucede que las fuentes documentales de laColonia
mencionan la lengua generøl del Inca en cotejo con variedades locales 'corruptas' de la mismay
de otras hablas no identificadas, no es posible saber si los escribanos responsables habríansido
capacesde
evaluarla
distancia lingüística entrelo
que pensaban que fuera la lengua general y sus parientes dialectales más o menos cercanos. Como hecho signifi- cante se puede serialar que el santo arzobispo de Lima,Toribio
Mogrovejo, uno de los autores coloniales que en las décadas finales del sigloXVI
mostró mayor perspicaciay
conciencia lingüística, apareadas conun
manifiesto interés profesional y personal, no distinguía en suLibro
de Visitas entre la'lengua general del Inca' y las variedades loca- les de Áncash, en términos lingüísticos las más alejadas del quechua sureño asociadocon
la administracióninca (cf. Benito,2006).
Ya que parecedificil
acreditar que el santo prelado tan interesado en la situación lingüística no hubiera percibido las dife- rencias idiomáticas dentro delconjunto
quechua, se puedeconcluir
que por motivos prácticosno
consideraba las diferencias dialectales de suficienteimportancia
para la necesidad evangelizadora como para registrarlas sistemáticamente.6.I-ns
LENGUAS DEL NoRTEEn ninguna
región delvirreinato
del Perú elmuldlingüismo
se ha manifestado con tanto vigor en tiempos históricos como en el norte costetio y andino. Todavía en 1609 Garcilaso de la Vega señaló la existencia en el obispado deTiujillo
de unamultitud
LtreqATuRAs oRALES y pRIMERos rExros coLoNrALEs
de lenguas que se resistían a ser reemplazadas por la lengua general quechua. Algunas de estas lenguas sobrevivieron hasta los siglos
XIX
y)O(
Lamentablemenre, con la excepción del mochica y del cholón, las dos últimas lenguas norteñas en extinguirse,la
documentaciónpertinente
es prácticamente inexistente. Esta carenciade
datosde
siglos anterioresconstituye un
casode
negligencia sorprendentey
deprimentealavez. De
hecho, las fuentes archiveras, latoponimia,
los apellidos patronímicos,el
vocabularioy el folclor local
ofrecen oportunidades para rescataral
menos una parte del caudal perdido, pero los resultadosno
siempre son inequívocos. Tämbién en el norte hay una presencia-aunque limitada-
del quechuay
se puedendistin- guir
zonas-como
enla
mayor partedel
departamento deCajamarca-
donde laidentificación
de lenguas ancestrales resultaparticularmente difícil. El
quechua seha mantenido hasta ahora en los alrededores de la ciudad de Cajamarca, en la sierra de Ferreñafe (Lambayeque) con zonas aledañas de Cajamarca
y
Piura, en una parre de los departamentos de Amazonas (Chachapoyas y Luya)-donde
se encuenrra en Proceso deextinción-y
en SanMartín
(Lamas). La fuenteprincipal
para las lenguas norteñas extintas es el segundotomo
de la obra del obispo Martínez Compañón, que ofrece un plan sinóptico de la situación lingtiística del norte peruano en la década de 1780. Las listas de palabras deMartínez Compañón
muestran que algunas lenguas ancestrales se encontrabanaún
vigentesen
aquella época.Ahí figuran
las lenguasde la llanura
costerade Piura
pertenecientesal grupo tallán (Colán,
Catacaos)y la
vecina lengua de Sechura, estaúltima
probablemente relacionadacon la
lengua deOlmos. Más al
sur, enla
región costera de Chiclayoy
Lambayeque, se hablabala
lengua yungao
mochica, quellegó
a ser relativamentebien
documentaday
que sobrevivió hasta mediados del siglo)O(
Es probable que la lengua mochica tambiénse utilizara en asentamientos de migrantes en el departamento de Cayamarca (Balsas)
y
en las alturas del departamenro de Piura (Urban, ms.).La
lenguamochica
se encontrabaen contacto con oüa
lengua,el
quingnam, mencionadopor
Calancha(1633),
que predominaba en los alrededores deTiujillo y Moche. La
lenguaquingnam,
fonológicamentedistinta
dela
mochicay
asociadacon el pueblo chimú y la metrópoli
prehispánicade Chanchán,
se conoce sobretodo por
los nombres de los señores indígenas de la región deThujillo y
su dinastía ancestral (ZevallosQuiñones,
1992).La
existencia de este elusivoidioma
tambiénfue
confirmadapor
el descubrimiento de unalista
de nombres de números previa- mente desconocidos en Magdalena de CaoViejo
en el valle de Chicama durante una excavación arqueológica(Quilter y
otros,2010).
