• No results found

Gerundio vs. Al+infinitivo

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Share "Gerundio vs. Al+infinitivo"

Copied!
65
0
0

Bezig met laden.... (Bekijk nu de volledige tekst)

Hele tekst

(1)

Gerundio vs. Al+infinitivo

Dos formas, dos significados diferentes

Karin van der Worp (S1542230)

Bajo dirección del Sr. Bob de Jonge

Lingüística española

Agosto de 2009

(2)

1

―The observations confront us with chaos, and the analytical problem is to impose order on the chaos. You might be happier if I were to say ‗find order in the chaos‘ rather than impose order on it, but the truth is that there is no order there; it really is chaos.‖

(3)

2 Índice Índice ... 2 Prólogo ... 3 1. Introducción ... 4 2. Consideraciones teóricas ... 6

2.1. Linguistic sign theory ... 6

2.2. One-form-one-meaning ... 8

3. El problema. Literatura sobre al+infinitivo y gerundio ... 11

3.1. Al+infinitivo ... 11 3.2. Gerundio ... 12 3.3. El problema ... 13 4. La presente investigación ... 15 4.1. La fuente literaria ... 15 4.2. Método de trabajo ... 16 5. El análisis ... 21

5.1. Los sujetos de las formas alternantes ... 22

5.2. La posición sintáctica de las formas alternantes con respecto al verbo principal. ... 29

5.3. Transitividad de las formas investigadas ... 39

5.4. Distancia de las formas alternantes con respecto al principio de la oración relevante . 46 5.5. Distancia de las formas alternantes con respecto al verbo conjugado ... 53

6. Conclusión ... 60

(4)

3

Prólogo

Con mucho gusto he realizado la presente investigación. No solo me agrada incrementar mis conocimientos en el campo lingüístico, sino también compartirlos con otros interesados, por medio de esta tesina.

La diferencia, o bien semejanza, entre gerundio y al+infinitivo es un tema que, para mí, sigue siendo fascinante. Son dos formas que, cuanto más uno las profundiza, más compleja parece su distribución y significado. He aceptado el desafío de intentar explicar la diferencia entre ambas formas, mediante una investigación a fondo.

A algunas personas les debo mis sinceros agradecimientos. En primer lugar, le agradezco mucho al Sr. de Jonge su asistencia y su visión clara de la lingüística. En segundo lugar, debo dar las gracias a la universidad, porque proporciona todos los medios a sus estudiantes, para poder desarrollarse a nivel académico. Además, se la agradece a la Sra. Caro Valenzuela, mi estimada amiga y gran inspiración, su contribución en las enmiendas del español. Todos los errores que siga teniendo son de mi entera responsabilidad. Por último, les doy las gracias a mi familia y mis amigos por su constante apoyo y preocupación, imprescindible en estos tiempos atareados.

Les deseo a los lectores que disfruten al leer el presente estudio y les invito a leerlo con una vista crítica, a fin de llevar adelante el debate lingüístico.

(5)

4

1. Introducción

En el presente estudio investigamos la diferencia de la distribución de gerundio y al+infinitivo. Se estudia la alternancia de las dos formas como en los ejemplos (1) y (2) que contienen respectivamente un gerundio y un al+infinitivo:

(1) Volviendo al salón apagó la luz. (2) Al volver al salón apagó la luz.

Como se puede ver en estos ejemplos, tratamos las formas que están en cláusula mínima, o sea, las formas no perifrásticas del verbo. A simple vista, la elección entre las dos formas parece arbitraria y, encima, los significados parecen iguales. No obstante, no creemos que sea así. El objetivo del estudio es comprender la distribución de las formas y mostrar que la elección entre ambas no es arbitraria.

El motivo para llevar a cabo el estudio está sobre todo en el hecho de que todavía no se sabe mucho del tema. Hasta ahora, no se ha estudiado mucho la alternancia de gerundio y al+infinitivo, a pesar de que es un tema muy interesante. Las formas merecen ser investigadas más profundamente, más que nada porque son construcciones muy corrientes en el uso de la lengua española. Una tesina, claro está, se escribe sobre todo a favor del investigador mismo, para mostrar y ampliar sus conocimientos y su ciencia. No obstante, esta tesina la consideramos también relevante para toda la lingüística, ya que se dan comprensiones de un tema interesante y poco estudiado.

Hacemos una investigación cuantitativa y cualitativa, ya que estos dos tipos de análisis se complementan. Lo que no hacemos es dejarles juzgar a hispanohablantes las frases del corpus. La razón de ello es la falta de fiabilidad de este método. Suele existir una gran diferencia entre lo que dicen los hablantes nativos con respecto al uso correcto de la lengua, y la forma en la que ésta se presenta en la realidad. Por eso nos limitamos al presente estudio analítico, teniendo en cuenta solamente las observaciones objetivas del corpus.

La investigación está basada en el trabajo que ya ha realizado De Jonge acerca de este tema.1

1 De Jonge presentó este estudio en la novena Conferencia Internacional de la Escuela de Colombia, que se

(6)

5

Investiga la alternancia de la construcción infinita adverbial, que es el gerundio, y la construcción al+infinitivo. Supone que:

En muchos casos de variación sintáctica se pueden dividir los contextos relevantes en tres grupos: grupo (i) donde hay una clara preferencia por la forma (a) (si no se la utiliza exclusivamente), grupo (ii) donde hay una clara preferencia por la forma (b) (íbid.) y grupo (iii) donde aparentemente existe una variación libre entre las formas (a) y (b).

(De Jonge 2007: 1) En su ensayo trata de demostrar que ―los significados de los tipos de contextos i) vs. ii) corresponden con los significados de las formas correspondientes (a) y (b) y que los significados de estos últimos explican la distribución en los contextos del grupo iii)‖ (De Jonge 2007: 1).

La pregunta central en el presente estudio es cómo se explica la distribución de las dos formas alternantes, partiendo de los significados de las formas. Formulamos las hipótesis en base a las formas, descritas más profundamente en el capítulo tres. Las ideas expuestas por De Jonge (2007: 5) nos sirven de pauta para las hipótesis. Suponemos que el gerundio indica un acontecimiento que se desarrolla, que ocurre simultáneamente con el evento principal, y cuya existencia debe pensarse en relación con este evento. Por el contrario, al+infinitivo indica un evento identificado que no ocurre necesariamente con el evento principal, sino que puede ocurrir también antes del evento principal, visto su condición de ser relativamente dado, indicada por el artículo indefinido. El acontecimiento expresado por al+infinitivo forma el marco temporal en el que se debe pensar el acontecimiento dicho por el verbo regente.

(7)

6

2. Consideraciones teóricas

En este capítulo se dan unas consideraciones teóricas acerca del presente estudio. Primeramente, se expone el linguistic sign theory, ‗la teoría del signo lingüístico‘, y el método de investigación perteneciente a esta teoría. Es esa teoría, la que consideramos como pauta del método de trabajo. Después, se detalla la idea de one-form-one-meaning, ‗una-forma-un-significado‘. Es la idea básica que nos hace sugerir que la elección entre las dos formas bajo investigación no es simplemente arbitraria.

2.1. Linguistic sign theory

Estamos convencidos de que una descripción lingüística sin justificación, no tiene sentido desde el punto de vista teórico, debido a que tal procedimiento es fundamentalmente arbitrario. La finalidad de los estudios lingüísticos debería ser explicar y justificar los hechos del lenguaje. Para esto es necesario observar los fenómenos lingüísticos, no tal como los describen y prescriben las gramáticas, sino como ocurren en la realidad. A partir de ello se pueden formular hipótesis adecuadas con el fin de justificar los observados fenómenos de distribución (De Jonge 2000: 12). Si creemos que la comunicación es el objetivo principal de la lengua y del comportamiento humano, es lógico que creamos además que la estructura de la lengua es el resultado del comportamiento humano y que hasta incluso dicho comportamiento determina la estructura de la lengua (De Jonge 1993: 523).

La lengua es un sistema de signos, y la estructura de la lengua (un código que consiste en símbolos significantes) es determinada por su función comunicativa. Cada explicación de la identidad o distribución de las formas lingüísticas tiene que contestar a uno de los dos principios lengua-externos. Según el primer principio, las unidades teóricas tienen que ser conformes con los objetivos comunicativos de la lengua. El segundo principio dice que la explicación tiene que ser conforme con los principios motivados independientemente de la psicología humana (Contini-Morava 1995: 1-2).

