• No results found

Pepín Bello: el enigma sin fin

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Share "Pepín Bello: el enigma sin fin"

Copied!
53
0
0

Bezig met laden.... (Bekijk nu de volledige tekst)

Hele tekst

(1)

P

EPÍN

B

ELLO

EL ENIGMA SIN FIN

(2)

P

EPÍN

B

ELLO

:

EL ENIGMA SIN FIN Tesis de maestría

Autor: Jacqueline M. de Vent Escalante (6187269) Estudio: rMA (master de investigación) Literary Studies Primer lector: dr. Pablo Valdivia Martín

Segundo lector: dr. Yolanda Rodríguez Pérez

Universidad: Universidad de Ámsterdam (Facultad de Humanidades) Fecha: junio de 2014

Foto de portada: “Verbena de San Antonio de Florida. De izquierda a derecha: Pepín Bello, Juan Centeno, Juan Vicens, Luis Eaton y Federico García Lorca. Madrid, 1924” (Castillo y Sardá, 2007: 3).

(3)

A

BSTRACT

José ‘Pepín’ Bello fue conocido principalmente por el papel de aglutinador que desempeñaba en la llamada Generación del 27. En esta tesis, nuestra investigación se ha centrado en encontrar una respuesta a la pregunta ¿quién es José ‘Pepín’ Bello y cuál ha sido su contribución (artística) a la llamada Generación del 27? Combinando las teorías de Walter Benjamin (El narrador) y de Michel Foucault (¿Qué es un autor?) para determinar la auctoritas de Bello en relación a los miembros de la llamada Generación del 27. Además, presentamos un estudio historio-biográfico del oscense y desentrañamos cuatro enigmas que hasta ahora no se habían resuelto o sobre los que no se había indagado lo suficiente: 1) la importancia de Bello en la Residencia de Estudiantes, 2) la influencia que tuvo Bello en algunas obras maestras creados por sus tres mejores amigos Federico García Lorca, Luis Buñuel y Salvador Dalí, 3) la autoridad artística de Bello mismo y 4) su papel de historiador de la llamada Generación del 27.

Los hechos presentados en este estudio demuestran que el papel que ha desempeñado José ‘Pepín’ Bello en la llamada Generación del 27 no ha sido tan sólo el de “amigo de los grandes artistas del siglo veinte”, sino que él mismo también ha participado en la construcción del arte de la vanguardia española. La importancia e influencia que ha ejercido Bello en las vidas y los trabajos de sus amigos Buñuel, Dalí y Lorca, la propia obra del oscense y su papel como narrador de la historia de la llamada Generación del 27 han sido esenciales para considerarle no tan sólo aglutinador del grupo artístico, sino también miembro fundacional.

Palabras claves: José ‘Pepín’ Bello, memoria cultural, vanguardia española, Generación del

(4)

Í

NDICE

1.   INTRODUCCIÓN...5  

2.   TEORÍA Y MÉTODO...8  

3.   ¿QUIÉN FUE JOSÉ ‘PEPÍN’BELLO? ...16  

A.   INFANCIA... 16  

B.   MADRID: LA ÍNTIMA AMISTAD ENTRE CUATRO GENIOS ARTÍSTICOS... 17  

C.   SEVILLA:“EL FOTÓGRAFO DE LA GENERACIÓN DEL 27”... 20  

D.   GUERRA CIVIL: EL REGRESO A UNA MADRID DISÍMIL... 22  

E.   POSGUERRA: EL EXILIO INTERIOR Y NEGOCIOS UTÓPICOS... 23  

F.   DEMOCRACIA: REANUDACIÓN DE LA RESI, SENECTUD Y MUERTE... 25  

4.   CUATRO ENIGMAS DESENMARAÑADOS...26  

A.   LA IMPORTANCIA DE BELLO EN LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES... 26  

B.   INSPIRACIÓN DE IDEAS LEGENDARIAS:‘CARNUZOS’, ‘PUTREFACTOS’ Y EROS CON BASTÓN... 30  

C.   BELLO:¿EL ESCRITOR SIN OBRA?... 39  

D.   “PEPÍN NO ES HISTORIADOR, ES LA HISTORIA”: CONTINUACIÓN DE LA LEYENDA DEL 27... 46  

5.   CONCLUSIÓN...49  

(5)

1. I

NTRODUCCIÓN

Al iniciarnos en el estudio de la vanguardia española, resulta obvio destacar la importancia que tuvo la llamada Generación del 271 para la formación del paisaje cultural de

principios del siglo veinte. Artistas como, entre otros, José Bergamín, María Teresa León, Federico García Lorca, Luis Buñuel, Salvador Dalí, Jorge Guillén, Rosa Chacel, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, etcétera, formaron parte de este grupo artístico. Sin embargo, José ‘Pepín’ Bello es el nombre que resalta en la lista consensuada de presuntos miembros.