Parece evidente queel
quingnamcoincidió
conla
'lengua yunga'o
'lengua de los llanos' mencionadapor
Mogrovejo.El santo viajero también encontró una lengua
paralaque urilizó
las mismas denomi- naciones en las provincias ancashinas que colindan con el ríoMararión,
donde ahoraDiuersidad lingùísticø en el Peni precolonial lY/illem F. H. Adelaar
prevalece
el
quechua (aunqueno hay
seguridad absolutade
que se tratarade
una de las lenguas costerias).En
laliteratura
la lenguaquingnam
a menudo se encuen-tra
asociadacon oúa forma idiomática,
la lengua þescadord que según Mogrovejo seutilizaba
sobretodo entre Chao y
Guañape (aproximidad del valle del Virú),
perotambién al norte
deTiujillo
(en Magdalena deCao). No
hay datos que per-mitan
establecercon
completa seguridadsi
se tratabade una
lenguaparticular
o de una variedad dialectal delquingnam,
aunquela última opción
parece ser la más probable. Considerando que el obispoMttínez Compañón no
presentó datos delquingnam
en las listas de palabras agregadas a su obra pictográfica, resulta evidente que elquingnam
ya se habíaextinguido
enla
mayor parte de suterritorio original
hacia elfinal
del sigloXVIII,
un hecho que además queda confirmado en otras fuen- tes dela
época(Urban, ms.). En la
sierra deLa Libertad limitada por el
valle delMararión
hacia el este, así como en Cajabamba (Cajamarca)y
Pallasca (Áncash), sehablaba la lengua culle, que en algunas localidades de
la provincia
de Pallascapro-
bablemente sobrevivió hasta el siglo)O(
Juzgandopor
sudistribución
geográfica el culle parece haber sidoidéntico
ala
lengua llamadalinga por el
arzobispoToribio
Mogrovejo a fines del sigloXVI.
Esto significa que su uso podría haberse extendido hasta las provinciasde
Huacrachucoy
Huacaybambaen el
noroestedel
departa-mento
deHuánuco, donde
actualmente prevaleceel
quechua.Aunque el culle
no haya sidoidentificado
como la lengua ancestral de los contornos de Cajamarca antes de su quechuización, latoponimia
local y algunos elementos de sustrato conservados enel
quechua cajamarquino sugieren queel
cullejugó un
papelimportante
en la zona, posiblemente en coexistencia con otra lengua de establecimiento más antiguo (Andrade,20ll). En
base ala toponimia
local,Torero (1989) formuló la
hipótesis de la presencia de dos lenguas extintas en Cajamarca, deny
caLt, reconocibles por susterminaciones características.
Por
lo
menos hasta el sigloXV la
región de Chachapoyas fue dominadapor
el pueblo chachapoya, que hablaba su lengua particular llamada chacha. Esta fue reem- plazrdapor
el quechua apartir
del sigloXVI y
quedó sinninguna
documentación, salvo topónimos y apellidos. Finalmente, en la zona de Baguay
Jaén se recordó en el sigloXVI la
existencia de unamultitud
de lenguas de usomuy
local, generalmentede afinidad
desconocida, aunqueuna
de ellas(el
patagón de Jaén) pertenecía a lafamilia
caribey
otras algrupo
candoshi. Es evidente que aquella zona,por
su baja elevación, formabaun
área detransición
entreel territorio
amazónicoy el mundo
andino y que las lenguas aludidas pueden habertenido
lazos de parentesco conidio-
mas de ubicación distante y ajenos a la región andina.