(8)

7

establecimiento de sus significados y, por último, la muestra de la correlación entre los significados y los mensajes comunicados‖ (Contini-Morava 1995: 4). La identidad del significado solo puede ser derivada del estudio de la distribución del signo que lo indica; no tenemos otra fuente de información.

Ante todo, estamos preocupados por la explicación y no la descripción (Diver 1995: 49). ―El propósito es explicar nuestras observaciones. Si alguien quiere investigar el motivo de estas explicaciones, bien, pero no es nuestro problema‖ (Diver 1995: 50). Según Diver (1995: 53), debemos ―imponer orden en el caos lingüístico, no buscar orden en el caos: no hay orden, es un verdadero caos‖.

El énfasis del análisis está en la observación del discurso natural, bien hablado o bien escrito, y no en frases inventadas por el lingüista que deben ser juzgadas por hablantes nativos. La razón de ello está en la carencia de correspondencia entre lo que dicen que hacen los hablantes y lo que hacen de verdad. Además, si se considera la lengua como un instrumento de comunicación en vez de un sistema abstracto de reglas, es más sensato utilizar datos reales, y no hipotéticos (Contini-Morava 1995: 4). Para la investigación de la gramática necesitamos una colección de textos en que podemos estudiar la organización, la distribución y el uso de los signos bajo investigación. Se suelen utilizar largos textos en prosa, escritos por escritores competentes. La importancia de esa competencia es que el escritor explota más profundamente los recursos de la lengua, produciendo así un problema más desafiante y una base mejor para la investigación (Diver 1995: 81).

En cuanto a las hipótesis, ―Estas deben establecer la identidad del inventario de las unidades de la lengua, y la naturaleza de las unidades, la naturaleza siendo una inferencia de cómo son utilizadas en la comunicación‖ (Diver 1995: 61). Para evitar las consideraciones especulativas uno debería abandonar las hipótesis que no cuadran. ―Cuanto más tiempo uno se aferra a una hipótesis obviamente errónea, más se tarda en presentar una hipótesis mejor‖ (Diver 1995: 47). Además, se debe insistir en la demostración rigurosa de las hipótesis.

(9)

8

2.2. One-form-one-meaning

Partimos de la idea de que cada forma lingüística tiene un significado constante y específico. Si las formas son fonéticamente diferentes, asumimos que también sus significados son diferentes (Bloomfield 1979: 144-145). ―La relación entre forma y significado tiene que ser de uno a uno‖ (De Jonge 2000: 9). Según dice Contini-Morava (1995: 8), el principio de

one-form-one-meaning es el resultado de la función de la lengua como instrumento de

comunicación. El instrumento comunicativo más eficaz debe ser uno en que haya una correspondencia de uno a uno entre los signos y sus significados. Diver (1975: 13) también lo afirma: ―Los signos mismos son generalmente distintos el uno del otro; para tener diferentes significados hay que tener diferentes signos‖.

Asimismo, Bolinger expresa acertadamente su convicción del principio de

one-form-one-meaning, diciendo:

Dígale a un hombre en la calle que, si dos maneras de decir una cosa difieren en sus palabras o en su arreglo también difieren en sus significados, este hombre mostraría tanto asombro como si le dijera que si uno anda en la lluvia se hace mojado. Sólo un científico lo puede complicar con suficiente precisión que en estas circunstancias puede quedar sin mojarse.

(Bolinger 1977: 1)

Bolinger cree que en la sintaxis no existe algo como dos diferentes estructuras superficiales con el mismo significado. En su ensayo presenta suficientes ejemplos para demostrar la validez de esa suposición. Uno de los temas que describe es la identidad del gerundio y del infinitivo inglés. Por mucho tiempo los lingüistas que apoyan la gramática transformativa, se aferraron a la idea de que el infinitivo y el gerundio son dos variantes automáticas cuya única diferencia es que son seleccionados por diferentes verbos principales (Bolinger 1977: 13). Bolinger destaca que no hay necesariamente una característica de los verbos que toman un infinitivo, que le hagan tomarlo, y lo mismo vale para los gerundios. Lo explica por medio de un trabajo extenso. Por ahora no entramos en este estudio.

(10)

9

particulares en que aparentemente se alternan. Por eso no hay motivo de negar que el contraste de significado todavía exista. ―Además, si uno va más allá de los informes de los hablantes de sinónimos e investiga el verdadero uso de la lengua descubrirá que las formas en efecto no varían libremente, semánticamente visto‖ (Contini-Morava 1995: 12).

Toda esa idea de one-form-one-meaning está basada en el principio siguiente:

Si un hablante utiliza su capacidad mental eficazmente, seguro que no guarda más palabras que el mínimo necesario para la comunicación eficaz. En otras palabras,

asumo que los hablantes son demasiado perezosos para utilizar más palabras de lo que necesitan en el fondo.

(De Jonge 1993: 523) Esa idea es uno de los principios básicos del análisis lingüístico que distingue De Jonge, llamado ‗el principio de economía‘. ―Este principio se deja definir como el deseo de invertir el mínimo esfuerzo físico para obtener el máximo de claridad respecto del mensaje comunicado‖ (De Jonge 2000: 9). Si un hablante es capaz de obtener el mismo efecto comunicativo, con menos esfuerzo, optará por el esfuerzo menor. La economía de esfuerzo consiste en evitar el uso de un grado de precisión más alto del que es necesario para la realización de una tarea (Diver 1995: 44). De Jonge lo ilustra con el ejemplo de la sonorización de una consonante sorda bajo influencia de los sonidos sonoros yuxtapuestos. ―La pronunciación de la palabra ‗mismo‘ con una s sonora no afecta en lo más mínimo el buen entendimiento por parte del oyente, y sí implica una acción articulatoria menos por parte del hablante‖ (De Jonge 2000: 9-10). Otro ejemplo que aporta, es el fenómeno de que las palabras muy largas que se hacen muy frecuentes, sufren pérdidas hasta de sílabas enteras. Como ejemplo nos sirve la palabra ‗la bicicleta‘ que se suele abreviar como ‗la bici‘. Otro ejemplo del principio de economía es el fenómeno de la reducción de los nombres de pila de familiares o íntimos amigos, como ‗Paco‘ que es la forma hipocorística del nombre ‗Francisco‘. Parece que se pueda añadir a esta lista de ejemplos el hecho de que ninguna palabra tiene exactamente el mismo significado que otra palabra, ya que cuesta menos esfuerzo inventar y utilizar una sola palabra para cada significado. Como los hombres somos seres eficientes, o bien perezosos, no inventaríamos más de una palabra para expresar exactamente el mismo significado.

(11)

10

cada cosa, cada situación debería tener una diferente expresión y la lengua necesitaría una cantidad ilimitada de unidades. Eso también explica por qué la existencia de sinónimos es algo indeseable y hasta incluso ilógico. ―La existencia implicaría expansión innecesaria y antieconómica de la cantidad de unidades‖ (De Jonge 1993: 523).

Contini-Morava (1995: 8) no niega la existencia de homónimos y sinónimos. Según dice, se toleran esas excepciones por dos motivos. Primeramente, porque los seres humanos tenemos suficientes poderes de inferencia para poder averiguar del contexto qué elemento del homónimo es usado en un caso particular. En segundo lugar, las unidades no solo son definidas por sus sustancias fonológicas y conceptuales, sino también por su valor. No obstante, ya que el sistema más eficaz es aquel en el que hay una relación de uno a uno entre signo y significado, es razonable esperar que las excepciones serán relativamente indeseables y que la idea de one-form-one-meaning es una hipótesis razonable.

En cuanto a los homónimos Diver (1975: 14) añade que ―el factor humano permite un grado menor de distinción entre signos que sería requerido si el ingenio humano no fuera inseparablemente implicado en el proceso comunicativo‖.

De Jonge hace referencia a Bloomfield para explicar la existencia de homónimos. Dice; ―si las formas son semánticamente diferentes en su significado lingüístico, no son ‗iguales‘ a pesar de que parezcan iguales por su forma fonética‖ (De Jonge 1993: 523).