La foto en la portada de este estudio resulta emblemática en este contexto, puesto que Bello se encuentra separado de sus tres amigos en la parte trasera del avión. El nombre de Bello –Pepín en su juventud y Don José en su senectud– lentamente empezó a aparecer en la superficie al estudiar Buñuel, Lorca, Dalí: el enigma sin fin, obra magistral de Agustín Sánchez Vidal y esencial literatura secundaria para todos los investigadores que estudien a “los tres mosqueteros” de la vanguardia española. Sin embargo, no son meramente tres mosqueteros, sino que hubo siempre un cuarto cuya figura crece en importancia al profundizar en los estudios sobre Luis Buñuel, Salvador Dalí y Federico García Lorca. La dedicatoria, en la que Sánchez Vidal agradece a Pepín Bello por haber hecho posible el libro (2009: 11) constituyó el punto de partida para al final poder realizar el presente estudio.

Lo interesante es que, hasta hace unos años (después de su muerte en 2008) casi no hubo noción de ninguna obra de Bello; él mismo quiso ser conocido por su “arte del ‘no’” (Martín Otín, 2008: 16). El ateneísta, el caligrama escrito por Bello y publicado en la revista creada por Dalí y Buñuel, L’Amic de les Arts, y la invención de los anaglifos (véase la sección 5.c.) fueron los únicos hechos artísticos en el nombre de Bello hasta su muerte. Además, la bibliografía sobre Bello es particularmente escasa. Existen solamente dos estudios críticos escritos sobre Bello2,

dos monografías, ambas publicadas y editadas póstumamente3 y ningún artículo académico u

otra obra de valor científico elaborada sobre la persona de José ‘Pepín’ Bello. Sin embargo,

1 Utilizaremos esta terminología porque José Bello también la usaba y por lo cual de esta manera forma

uniformidad en el texto. En este estudio mantendremos una posición neutra acerca de la discusión alrededor de la terminología, por lo cual denominaremos el grupo artístico “la llamada Generación del 27”.

2 Conversaciones con José <<Pepín>> Bello (2007) por David Castillo y Marc Sardá, y La desesperación del té (27 veces

Pepín Bello) de José Antonio Martín Otín.

3 Un cuento putrefacto (2009) editada por y Visita de Richard Wagner a Burgos (2008) editada por Andrés Ruiz

(6)

notamos que ahora el interés en el protagonista de este estudio está creciendo, puesto que éste año saldrá un documental en el marco del proyecto La culpa es del script llamado Pepín Bello, el hombre que no hizo nada del director Álvaro Merino (2014: online), en el que se ha capturado “la extensísima y más que peculiar vida de la persona que nos interesa: la suya. La de Pepín,” (2014: online) a través de imágenes rodadas, entre otros lugares en su propia casa, durante los últimos años de su vida.

No obstante, hasta ahora Pepín Bello se ha conocido por el hecho de no haber dejado de contar anécdotas e historias a todo el mundo sobre su larga vida en la que estuvo rodeado por los grandes del arte español. Los tres con los que Bello tuvo una relación de mayor complicidad fueron Lorca, Dalí y Buñuel (Castillo y Sardá, 2007: 85), por lo cual concentraremos el escaso espacio en esta investigación en la amistad entre Bello y estos tres artistas ya célebres, y las influencias que ejercieron mutuamente.