A partir
de 1600 se hizo sentirla
presenciade
pueblos hablantesde
lenguasjíbaro (o chicham), como los
agua- runay
huambisa, que llegaron a ocupar la región alnorte
de la curva del Mararión.Lrrnn¡¡vn¡s oR.ALEs y pzuMERos rExros coLoNrALEs
Las dos
lenguasdel grupo hibito-cholón, también
documentadaspor Martínez Compañón,
semantuvieron
hasta el siglo)O(
en el valledel
Huallagay
sustribu-
tarios dela
selva alta,pero no
esatrevido asumir
queel territorio cholón
se haya extendido hastael valle del Marañón y
td, vez más allá,ya que
sehan
registrado topónimos característicos delcholón
en el departamento de Cajamarca.A modo
de conclusión es posibleafirmar
que, a pesar de lamultitud
de lenguas registradas, en muchas regiones del norte del Perú las lenguas originarias permanecen sin identificar.7.Lts
LENGUAs DEL suREn el sur del Perú la presencia de lenguas indígenas distintas del quechua y del aimara queda
mucho
menos visible que en la región del norte. Varias lenguas mencionadas en la documentación del sigloXVI,
sobretodo
en las Relaciones geográfcas de Indiasde
1583 (Jiménez de la Espada, 1965)y
en algunos casos bajo la denominación de hahuasimi ('lenguas foráneas'), han sido interpretadas como variedades pertenecien- tes a lafamilia
aimara, generalmente con el apoyo de una que otra palabra de afinidad aparentecon
estegrupo lingüístico (Torero, 1970; cf. Mannheim, 1991).
Otras menciones demultilingüismo, por
ejemplo concernientes a la región de Huamanga, no especifican de quétipo
de lenguas podría haberse tratado.No
se puede excluir que estemos frente a grupos de mitimaes procedentes del norte, que ya estarían en camino de cambiar su lengua nativapor
el quechua.Una
lengua a menudo mencionada en relación con el sur es la lengua chumbivilca, de la provincia del mismo nombre en el departamento del Cuzco. Esta lengua también ha sido identificada como una varie- dad de aimara, a pesar de la insistencia de los cronistas enidentificarla
como lengua particulâr.El
caso más claro de una lengua sureña departicularidad
inequívoca es el de la lenguapuquina,
que en el sigloXVI
se consideró la tercera lengua general del Perú.El puquina,
aunque apenas documentado, se halla reconociblepor
sutopo- nimia
característica,que
se manifiestacon
másclaridad en los
departamentos de Moquegua yTacna, así como en la región de Puno (Coata, Capachica) y las islas del LagoTiticaca
(Amantaní yTaquile). No
se sabe si elpuquina
formaba una unidado
si sedividía
en variedadeso
lenguas, comopodría
ser el caso,por
ejemplo, de la lengua de Moquegua denominadacoli
(cf.Julien, 1979).El idioma
secreroy
profe- sional de los callahuayas, médicos ambulantes tradicion¿ls5-¿ç¡ualmente
radicados enBolivia
en la zona fronterizade Charazani-,
contieneun fondo
de vocabulario básico heredado delpuquina. Uno
de los aspectos más interesantes delpuquina
es su carâcterhíbrido.
Sumorfología nominal
parece tener su origen en lafamilia
arawak de la región
amazónica, mientras que el verbo presenta una estructura cercan a a la del quechua y del aimara.Diuersidad lingüística en el Peni precolonial lYlillem F. H. Adelaar
La presencia del
grupo
uru-chipâya en el Perú fue documentadapor
Lehmann en la décadade
1920 en la localidad deCh'imu,
una comunidad agrícola cercana ala ciudad de Puno (cf.
Hannss,2014).
Además,uno
queotro
elemento léxico deri- vado del uru-chipaya se manifiesta en el aimara hablado en la sierra de Moquegua, mostrando que la extensión de aquel grupo de lenguas puede haber sido mayor en el pasado. Una lengua que ha llegado a ocupar un lugarimportante
en la literatura es la lenguaparticular
de los incas, cuya existencia fue indicadapor
los cronistas del sigloXVI yXVII (Betanzos,l55l;
Garcilaso de laVega, 1609). Hasta ahora existendistin-
tas opiniones concernientes a laidentidad
de esta lengua particular, fundamentadasen
expresiones extraídas de las crónicas(cf. Cerrón-Palomino, 2013, pp.
53-111).Por el
momento, no
es posible saber si se habría tratado de una lengua separada o bien deun
lenguajemodificado
o ceremonial con base en una de las lenguas de uso más general, posiblemente elpuquina.