Así explicamos los homónimos. Si los hablantes de la lengua nos proveen de dos formas que son similares en sus significados, las dos formas son el resultado de las estrategias humanas independientes. No hay nada que tomar en serio estas dos formas lingüísticas, a pesar de que parezcan muy similares, e intentar buscar la razón de su existencia, o sea, la diferencia en su significado (De Jonge 1993: 523).

(12)

11

3. El problema. Literatura sobre al+infinitivo y gerundio

En este capítulo, primeramente, se exponen algunas consideraciones acerca de la forma y el significado de las dos formas alternantes. Lo que tienen las dos formas en común es que contienen un verbo como unidad de significado más importante y que son formas no flexivas del verbo. No obstante, hay muchas cosas en las que se diferencian ambas formas. Lo presentamos aquí abajo. Primeramente, tratamos al+infinitivo y luego pasamos a describir el gerundio. Por último, formulamos las hipótesis acerca de la distribución de las formas alternantes, basándonos en la forma y el significado de ambas formas.

3.1. Al+infinitivo

Los infinitivos son, como los gerundios, formas no personales del verbo, también denominadas ‗no flexivas‘ o ‗nominales‘. Los infinitivos no pueden entablar relaciones de concordancia con un sujeto y son incapaces de expresar por sí mismos una referencia temporal específica (Lluïsa Hernanz: 2201-2202). El infinitivo solo indica el evento como tal. No obstante, eso no obstaculiza, en el plano semántico, las relaciones que el infinitivo, en tanto que predicado, mantiene con el argumento llamado a desempeñar la función de sujeto (Lluïsa Hernanz: 2213). La construcción al+infinitivo forma una subordinación ‗adverbial‘, que puede tener un valor temporal o causal. (Lluïsa Hernanz: 2306).

En al+infinitivo, el primer elemento es la contracción de la preposición a y del artículo

el. El indica que la secuencia que lo sigue, aquí el infinitivo, no necesita buscar un soporte de

predicación fuera de sí. Gracias a el, el infinitivo aparece como un ente autónomo, independiente de los otros fragmentos que componen el enunciado. El papel de la preposición

a es similar; permite también al infinitivo ganar más autonomía, al sacarlo de la dependencia

estricta del verbo. Si hay una preposición es que la relación entre los elementos que relaciona no es tan automática. Precedido de a, el infinitivo ya no puede ser ni sujeto ni objeto directo. La preposición a es un instrumento de deflexión casi perfecto (Fortineau 2006: 805). Además, al+infinitivo es un PP, gracias a la preposición a, y puede modificar por eso cualquiera cosa, aunque en la mayoría de los casos el elemento modificado es otro evento.

(13)

12

La combinación de los tres elementos (el infinitivo, el articulo el y la preposición a) engendra un significado complejo que podríamos sintetizar de la manera siguiente: ―al+infinitivo dice un acontecimiento aprehendido en su totalidad, actualizado, concebido como autónomo, y en relación al cual hay que pensar el acontecimiento expresado por el verbo regente‖ (Fortineau 2006: 806).

3.2. Gerundio

El gerundio es, igual que el infinitivo, una forma no finita del verbo, carente de morfemas de persona y número. Por construcciones de gerundio entendemos en el presente estudio las secuencias lingüísticas formadas en torno a un gerundio no perifrástico. Son elementos subordinados que no pueden aparecer solos, formando una oración independiente (Fernández Lagunilla 1999: 3445). Desde el punto de vista externo, el gerundio funciona como un adverbio, es decir, como un modificador del verbo o de la oración. No obstante, el gerundio sigue siendo un verbo, visto la sintaxis interna de la unidad que conforma. La naturaleza verbal se demuestra a través de dos propiedades. La primera propiedad, morfológica, es que el gerundio no perifrástico presenta variación flexiva o analítica que va asociada con las nociones de aspecto y tiempo. Esto se puede ver en la diferencia que existe entre cantando y

habiendo cantado. La segunda propiedad, más bien sintáctica, es que llevan complementos y

modificadores (Fernández Lagunilla 1999: 3454).

―El gerundio es una forma aspectualmente imperfectiva o progresiva, que expresa la acción o el proceso denotado por el verbo en su desarrollo, o sin su término, por oposición al infinitivo, forma que indica el proceso ‗sin atender a la posibilidad de término‘ ‖ (Fernández Lagunilla 1999: 3446). Este significado se deriva del morfema de flexión –ndo, que en realidad existe en dos partes. Primeramente, hay –do, morfema que comparte con el participio, que significa una endocronía2 entablada, empezada. Luego, se añade el formante –n que indica que la endocronía del gerundio es una endocronía entablada pero no acabada. El gerundio, pues, expresa un acontecimiento que se desarrolla (Fortineau 2006: 805).

Son muchos los que pueden ser los valores semánticos del gerundio. Sin embargo, existen dos significados más básicos, de los que aquellos pueden ser derivados. Por un lado, está el valor temporal de simultaneidad o coexistencia y, por otro, el circunstancial de modo.

(14)

13

Eso es que la acción expresada por el gerundio indica la manera en que se realiza la acción denotada por el verbo principal (Fernández Lagunilla 1999: 3465).

Por último, el gerundio se caracteriza por una carencia: no puede situar el acontecimiento en el tiempo del universo. Esta laguna obliga al gerundio a insertarse, en el discurso, en la perspectiva temporal abierta por un verbo. ―En consecuencia, el acontecimiento declarado por el gerundio siempre aparece como semánticamente dependiente del acontecimiento dicho por el verbo regente; aquél es una expansión de éste‖ (Fortineau 2006: 806).

Entonces, el gerundio declara un acontecimiento que se desarrolla y cuya existencia debe pensarse en relación con otro acontecimiento, el declarado por el verbo regente.

3.3. El problema

El problema central es, como ya se ha puesto en la introducción, cómo se explica la distribución de las dos formas alternantes, partiendo de los significados de las formas. A partir de los significados descritos en los dos apartados arriba formamos las hipótesis que explicarán la distribución.

La característica más importante de al+infinitivo es su autonomía. Por este motivo esperamos que el sujeto de al+infinitivo no concordará necesariamente con el sujeto del verbo relevante. El gerundio, en cambio, sí debe aparecer relativamente más con concordancia de sujetos, ya que es semánticamente dependiente del verbo regente.

Por el mismo motivo esperamos que al+infinitivo aparecerá más en posición preverbal que el gerundio. El gerundio, que es más dependiente del verbo regente, debe aparecer después de éste porque necesita ese contexto preliminar para ser entendido. Al+infinitivo es más autónomo y el verbo regente le sigue, ya que es éste verbo el que se tiene que ver en relación con al+infinitivo, y no al revés.

Esperamos también que al+infinitivo generalmente estará más lejos del verbo principal que el gerundio. El gerundio es más dependiente del verbo regente y necesita su cercanía para ser entendido, mientras que al+infinitivo aparece como ente más autónomo y puede estar, pues, más lejos del verbo regente.

(15)

14

cambio, es más dependiente y aparecerá más lejos del principio de la oración, porque así le pueden preceder suficientes contextos para poder entender la información expresada por el gerundio.

La característica más importante del gerundio es que indica algo que está en curso. Por lo tanto esperamos que ocurrirá relativamente más con verbos intransitivos, que son verbos que expresan una acción sin término. En cambio, al+infinitivo, que es más autónomo, ocurrirá más con verbos intransitivos, ya que estos verbos implican paso.

(16)

15

4. La presente investigación

Antes de pasar al siguiente capítulo, en que serán probadas las hipótesis expuestas en la introducción, se describirá en este capítulo cómo se ha realizado el análisis. Primeramente, se describe, en pocas palabras, la fuente literaria, de donde se han sacado las formas alternantes. Se justifica la elección de la novela usada y se presenta brevemente el asunto del libro, ya que lo consideramos útil saber algo más del contexto en que debemos pensar los ejemplos que serán presentados más adelante. Después, se presenta el método de trabajo. Se describe cómo se ha formado el corpus, y cómo hemos analizado los datos.