La pregunta de partida de nuestra investigación es: ¿QUIÉN ES JOSÉ ‘PEPÍN’ BELLO Y CUÁL HA SIDO SU CONTRIBUCIÓN (ARTÍSTICA) A LA LLAMADA GENERACIÓN DEL 27?Daremos

una respuesta a esta pregunta, en primer lugar usando las teorías de Walter Benjamin y Michel Foucault, respectivamente El narrador y ¿Qué es un autor? que refrendan el concepto de autoridad, en el sentido clásico de auctoritas, aplicado por el propio Bello. En segundo lugar, ofreceremos un panorama historio-biográfico que servirá como introducción para las secciones analíticas, en las que nos centraremos en la importancia y en la influencia que ejerció Bello en los trabajos de Lorca, Buñuel y Dalí, la cuestión de su autoridad artística y los elementos que definen su estado como autor y su importancia como historiador y creador de la leyenda de la llamada Generación del 27.

Esta perspectiva sobre la persona y la obra de Bello es esencial para poder completar la información que hasta ahora ha estado disponible sobre la llamada Generación del 27. Para ello, reuniremos la información fragmentada y dividida en diferentes estudios y, de esta manera, presentaremos de forma compacta el que constituye el primer estudio académico sobre la persona y el artista Pepín Bello. Por lo cuál, es de gran importancia que al lado de los incontables estudios escritos sobre sus tres mejores amigos ahora haya sitio para estudios sobre Bello mismo. No solo para completar la información ya existente sobre Lorca, Dalí y Buñuel, sino también para por fin poner el foco en otro protagonista de la vanguardia española y darle la atención que se merece Pepín Bello.

(7)

AGRADECIMIENTOS

Mi interés, amor y pasión por el país de mi madre no nació hasta el año 2008, en el que tuve la oportunidad de vivir ocho meses en la capital más bonita del mundo: Madrid. Allí atendí clases en la Universidad Antonio de Nebrija. Marisa Marina López y Paz Bartolomé me han ayudado a descubrir el Arte. En la Universidad de Ámsterdam han sido Antonio Sánchez Jiménez y Pablo Valdivia Martín los que me han motivado, estimulado e inspirado para seguir alimentándome con el mundo majestuoso de la cultura española. Marisa, Paz, Antonio y Pablo han sido la razón por la que al final me he encontrado a mí misma y por la que descubrí lo que realmente me gusta de la vida: la literatura. Les ofrezco mi eterna gratitud.

Igualmente doy las gracias a varias personas que han sido siempre comprensivas, pacientes, empáticas, y todo lo demás positivo que me ha sucedido durante los pasados dos años; mi familia (en los Países Bajos y en España), Anna Persson, Karien van der Mei, mis demás amigos y, last best, el amor de mi vida, Elze Kuiper. Mares y mares de amor, besos y abrazos. Por último, el pasado año ha sido el más duro y difícil de mi vida, en el cual lo más doloroso fue la pérdida mi abuela, la persona que he querido con todo mi cuerpo y alma y por la que he hecho todo esto. Dedico esta tesis y todos los demás trabajos que escribiré en el futuro a ella.

(8)

2.

T

EORÍA Y MÉTODO

Para poder articular un análisis académico sobre el papel de José ‘Pepín’ Bello en la llamada Generación del 27, es necesario aportar previamente algunas notas biográficas que contextualicen nuestro objeto de estudio. Nos centraremos en un análisis pormenorizado de las obras biográficas escritas a propósito de la construcción de una cierta imagen de José Bello y en obras críticas secundarias que albergan referencias a testimonios de y sobre nuestro protagonista. Existen dos obras que muestran información biográfica basada en varios encuentros con Bello, y que nos proporcionan la valiosa transcripción de una entrevista de algunos escritores con Bello: La desesperación del té (27 veces Pepín Bello) (2008), escrito por José Antonio Martín Otín y Conversaciones con José <<Pepín>> Bello (2007), por David Castillo y Marc Sardá. Por tanto, desentrañaremos cuatro enigmas que darán prueba de la importancia de Bello en las vidas de los artistas de la llamada Generación del 27; en primer lugar profundizaremos en la importancia de la presencia de Bello en la Residencia de Estudiantes, sobre todo en las vidas y obras de Luis Buñuel, Salvador Dalí y Federico García Lorca. El segundo enigma que descubrimos es el de la verdadera razón de la existencia de ciertas características en las obras de Buñuel, Dalí y Lorca. Concretamente estamos hablando de los llamados “carnuzos” y “putrefactos”, de cómo surgió la idea de estos conceptos y de quién fue el inventor. La tercera cuestión sobre la que nos centraremos es la de Bello como artista. ¿Es Bello escritor, o no? ¿Cómo se manifiesta lo artístico en la persona de Bello y cómo se enuncia? Finalmente analizaremos el papel que poseyó Bello en la continuación de la leyenda que se formó alrededor de la llamada Generación del 27.