En general se puede observar que las lenguas registradasen el sur del
Perúson de introducción
relativamente reciente.Tal
fueel
casodel
quechuay del
aimara,pero también del puquina, por lo
menosen
su componente arawak. Vale decir que la situación lingüística del sur peruano anterior ala introducción
de aquellas lenguas constituye unaincógnita total. Sin
embargo,el
vocabulariodel
quechua cuzqueño contiene algunos elementos particulares queno
pueden ser derivados del aimaray
queno
coincidencon
expresiones conocidas delpuquina
(por ejemplo,lluqi
y paña p^ra 'izquierda'y
'derecha', unu
para 'agud).La existencia de tales elementos merece una mayor atención de los estudiosos.
8. Les
LENGUAs AMAzóNrcAsLa región
amazónica presentaen la
actualidaduna mayor complejidad
lingüísticaque cualquier otra parte del
Perú.La
mayoríade
las lenguas indígenas peruanas todavía en uso se encuentraallí.
Sin embargo,no
cabe duda de que en la Amazoníay
enla
ceja de selvatambién
se haperdido
una gran parte de las lenguas habladasdurante
las primeras incursiones europeas,como el
panataguade la montaria
deHuánuco,
las lenguas de la región de Baguay
Jaén y las lenguas nativas de la región de Tärapoto, reemplazadaspor
el quechua. Las familias lingüísticas de mayor exten- sión-el
arawak, elpano-
hanperdido
varios miembros peruanos, pero también han generado lenguas nuevas por diferenciación reciente. Esto equivale a decir que el panoramalingüístico
amazónico actual difiere en muchos respectos de la situación del sigloXVI.
Cabe observar que la Amazonía es una región abierta en la que los grupos étnicos se desplazan con relativa facilidady
en la que lafusión
de etnias dispersadas o diezmadaspor
epidemias y violencia con otros pueblos-que
se encuentran en la misma5i¡u¿slf¡-
esun
fenómeno corriente. Porlo
tanto, ladistribución
de etniasLlrrnerun¡s oRALEs y pRrMERos rgxros coLoNIALES
y lenguas en el espacio amazónico se ha modificado radicalmente a través del tiempo, aunque se puede notar que la diversidad lingüística nativa siempre ha sido mayor en las llanuras fluviales del
norte
que en las zonas más accidentadas del centroy
sur de la Amazonía peruana.El
estudio detallado de las lenguas amazónicasy
la lingüística histórica ofrecen perspectivas interesantes para establecer unadivisión
entre los gru- pos de establecimientoantiguo
enla
regióncon
unahistoria
de interaccióncon
elmundo andino y
los grupos allegados en tiempos relativamente recientes. Los pue- blos de lafamilia
tupi-guaraní, como los cocama-cocamilla y los omagua, originarios de la zona atlántica de Brasil, pertenecen a estaúltima
categoría; losharakmbut
deMadre Dios tienen un
parentescolingüístico
relativamente cercanocon el
grupokatukina
ubicado en el estado brasilerio de Amazonasy
los ese'ejja con los pueblos tacanade la
Amazoníaboliviana. Los ticuna de la región fronteriza con
Brasily Colombia
parecen tener sus parientes lingüísticos máspróximos
entre los elusivos yuríes de la Amazonía colombiana.Entre
otros grupos fronterizos se pueden men- cionar los representantes de las familias boray huitoto,
los andoque,originarios
deColombia, y
los culina de lafamilia
arawa (sobretodo
en Brasil).Las familias jíbaro
y
ziparo sedividen
entre el Perú y el Ecuador, pero su centro de expansiónoriginal
parece ubicarse en esteúltimo
país. Sin embargo, en el caso de los jíbaros la conexión andina es sólida y latoponimia
local sugiere una extensión de estegrupo
en los Andes de laprovincia
ecuatoriana deLoja (Gnerre,
1975;Martin
Kohlberger, comunicación personal). Además, la estructura de las lenguas jíbaras seasemeja en alto grado a lenguas andinas como el quechua.
El
caso de lafamilia jíbara
se deja comparar con el de la
familia
candoshi, que en el sigloXVI
ocupaba variosterritorios
localizados en la zona detransición
andina, a ambos lados de la frontera actual del Perú con el Ecuador. Otros grupos lingüísticos establecidos en el norte del Perú amazónico sonla familia
peba-yagua, elurarina
(lengua aislada), el omurano, el taushiro, el tequiraca o auishiri y el aguano. Las cuatro últimas lenguas se encuen-tran
extintaso
casi extintasy
permanecensin
clasificar.Entre
los grupos que han tenido un contacto prolongado con elmundo
andino figuran las lenguas de lafamilia
cahuapana (con el shawi y elshiwilu
o jebero), el muniche y lafamilia hibito-cholón
(ver acápite 6, ulenguas delnorter).