4.1. La fuente literaria

Como fuente de investigación tomamos la novela La sombra del viento. Es en este libro, de la mano del escritor Carlos Ruiz Zafón, en que será investigada la distribución de las formas alternantes gerundio y al+infinitivo. No es una elección arbitraria, al contrario; hay varios motivos para optar por una novela, y más específicamente por esta novela. Como ya decía Diver (1995: 81), los textos escritos por escritores competentes son buenos para investigar, ya que esos escritores emplean más profundamente los recursos lingüísticos. No es que existan dos lenguas diferentes, la lengua escrita y la lengua hablada, sino es que la organización más compleja y extensiva de la lengua escrita lleva a una explotación libre de significados que tal vez no sea tan sensata en las conversaciones, a veces apresuradas y breves. Ruiz Zafón es uno de los autores más leídos y reconocidos en todo el mundo hoy en día. En sus novelas maneja una lengua compleja, literaria e ingeniosa. Por eso es el material perfecto para la investigación. Otro motivo de la elección de este libro, y no otro, es que es una novela reciente. Siendo esta una novela de principio del siglo XXI, se puede considerarla representativa para el uso de la lengua hoy en día. La lengua cambia con el tiempo, y con un libro bien reciente evitamos sacar conclusiones trasnochadas en cuanto a la alternancia de las dos formas.

(17)

16

adoptarlo, asegurándose de que nunca se pierda en el olvido. Encuentra el único ejemplar de

La sombra del viento, una fascinante novela de un escritor desconocido. Este libro cambia su

vida y le arrastra a un laberinto de intrigas y secretos. Los personajes más importantes son el ya mencionado Daniel Sempere, hijo del librero, yJulián Carax, misterioso autor de la novela

La sombra del viento. Luego, está Laín Coubert, personaje que encarna el diablo en la novela

de Julián Carax. Ha salido de la ficción y espía a Daniel Sempere en la realidad. Además, están Gustavo Barceló, dueño de una librería y miembro del gremio de libreros de viejo con tertulias bibliófilas, y Fermín Romero de Torres, mendigo locuaz, que afirma que ha estado preso en los sótanos de Montjuïc por su relevante papel de espía antes de la guerra civil. Por último, tenemos a Javier Fumero, mercenario que al final de la guerra asciende a policía torturador en los sótanos de Montjuïc.

Ahora que sabemos lo suficiente del libro en el marco de la investigación, tratamos el método de investigación que empleamos.

4.2. Método de trabajo

Para componer el corpus de las formas alternantes, no utilizamos solamente el libro impreso, sino también el texto en su forma digitalizada. De este modo se pueden buscar sistemáticamente las formas, utilizando el buscador del documento. Como somos seres humanos, cometemos errores y leyendo la novela se nos pueden escapar algunas formas. Verificándolo con las técnicas de las que disponemos hoy en día, nos aseguramos de un corpus sólido.

Buscamos las formas de gerundio y al+infinitivo como en los ejemplos (1) y (2), ya presentados más arriba en la introducción, que contienen respectivamente un gerundio y al+infinitivo. En estos ejemplos el verbo volver se puede expresar tanto con gerundio como con al+infinitivo, o sea, la variación de las dos formas parece ser posible.3

No todas las formas de gerundio y al+infinitivo entran en el corpus. Solamente las formas en cláusula mínima entran en el corpus. Es decir, que en el caso del gerundio no entran las formas en construcciones perifrásticas como en el ejemplo (3):

(3) Juan está volviendo al salón.

3

Claro está, que en el presente estudio intentamos mostrar la diferencia en distribución de las dos formas alternantes. Aunque en los ejemplos (1) y (2) parecen ser posibles las dos

(18)

17

En este caso el gerundio, volviendo, va acompañado por un verbo auxiliar, está. Asimismo, encontramos construcciones perifrásticas como en los ejemplos (4) y (5) que excluimos del corpus:

(4) El doctor Baró era un solterón insomne que pasaba las noches leyendo a Zola y

mirando estereogramas de señoritas en paños menores para combatir el Tedio.

(Ruiz Zafón 2001: 107) (5) Fíjese que durante una temporada pensé que se acabarían casando y todo, cosas

de críos...

(Ruiz Zafón 2001: 137-138) En los ejemplos (4) y (5), están las construcciones perifrásticas pasaba leyendo y mirando y

se acabarían casando. El gerundio no está en cláusula mínima y por lo tanto lo tratamos de la

misma manera de la construcción estar+gerundio. Estos casos no entran en el corpus, ya que aquí es imposible la variación con al+infinitivo.

Otro tipo de gerundio que no entra en el corpus es el gerundio del tipo del ejemplo (6): (6) Clara y Claudette eran por entonces dos quinceañeras con las venas ardiendo de hormonas y con el mundo guiñándoles el ojo desde las ventanas de la sala de estudio.

(Ruiz Zafón 2001: 37) En el ejemplo (6) ardiendo modifica a las venas. El gerundio tiene aquí un valor casi adjetival y la variación con al+infinitivo no es posible.

El último tipo de gerundio que encontramos en el libro y que decidimos dejar fuera del corpus, es el tipo del ejemplo (7):

(7) Mientras lo hacía, sonreía para sí y pude advertir que sus labios se entrecerraban, como murmurando en silencio.

(19)

18

Al+infinitivo es incapaz de remitir a una posibilidad de acontecimiento, a una ocasión que podría producirse, sin duda por la presencia del artículo que tiene un papel actualizador. El acontecimiento aprehendido por el artículo es necesariamente un acontecimiento efectivo, y no potencial.

(Fortineau 2006: 810) Aunque menos que en el caso del gerundio, también con al+infinitivo tenemos que excluir algunas formas del corpus. Se trata de las formas como en el ejemplo (8) y (9):

(8) Al anochecer, mi padre se retiró a su habitación, se enfundó su mejor traje y regresó con un paquete envuelto en papel de celofán que colocó en la mesita del comedor.

(Ruiz Zafón 2001: 66) (9) —Según tengo entendido, Carax se vio envuelto en un duelo, al amanecer del

mismo día en que iba a contraer matrimonio.

(Ruiz Zafón 2001: 202) Las palabras anochecer y amanecer, respectivamente en el ejemplo (8) y el ejemplo (9), pueden referirse a la forma verbal. Sin embargo, es más plausible que en estos casos se refieran a la forma sustantiva, ya que indican un momento de referencia temporal. Además, se trata de una frase hecha. Si lo comparamos con el ejemplo (10) en el que al+infinitivo tiene más o menos el mismo significado, pero lo que entra en el corpus, ya queda clara la diferencia entre ambas construcciones:

(10) Girando la última página al despuntar el alba, Monsieur Roquefort descubrió que tenía lágrimas en los ojos y el corazón envenenado de envidia y asombro.

(Ruiz Zafón 2001: 37)

Al despuntar el alba significa más o menos lo mismo que al amanecer. Sin embargo, aquí se

trata obviamente de un verbo, en vez de un sustantivo, porque se expresa fonéticamente su sujeto el alba. Por lo tanto sí entra en el corpus. Por estos motivos decidimos excluir las formas de al amanecer y al anochecer del corpus.

(20)

19

alternantes. En la tabla (1) se presenta el número absoluto y relativo de apariciones de ambas formas alternantes:

Tabla 1: número de apariciones de las formas investigadas en el corpus.

Como se puede ver en la tabla, 401 de todas las formas alternantes, o sea un 81%, es gerundio. En cambio al+infinitivo sólo aparece 94 veces, lo que es un 19% del total de las formas alternantes. Al+infinitivo aparece, pues, significativamente menos que el gerundio. Aún así, ambas formas aparecen lo suficientemente para hacer un buen análisis.

Primeramente, sacamos todas las formas alternantes relevantes con su contexto relevante, o sea, la frase en que aparece. Analizamos cada forma, partiendo de cinco categorías, para poder probar las diferentes hipótesis. Después, hacemos para cada hipótesis un análisis cuantitativo. Por último, hacemos el análisis cualitativo. En ese análisis ilustramos las hipótesis con ejemplos convincentes y explicamos los casos que aparentemente contradicen la hipótesis. Hacemos un informe de los resultados más importantes de los análisis.

En cuanto al análisis cuantitativo, cabe señalar que utilizamos una herramienta estadística para verificar la significancia de los resultados, que es el test Chi-cuadrado. Pearson introdujo este test para poder contestar a la pregunta qué significa una diferencia en los resultados. En investigaciones frecuentemente se proponen modelos y luego se realizan experimentos. Mejía dice sobre esto:

Mientras que los resultados experimentales no pueden probar que un modelo determinado es correcto, los resultados que difieran significativamente de los esperados sí pueden conducir al rechazo de éste. Sin embargo, el azar también puede causar que los resultados difieran de las expectativas, especialmente cuando el tamaño de la muestra es pequeño.

(Mejía 2009: 1) En términos simples, el test compara los resultados observados con los resultados teóricos, estos últimos calculados bajo el supuesto de que las variables fuesen independientes entre sí. Si los resultados observados difieren significativamente de los resultados teóricos se puede concluir que las variables están asociadas. Por el contrario, si los resultados observados y

La sombra del viento N / % Gerundio Al+infinitivo

(21)

20

teóricos no difieren significativamente se afirma que las variables son independientes y que el resultado se lo puede considerar significativo (Cerda y Villarroel 2007).

(22)

21

5. El análisis

En este capítulo probamos las hipótesis y explicamos que la distribución de las dos formas alternantes no es arbitraria, sino que está relacionada con el significado de las formas. Se investigan correlaciones entre las formas alternantes con ciertos elementos contextuales, basadas en los significados hipotéticos de las formas. En el capítulo tres ya decíamos que al+infinitivo indica una acción más independiente del verbo que modifica, mientras que el gerundio indica simultaneidad con el verbo que modifica. Esto se espera observar de las diversas maneras que se describen a continuación.

La correlación más importante se espera encontrar entre la forma alternante y la concordancia de los sujetos. Ya que al+infinitivo es más independiente que el gerundio, esperamos que aparecerá más con discordancia de sujetos que el gerundio. Éste debería estar en concordancia con el sujeto del verbo, ya que es dependiente de él y muestra simultaneidad. Además de esta correlación principal, esperamos encontrar otras correlaciones entre las formas y sus elementos contextuales. En primer lugar, está la posición sintáctica de las formas alternantes. Esperamos que al+infinitivo estará más en posición postverbal que gerundio, ya que aquél es más dado en el contexto que éste.

Luego, está el carácter transitivo o intransitivo de las formas alternantes. Es de esperar que el gerundio, como un verbo que indica que un evento se desarrolla, aparecerá más con verbos intransitivos, mientras que al+infinitivo, que no tiene este significado, aparecerá más con verbos transitivos.

Además, esperamos que habrá una diferencia en distancia de las formas alternantes con respecto al principio de la oración relevante. Al+infinitivo aparecerá, como verbo más independiente, más cerca del principio de la oración que el gerundio.

Por último, esperamos qua habrá una correlación entre la forma alternante y la distancia de esta forma con respecto al verbo conjugado. Al+infinitivo podrá estar más lejos del verbo principal, gracias a su independencia, que el gerundio.

(23)

22

En los apartados que siguen se presentan los resultados de los tests y el análisis consiguiente. En cada apartado, primeramente, se expone más detalladamente la hipótesis subyacente a la prueba con unos ejemplos ilustrativos de ambas formas. Sólo después, se presentan y analizan los resultados. Además del análisis cuantitativo, entramos en el análisis cualitativo para poder contestar a la pregunta central. Empezamos por la hipótesis acerca de la concordancia de sujetos.

5.1. Los sujetos de las formas alternantes

El primer asunto que querremos aportar en el marco de esta investigación tiene relación con los sujetos de las formas alternantes. Fortineau (2006: 804) destaca que ―las dos formas que nos interesan pertenecen al modo casi nominal cuya característica es la exclusión de la persona‖. En este apartado investigamos la concordancia o discordancia de los sujetos de las formas alternantes con los verbos relevantes y la correlación que tiene con el significado de las formas.

Es de esperar que en el caso del gerundio habrá concordancia con el sujeto del verbo principal. La explicación por esta suposición está en el hecho de que el gerundio funciona más bien como un adverbio, diciendo por este motivo necesariamente algo del evento expresado por el verbo principal y, por consiguiente, de su sujeto.

Por otro lado esperamos observar que al+infinitivo aparece relativamente más en discordancia con el sujeto del verbo principal. Al+infinitivo es un PP, visto que lleva la preposición a. Un PP, contrariamente a un adverbio, puede modificar cualquiera cosa. Entonces, puede modificar el verbo relevante y su sujeto perteneciente, pero también puede modificar otro sujeto. Los ejemplos siguientes ilustran la hipótesis:

(11) Recuerdo que aquel [sic] alba de junio me desperté gritando.

(Ruiz Zafón 2001: 14) (12) Antes de que yo pudiese responder, la tienda se sacudió con estruendo balístico

al precipitarse desde las alturas unas obras completas de Blasco Ibáñez en tapa

dura.

(24)

23

En el ejemplo (11), gritando funciona como adverbio de modo y dice algo sobre la manera en que Daniel se despierta. Dice, pues, algo sobre el evento de despertar y por consiguiente algo del sujeto perteneciente que es el yo, no expresado fonéticamente, como suele pasar en la lengua española.4

En el ejemplo (12) al+infinitivo muestra discordancia de sujeto con el verbo relevante. El verbo principal es se sacudió, cuyo sujeto es la tienda. No obstante, al precipitarse tiene el sujeto unas obras completas de Blasco Ibáñez en tapa dura. Ni siquiera hay una relación muy estrecha entre los dos sujetos. Por lo tanto este ejemplo demuestra que al+infinitivo puede tener cualquier sujeto, y que no tiene que estar necesariamente en concordancia con el sujeto del verbo principal.

En el ejemplo (12), a pesar de la discordancia, se entiende bien la frase, ya que el sujeto de al+infinitivo es expresado fonéticamente. Encontramos más ejemplos en que el sujeto discordante de al+infinitivo es expresado explícitamente para evitar la confusión. No obstante, también hay frases en que el sujeto de al+infinitivo discordante no es realizado fonéticamente, pero en que todavía se entiende bien cuál debería ser el sujeto, como en el ejemplo (13):

(13) Mire que al leerla me entraron ganas de llorar.

(Ruiz Zafón 2001: 149) El verbo relevante es entraron cuyo sujeto es ganas de llorar. Sin embargo, el sujeto de al

leerla es el yo, no expresado fonéticamente, Ahora se entiende por el significado del verbo

cuál debe ser el sujeto. Leer es una actividad humana, que no puede ser cumplida por el sujeto

ganas de llorar. El único complemento que queda es me, y ya que se refiere a un ser humano

este complemento sí puede funcionar como sujeto de al leerla. Así encontramos más casos en que el sujeto no expresado de al+infinitivo se entiende porque el sujeto del verbo principal, semánticamente visto, no puede cumplir el papel del sujeto. En el ejemplo (14) la discordancia en primer instante parece errónea, pero, así y todo, se deja explicar:

(14) No paraba de canturrear y, al preguntarle por la causa de su excelente humor, nos explicó que había sido padre el día anterior

(Ruiz Zafón 2001: 232)

(25)

24

El verbo principal relevante es explicó con el sujeto no expresado fonéticamente él. De la frase anterior; ―Nos atendió un camarero que lucía un emblema de la Falange en la solapa y un bigote cortado a lápiz.‖ (Ruiz Zafón 2001: 232), desprendemos que esta tercera persona singular se refiere al camarero. El sujeto de al preguntarle debería ser lo mismo, pero no lo es. El sujeto es nosotros. Aquí se lo explica de la manera siguiente; primeramente, se considera el camarero como sujeto, pero a él ya se refiere como complemento indirecto con el pronombre

le. Por eso, se debe buscar otro complemento humano en la oración que puede cumplir el

papel de sujeto, y es nos, pues, ‗nosotros‘. Entonces, el complemento siguiente que entra en consideración y que puede cumplir el papel de sujeto se debe entender como sujeto de la forma al+infinitivo.

Otro ejemplo de un al+infinitivo discordante que no impide el buen entendimiento de la frase es el ejemplo (15):

(15) Al preguntarle al muchacho si podían hacer algo por él, Francisco Javier Fumero preguntó si podía conservar aquella vieja escopeta, porque de mayor quería ser soldado...

(Ruiz Zafón 2001: 258) Es un ejemplo que parece un poco al ejemplo (14) anterior, pero que es más complicado. El verbo principal relevante es preguntó con el sujeto correspondiente Francisco Javier Fumero.