Terminamos esta sinopsis
volviendo
a las dosfamilias
lingüísticas másimpor-
tantes de la Amazonía peruana, el arawak
y
el pano. Ambas muestran rasgos de una historia de interacción con elmundo
andino. Esto se observa en forma más evidenteen el
caso dela familia
arawak, a pesar de su impresionantedistribución por
casi toda América del Sury
del Caribe. Ya se ha mencionado la presencia del elemento arawaken
elpuquina (ver acipite /, <Lenguas del
suro), pero también
las lenguas
campa-machiguenga muestran una influencia de
contacto con
las lenguas andinas
Diuersidød lingüísticø en el Peú precolonial I Villem F. H. Adelaa¡
Por
la introducción del
contraste entre las primeras personas deplural
inclusivay
exclusiva ajeno al grupo arawak en su generalidad.un
casomuy
especial es aquel de la lengua yaneshd, que muesrra unainfluencia
léxica enormey
anrigua procedente del quechua local deJunín,
Pasco y Huánuco. Esta influencia se exriende a todos los campos intelectualesy
espiritualesy
no puede ser atribuida al comercio o al proceso de colonizacióny
evangelización.La influencia
históricadel
arawaktambién
se ha registradoen el
quechua,donde
aparecentérminos
arawak para conceptos como'maní', 'mono' y
'tabaco'.El piro, por
su parte, parece tener conexiones en el Brasil con el apuriná. En el caso de lafamilia
pano, relacionada con toda probabilidad con lafamilia
tacarla deBolivia,
lainfluencia
andina es menos definida, pero su esrruc-tura,
sobretodo el
sistema gramaticalde 'cambio de referenciÌ
(switch reference), aPunta en tal dirección. La posición divergente del mayoruna y del cashibo-cacataibo con respecto al grupo pano central, que incluye lenguas conocidas como el shipibo, el yaminahuay
el capanahua, también pareceindicar
una presencia duradera de las lenguas pano en el Perú.9. P¡re¡ne
FINALEl
multilingüismo
que debe de haber prevalecido en la sociedad andina por lo menos hastael Intermedio Temprano
se encontrabaen pleno
retrocesodurante la
época de la invasión europea.En
el sury
centro del Perú andinoy
costeño una gran parre de las lenguas locales ya se habían perdido o estaban desapareciendo. Aparenremenre,los
cronistas espariolesdel siglo XVI pudieron
presenciarel episodio final de
un Proceso de extinción que ya estaba en curso. Laconquisaylapolítica
colonial logra-ron
acelerar este proceso, perosin
haberlo causado. Sin embargo, ral nivelación no se extendía a las lenguas amazónicas, quelograron
mantener una gran parre de su extraordinaria diversidad hasta el día de hoy.Un
elemento sorprendente es la ausencia en las lenguas contemporáneas de ras- gos lingüísticosatribuibles
a las lenguas de los colonosmitimaes,
cuya presenciay distribución
quedan evidentes en la documentacióncolonial.
Incluso en casos espe- cíficosbien
documentados,como
aquel de los cañari de Ecuadory los
chacha de Chachapoyas, establecidosen la
vecindaddel
Cuzcoen el siglo XVI, toda
heren- cialingüística
de los mitimaes permanece escondida. Posiblemenre, investigaciones más detenidas anivel
local tengan la potencialidad de cambiar este esrado de cosas.Mucho
delo
que aún estápor
descubrir se halla envuelto en el vocabulario, lapro-
nunciación y los
paradigmas gramaticalesde
las variedades locales modernas del quechua, del aimara y del castellano.LIrnn¡runns oRALEs y pRrMERos rEXTos coLoNIALEs
Las lenguas vernáculas
del
Perú actual preservanun
caudalrico y variado
de narrativas, canciones y temas literarios transmitidos por la vía oral.Con
toda proba-bilidad
las lenguas extintas beneficiaron de tradiciones literarias similares.Aunque
mucho se habrá perdido en el proceso, las lenguas habladas en la actualidad podríanfuncionar
como depositarios y vehículos de üansmisión de prácticas literarias adop- tadas de comunidades etnolingüísticas desplazadas. Tal hipótesis puede ser el objeto de investigaciones futuras.BrsrrocRAFíA
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