Al preguntarle tiene como sujeto el teniente de la guardia civil como concluimos de la

oración precedente; ―El teniente de la Guardia Civil, tras mucho cavilar, dictaminó que el suceso había sido un trágico accidente y así lo hizo constar en el atestado, que no en su conciencia.‖ (Ruiz Zafón 2001: 232). Ya que en la construcción al+infinitivo ya se refiere a

Fumero, como complemento indirecto, se debe buscar otro complemento para poder cumplir

el papel de la persona que hace la pregunta. No lo encontramos en la misma frase, sino en la oración precedente.

(26)

25

(16) Al irrumpir una noche en una mansión suntuosa de la avenue Foix para diezmar la colección privada de muñecos de un magnate enriquecido a través de turbias artimañas durante la revolución industrial, su hija, una señorita de la buena sociedad parisina, muy leída y fina ella, se enamoraba del ladrón.

(Ruiz Zafón 2001: 35) En esta oración, bastante complicada, se enamoraba es el verbo principal relevante cuyo sujeto es su hija, una (…) y fina ella. El sujeto de al irrumpir deberíamos interpretar teóricamente como el ladrón. Sin embargo, en la manera en que está construida la frase, parece que la persona que irrumpe es la hija. Semánticamente visto, este sujeto, que es humana, puede cumplir el evento de irrumpir, y por lo tanto no deberíamos buscar otro complemento que desempeñe el papel de sujeto de al irrumpir. No obstante, siguiendo la lógica intelectual humana, sabemos que es un ladrón que irrumpe, y no una señorita de la buena sociedad. Esta es la ilustración perfecta de lo que esperamos. Esperamos observar que en el caso de discordancia encontramos relativamente más al+infinitivo. El presente caso muestra que hasta incluso en los casos en que no se puede deducir el sujeto, es posible la discordancia de al+infinitivo.

Pasamos al ejemplo (17), que muestra un caso similar:

(17) Al sonreír observé que le faltaban al menos cuatro dientes de la encía superior. (Ruiz Zafón 2001: 176) El verbo principal relevante es observé cuyo sujeto es el ‗yo‘ no expresado fonéticamente. Sin embargo, de la frase anterior, ―El portero me miró con aire confidencial.‖ (Ruiz Zafón 2001: 232), desprendemos que el sujeto de al sonreír debe ser ‗el portero‘. No obstante, parece que se debe entender el yo como sujeto de al sonreír, lo que teóricamente es plausible. Otro caso, pues, que muestra la capacidad de al+infinitivo de ser discordante de sujeto, a veces a costa del buen entendimiento de la frase.

El último caso que queremos discutir es el ejemplo (18):

(18) Arrastraba todavía la mirada de soslayo que me había propinado Isaac al dejar el Cementerio de los Libros Olvidados.

(27)

26

El verbo principal relevante había propinado tiene el sujeto Isaac. Al dejar no tiene un sujeto expresado fonéticamente. Lógicamente, equivaldría al sujeto del verbo principal, pues Isaac. No obstante, del contexto anterior desprendemos que era Daniel que dejaba el Cementerio de los Libros Olvidados, y no Isaac. Este contexto se encuentra en un capítulo mucho más adelante, y por tanto es aún más difícil entender qué debe ser el sujeto de al+infinitivo.

Parece, pues, que en el caso de al+infinitivo es posible, hasta incluso en unos casos en donde el contexto no es lo suficientemente evidente, la discordancia entre el sujeto de al+infinitivo y el sujeto del verbo principal relevante.

Ahora, para cada forma alternante determinamos si hay concordancia con el sujeto del verbo principal o no. En la tabla siguiente esperamos observar que hay una preferencia por el gerundio en el caso de concordancia de sujeto, mientras que en el caso de discordancia hay una preferencia por al+infinitivo. Los resultados de la prueba se dan en la tabla (2). En la tabla se ve tanto para la concordancia como para la discordancia cuántas veces aparece el gerundio y al+infinitivo. El primer número es el número absoluto de apariencia, el número que sigue es el número relativo, o sea, el porcentaje de apariencia. En todas las tablas que siguen en el presente estudio, la estructura es la misma. El primer número es el número absoluto, y el número después de la barra indica el número relativo, es decir, el porcentaje.

Tabla 2: concordancia del sujeto del verbo principal con el sujeto de la forma investigada

Vemos que con 394 gerundios hay concordancia entre el sujeto del verbo principal y el sujeto del gerundio, lo que es un 86% de todos los casos con sujetos iguales. Por el contrario, solo en 5 casos los sujetos no son iguales, lo que equivale a un 15% de todos los casos con sujetos desiguales. Al+infinitivo aparece 66 veces con concordancia de sujetos, un 14% de todos los sujetos concordantes. En cambio, aparece 28 veces con sujetos desiguales, lo que es un 85% de todos los casos en que no hay concordancia de sujetos. Entonces, el gerundio prefiere la concordancia de sujetos, mientras que al+infinitivo prefiere la discordancia de sujetos. Para saber si los resultados son lo suficientemente significativos ejecutamos el test Chi-cuadrado. El resultado del test se pone en la tabla, más arriba de la primera columna, igual dónde lo ponemos en todas las tablas que siguen a continuación. Del test sabemos que los resultados

N/ %; X²=100,8; p<0,001 Gerundio Al+infinitivo

Sujetos iguales 394/ 86% 66/ 14%

(28)

27

son muy significativos. Hay una probabilidad de menos de uno a mil que las observaciones son el resultado del azar.

Aunque la hipótesis cuadra significativamente, todavía quedan cinco casos de gerundio en que no hay concordancia de sujeto. Eso nos debe extrañar, ya que antes explicamos que el gerundio, visto su función de adverbio, solo puede modificar al sujeto del verbo que modifica. La pregunta es cómo se puede explicar la discordancia de los gerundios.

Esperamos que en estos casos de gerundios con discordancia habrán otros elementos que aclaran lo que debe ser el sujeto del gerundio. Si estudiamos detalladamente los cinco casos en que el sujeto del gerundio no concuerda con el sujeto del verbo relevante, resulta que aquí, efectivamente, no hace falta la concordancia. La frase se entiende muy bien, a pesar de la discordancia. A continuación discutimos los cinco casos uno por uno.

En el ejemplo (19) vemos el primer gerundio del corpus cuyo sujeto no equivale al sujeto del verbo regente:

(19) El profesor Velázquez tenía fama de donjuán y no faltaba quien dijese que la educación sentimental de toda señorita de buen nombre no estaba completa sin un proverbial fin de semana en un hotelito en el paseo de Sitges recitando alejandrinos téte-á-téte con el distinguido catedrático.

(Ruiz Zafón 2001: 129) El sujeto del verbo principal estaba es la educación sentimental de toda señorita de buen

nombre. El sujeto del gerundio recitando es toda señorita de buen nombre. Parece que aquí la

diferencia en sujetos se hace posible por el significado del verbo. Recitar es una actividad obviamente humana. Claro está, que la educación sentimental no puede recitar. El único elemento que entra en cuenta para ser la persona que recita es toda señorita de buen nombre.

En el ejemplo (20) tenemos otro caso de diferencia entre el sujeto del gerundio y el sujeto del verbo principal:

(20) Quizá fuera la caminata a paso ligero que me había levantado el ánimo, quizá fueran mis dieciocho años y el hecho de que pasaba más tiempo entre las musas atrapadas en tomos viejos que en compañía de muchachas de carne y hueso, que siempre me parecían a años luz del fantasma de Clara Barceló, pero en aquel momento, leyendo cada pliegue en la anatomía de aquella estudiante a la que únicamente podía ver de espaldas pero que me imaginaba en tres dimensiones y perspectiva alejandrina, se me pusieron unos dientes largos como palmatorias.

(29)

28

El sujeto del verbo principal pusieron es unos dientes largos como palmatorias. El sujeto del gerundio leyendo, tiene que ser el yo, que es Daniel Sempere y que no es expresado fonéticamente. Sin embargo, en la oración principal sí se refiere a Daniel Sempere cuando se dice; se me pusieron unos dientes largos (…). Me, como complemento indirecto, refiere al ‗yo‘. Teóricamente es el único sujeto posible del gerundio, ya que leer es de nuevo una actividad humana que no puede ser realizada por unos dientes.

El siguiente ejemplo (21) también muestra una discordancia de sujetos: (21) Ya le creíamos haciendo las Américas, Daniel.

(Ruiz Zafón 2001: 157) El sujeto del verbo principal creíamos es ‗nosotros‘ que no es expresado fonéticamente. El sujeto de haciendo es Daniel, expresado en la frase como la persona a quien se dirige la palabra. Ahora se entiende por el complemento indirecto le que es Daniel la persona de quien se cree que hace las Américas, y no los hablantes que son el sujeto del verbo principal.

El ejemplo (22) se deja explicar de una manera similar:

(22) Escuchándome a mí mismo, se me hacían cada vez más evidentes las lagunas que había en aquella historia.

(Ruiz Zafón 2001: 226) El sujeto del verbo principal hacián, es las lagunas que había en aquella historia. El sujeto del gerundio escuchándome, en cambio, es el ‗yo‘, el hablante, no expresado fonéticamente en la oración. No obstante, el complemento indirecto me en la oración principal da a entender que es ésta la persona que debe ser considerada el sujeto del gerundio. Además, todas las demás palabras en la oración subordinada, el me pegado al gerundio y a mi mismo indican que el sujeto del gerundio es el ‗yo‘. Es tan obvio el sujeto, que no molesta la discordancia.

El último ejemplo que muestra una discordancia es el ejemplo (23):

(23) —Saber sabe; lo que no tiene, hablando en plata, es cojones para coger el toro por los cuernos.

(30)

29

El verbo principal tiene, tiene el sujeto él que no es expresado fonéticamente. Luego,

hablando tiene el hablante como sujeto. Aquí, hablando en plata es una expresión en cierto

modo fija. Por lo tanto, es obvio que es un comentario aportado por el hablante, y que no tiene nada que ver con el sujeto del verbo principal.

Llegamos a la conclusión que al+infinitivo dispone de una capacidad de que carece el gerundio. En el caso de discordancia de sujetos hay una clara preferencia por la construcción al+infinitivo. Hemos visto que en la mayoría de los casos la discordancia no impide el buen entendimiento de la frase, porque el sujeto se puede deducir de otra manera, o bien expresado explícitamente como sujeto de al+infinitivo o bien refiriéndose al objeto indirecto de la oración principal. Sin embargo, también hay casos en que el buen entendimiento no es garantizado por otros complementos en la frase pero en que sí se permite la discordancia. En el caso del gerundio no es posible la discordancia, a menos que haya otros complementos en la oración que garantizan el buen entendimiento de la frase.

5.2. La posición sintáctica de las formas alternantes con respecto al verbo principal. El siguiente test que ejecutamos tiene que ver con la posición sintáctica de las formas alternantes. Investigamos la posición de las formas con respecto al verbo del que dependen. Igual que De Jonge (2007: 7) esperamos que al+infinitivo aparecerá más en posición preverbal que el gerundio, que aparecerá más en posición postverbal. La razón por ello es que al+infinitivo es relativamente más dado en el contexto gracias al artículo definido el. Según Fortineau (2006):

El es un soporte de actualización nocional de discurso para elementos de incidencia

interna no marcados ni por el género ni por el número. Indica que la secuencia que lo sigue, aquí el infinitivo, no necesita buscar un soporte de predicación fuera de sí; gracias a el, el infinitivo, aprehendido en su totalidad, aparece como un ente autónomo, independiente de los otros fragmentos que componen el enunciado.

(Fortineau 2006: 805)

(31)

30

Eso es, son dos eventos bastante independientes el uno del otro. El significado de la construcción es un acontecimiento aprehendido en su totalidad, concebido como autónomo y en relación al cual hay que pensar el acontecimiento expresado por el verbo regente (Fortineau 2006: 806). Esta cierta independencia le permite estar en una posición preverbal, ya que no hace falta primeramente explicar el evento expresado por el verbo principal, para poder entender el evento indicado por al+infinitivo. Es más, el verbo principal lo hay que pensar en relación con el evento expresado por al+infinitivo. Por eso, será lógico que al+infinitivo preceda al verbo principal.

En cambio, el gerundio se caracteriza por una carencia de autonomía porque no tiene ni un artículo definido, ni una preposición. ‗El acontecimiento declarado por el gerundio siempre aparece como semánticamente dependiente del acontecimiento dicho por el verbo regente, aquél es una expansión de éste‘ (Fortineau 2006: 806). Por tanto, el gerundio debería seguir al verbo principal.

Los ejemplos (24) y (25), con respectivamente gerundio y al+infinitivo, nos sirven de ejemplos de este fenómeno.

(24) Me crié entre libros, haciendo amigos invisibles en páginas que se deshacían en polvo y cuyo olor aún conservo en las manos.

(Ruiz Zafón 2001: 14) (25) Al hacerlo, imaginaba a la hija de Isaac recorriendo aquellos mismos corredores oscuros e interminables con idéntica determinación a la que me guiaba a mí: salvar el libro.

(Ruiz Zafón 2001: 93) En el ejemplo (24) vemos que el gerundio, haciendo, sigue al verbo principal me crié. Entonces, está en una posición postverbal. Hacer amigos aparece como semánticamente dependiente del acontecimiento de criarse, y por lo tanto está colocado en una posición postverbal. En el ejemplo (25) vemos que al+infinitivo, al hacerlo, ocupa una posición preverbal con respecto al verbo con que tiene relación, imaginaba. Al+infinitivo es relativamente autónomo y en relación a este acontecimiento hay que pensar el siguiente evento, imaginaba, expresado por el verbo principal.

(32)

31

relativamente más en posición postverbal, ya que esta forma es dependiente del evento expresado por el verbo principal. Asimismo, esperamos observar que al+infinitivo aparece relativamente más en posición preverbal, ya que esta forma es más independiente del verbo principal. En la tabla se ve para la posición preverbal y la posición postverbal cuántas veces aparece tanto el gerundio como al+infinitivo. El primer número es el número absoluto de apariencia, el número que sigue es el número relativo, o sea, el porcentaje de apariencia.

Tabla 3: posición de la forma investigada con respecto al verbo con el que guarda relación.

En la tabla se puede ver que en posición preverbal se encuentran 41 ejemplos de gerundio, que es un 40% de todos las formas preverbales, y 61 ejemplos de al+infinitivo, o sea, un 60%. En posición postverbal están 360 ejemplos de gerundio, es decir un 92% de todas las formas en posición postverbal, frente a 32 ejemplos de al+infinitivo, lo que, relativamente visto, es solo un 8% de todas las formas postverbales. Entonces, el gerundio tiene una clara preferencia por una posición postverbal, con una diferencia significante de 52% (92% - 40%). Por el contrario, al+infinitivo prefiere estar en una posición preverbal, con una diferencia de también 52% (60% - 8%).

Aunque con estos resultados parezca innecesario confirmar que los resultados son lo suficientemente significativos, las diferencias en porcentajes se evaluaron con el test Chi-cuadrado para estar seguro del valor de los resultados. El test muestra que hay una probabilidad de menos de uno a mil que las observaciones son el resultado del azar. Este test demuestra, entonces, que los resultados pueden ser considerados suficientemente significativos. En el estudio de De Jonge la hipótesis se ve confirmada también significativamente. En su investigación un 67% de los gerundios aparece en posición postverbal, mientras 73% de al+infinitivo está en posición preverbal. La posibilidad de que este resultado se debe al azar es de menos de uno a mil (De Jonge 2009: 7). Es decir, la prueba es perfectamente válida, igual como la presente prueba.

No obstante, en el caso de al+infinitivo hay bastantes casos, 32 para ser preciso, que no corresponden con la hipótesis. Vamos a ver cómo es posible esta desviación.

En muchos casos la posición postverbal de al+infinitivo es producida por la construcción de la frase. En las oraciones que empiezan con una citación literal, en que el

N/ %; X²= 60,2; p<0,001 Gerundio Al+infinitivo

Posición preverbal 41/ 40% 61/ 60%

(33)

32

verbo relevante indica el evento de expresar la citación, es imposible poner al+infinitivo en posición preverbal. Esto se ejemplifica en (26):

(26) —Hombre, Sempere — proclamó Barceló al ver entrar a mi padre—, el hijo pródigo.

(Ruiz Zafón 2001: 23) En este caso es imposible la posición preverbal de al+infinitivo a no ser que se cambie toda la estructura de la frase. En tal caso se quita toda la expresión sorprendida de la frase, ya que la exclamación Hombre, Sempere se pondrá al final de la oración, sin un mínimo de énfasis.

Hay otro motivo por lo que en algunos casos al+infinitivo se ve obligado a ponerse en una posición postverbal. Son los casos en que el verbo relevante es un gerundio. En el ejemplo (27) vemos el efecto que tiene la presencia del gerundio a la posición de al+infinitivo:

(27) Girando la última página al despuntar el alba, Monsieur Roquefort descubrió que tenía lágrimas en los ojos y el corazón envenenado de envidia y asombro.

(Ruiz Zafón 2001: 23)

Al despuntar tiene como verbo relevante girando. Parece agramatical cambiar las dos formas

de sitio:

(28) * Al despuntar el alba, girando la última página, Monsieur Roquefort descubrió (…)

Es un fenómeno excepcional. El gerundio prefiere estar en posición postverbal y al+infinitivo prefiere la posición preverbal. Sin embargo, si al+infinitivo tiene como verbo regente un gerundio, se invierten las cosas. Entonces el gerundio debe anteponerse a al+infinitivo. El siguiente ejemplo (29) lo confirma:

(29) Bajé las escaleras con furia, sintiendo los ojos rebosando lágrimas de ira al salir a la calle desolada, bañada de luz azul y de frío.

(34)

33

(30) * Bajé las escaleras con furia, al salir a la calle desolada (…), sintiendo los ojos rebosando lágrimas de ira.

Pues, una excepción de la posición postverbal favorable de al+infinitivo es cuando el verbo principal tiene forma de gerundio. Parece que en el caso de que al+infinitivo está relacionado con el verbo principal en gerundio, al+infinitivo debe ponerse en posición postverbal, mientras el gerundio debe colocarse en posición preverbal, justamente lo contrario de lo que es de esperar en una situación con un verbo regente en forma personal.

También hay una frase en que aparecen dos construcciones de al+infinitivo:

(31) Cerré la puerta y, al volverme, casi se me para el corazón al vislumbrar una docena de ojos azules y escarlata avanzando desde el fondo del pasillo.

(Ruiz Zafón 2001: 74) El primer al+infinitivo, al volverme, está colocado en una posición preverbal con respecto al verbo regente para, como es de preferir. El siguiente al+infinitivo al vislumbrar, sin embargo, está en una posición postverbal con respecto al mismo verbo regente para. Sería agramatical colocar este al+infinitivo en posición preverbal, como se ilustra en el ejemplo (32):

(32) * Cerré la puerta y, al volverme, al vislumbrar (…) casi se me para el corazón.

Contrariamente al gerundio, como veremos más adelante en el estudio, parece que dos construcciones de al+infinitivo, relacionadas con el mismo verbo regente, no pueden ponerse una tras otra. Una debe colocarse antes del verbo principal, en su posición favorable, mientras que la otra no tiene otra posibilidad que ponerse en la posición menos favorable, que es la posición postverbal.

(35)

34

(33) Monsieur Roquefort, temiendo que su contrato fuese rescindido al descubrir la madre de Clara que sus labores docentes estaban formando dos analfabetas con la cabeza llena de pájaros, optó por pasarles la novela de Carax con el pretexto de que era una historia de amor de las que hacían llorar a moco tendido, lo cual era una verdad a medias.

(Ruiz Zafón 2001: 39) En este caso no se puede distinguir bien, por qué se pone al+infinitivo en posición postverbal. Parece que es cuestión de estilo, más específico, cuestión de énfasis. Al descubrir expresa la causa por la que el contrato puede ser rescindido, es decir, al+infinitivo expresa la causa del evento indicado por el verbo principal. Luego, temiendo que su contrato fuese rescindido, forma la causa del evento optó por pasarles (…). Parece, pues, que el verbo principal es más importante para el contexto que al+infinitivo, y por tanto, se pone adelante para adquirir más énfasis. Un caso similar es el ejemplo (34):

(34) Cuál fue mi sorpresa al descubrir que mi padre, librero de casta y buen

conocedor de los catálogos editoriales, jamás había oído hablar de La Sombra del Viento o de Julián Carax.

(Ruiz Zafón 2001: 21) El descubrimiento, expresado por al+infinitivo, es la causa de la sorpresa. La sorpresa ya lleva cierto énfasis, producido por la construcción con cuál. Al anteponer el verbo principal a al+infinitivo, este énfasis se intensifica aún más. Es más, en este caso es imposible intercambiar la posición de los dos verbos. Pues parece que en algunos casos el estilo entra en juego y hace que la posición postverbal de al+infinitivo es favorable. Eso no es tan sorprendente. Al+infinitivo es más autónomo y por lo tanto una posición postverbal, aunque sea menos favorable, no parece errónea. Tiene más libertad en su colocación.

En resumen, hay varios motivos por los que al+infinitivo a veces no está en la posición preferida preverbal. Si la oración principal empieza por una citación literal, al+infinitivo es obligado a insertarse después del verbo principal. Además, si el verbo principal tiene forma de gerundio o al+infinitivo en cláusula mínima, también se prefiere la posición postverbal. Por último, hay unos casos en que el estilo literario de preferencia a la posición postverbal, con el fin de dar cierto énfasis.

(36)

35

del gerundio, es favorable, y la colocación preverbal del gerundio parece errónea, o por lo menos muy indeseada. La pregunta es por qué en estos casos el gerundio puede aparecer en esta posición preverbal desfavorable.

Al estudiar más detalladamente los casos de gerundio que se desvían de la hipótesis, aparece una diferencia notable entre las frases con gerundios preverbales y gerundios postverbales. A continuación presentamos esta diferencia para poder explicar de esa guisa la desviación de los gerundios preverbales.

Es notable que en la mayoría de los contraejemplos la oración principal sea bastante extensa, mientras que en los casos de los gerundios postverbales las oraciones principales son sucintas. Esperamos, entonces, que con los verbos principales que estén en un contexto muy amplio el gerundio preferirá la posición preverbal, para evitar la falta de claridad de la frase. En el ejemplo (24) arriba ya se ha presentado un gerundio postverbal. Se nota que la oración principal del que depende es muy concisa: ―me crié entre libros‖. El verbo principal solamente lleva un PP que consiste en la preposición entre y el sustantivo libros. En (35) se da otro ejemplo de este fenómeno:

(35) Sonrió, asintiendo.

(Ruiz Zafón 2001: 287) En el ejemplo (35) la oración principal consiste en solo una forma verbal, que es sonrió. Resulta que en la mayoría de los gerundios postverbales la oración principal no es muy extensa. En cambio, en la mayoría de los gerundios preverbales, se nota que la oración principal es bastante extensa. Son extensas por la presencia de una frase subordinada o por las descripciones extensas de los sustantivos.

Referenties

GERELATEERDE DOCUMENTEN

Es un problema con el que Fundación Telefónica muestra su compromiso e implicación a través del Programa Proniño, que desde 1998 contribuye a erradicar el trabajo infantil en

República, los gobiernos de Felipe González querían enseñar la nueva cara del país; no solamente hacia el exterior, sino también de manera didáctica al interior, facilitando sobre

máxima para diseñar su horario.” “Las horas de juego son tan importantes como el sueño o las comidas. La niñez es mucho más que una época de preparación para el futuro”,

(3) En EEUU el español hoy es utilizado por más personas que en España y el voto latino ha sido determinante para la elección de Obama como presidente?. ¿Tiene nuestro idioma

Y además es rentable porque, explica, “si se vende el alcohol más barato, se consume más y yo tengo que comprar más bebidas, por lo que los

Ataca especialmente a las grandes empresas, como fabricantes de cloro y plástico PVC, petroleras y compañías eléctricas.. Además se opone al exagerado consumo de energía y a tirar

Estaba tomando algo con unas amigas en una terraza en el paseo marítimo de mi ciudad cuando descubrí una cartera cerca de mi silla. Pensábamos que la habían tirado después

Informe de Verificación de la Consulta realizada en el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro-Secure. La Paz, Bolivia.. Así, en diciembre del 2011, el gobierno