Este análisis crítico estará enmarcado dentro de los parámetros teóricos que nos aportan Walter Benjamin en The Storyteller (1936) y Michel Foucault en What is an author? (1969) ya que contribuyen a profundizar en el espacio de influencias que ha ejercido el oscense en la configuración de las principales líneas estéticas de la llamada Generación del 27. Empezaremos explicando el ensayo de Walter Benjamin – la teoría principal que usaremos – y la mayor parte del ensayo de Foucault y cómo aplicaremos estas teorías al objeto de investigación: Pepín Bello.

Según Walter Benjamin en su teoría The Storyteller (1936) (ES: El narrador), el narrador tiene diferentes características primordiales. El primer criterio de la narración que Benjamin describe es su carácter oral. Este rasgo está relacionado con una de las características principales de nuestro objeto de estudio. Pepín Bello nunca ha escrito memorias u otros textos

(9)

autobiográficos, sino que ha dejado que otras personas documenten las historias de su pasado. Esto ocurre por ejemplo en los textos anteriormente mencionados de respectivamente David Castillo y Marc Sardá (2007) y José Antonio Martín Otín (2008). Estos autores con sus escritos han capturado un retrato, dictado oralmente por el mismo Pepín Bello.

Además, Benjamin explica de los que escriben historias, que los mejores escritores son los que más se adhieren a una simulación de la fuente oral. Explica que existen dos tipos básicos de narradores orales: 1) aquellos que vienen de lejos y hablan de sus aventuras (representados en la figura del marinero viajero) y 2) los que se quedan en casa y cuentan historias de los sucesos que ocurren allí (representados en la figura del agricultor). Las características narrativas de Bello claramente corresponden con el segundo tipo básico benjaminiano. No solo de manera abstracta, teniendo en cuenta el tema principal y único de sus historias (la llamada Generación del 27); sino también de manera literal. Bello siempre ha permanecido en España y contó sus historias sobre su mundo en su país natal; jamás pasó largos instantes en el extranjero y no fue obligado exiliarse, por lo que permaneció en España a lo largo de toda su vida. Los artistas que se fueron se eliminaron del mundo real y narrativo de Bello (por ejemplo: existe un espacio en blanco en las historias sobre Rafael Alberti justo en el periodo del exilio del poeta) y los que se quedaron se perpetuaron en las historias de Bello (por ejemplo: Jorge Guillén, con el que mantuvo contacto).

Benjamin continúa con el ejemplo de los soldados que se fueron al combate en la Primera Guerra Mundial, y volvieron “convertidos silenciosos” (2000: 12). En otras palabras: las experiencias trágicas de gran parte de la sociedad europea en los años consecuentes a la Primera Guerra Mundial causaron que “la capacidad de intercambiar experiencias” se convirtió en un acto embarazoso y un enfrentamiento negativo con los hechos del pasado. En el caso de Bello, se expresa en las experiencias que tuvo durante y posteriormente a la época de la Guerra Civil, que marcó también otra época esencial en la vida de Bello. Cuando terminó la guerra, vivió diez años en soledad y no tuvo contacto con ninguno de sus antiguos amigos. Conversaciones con José <<Pepín>> Bello (2007), de Castillo y Sardá, presta bastante atención a este periodo, dedicando una sección entera a las consecuencias que tuvo la Guerra Civil en la vida del oscense.

La segunda característica del narrador es la orientación hacia los intereses prácticos. En este sentido, Benjamin argumenta que todas las historias contienen algo útil y con posible función de aplicarla a una situación, aunque la información útil sea evidente y directamente perceptible al interlocutor de la historia o que esté entretejida dentro de la narración de alguna manera u otra. Este aspecto intercala con la manera anecdótica en la que cuenta sus

(10)

historias Pepín Bello. Sus historias siempre se refieren a los caracteres de los artistas, centrándose en sus normas y valores. Por ejemplo, no es sorprendente que en el documental Imprescindibles – Pepín Bello: Preferiría no hacerlo (RTVE: 2011) Bello es denominado como “el aglutinador” (11:08 min), que enfatiza el hecho de que Bello ha sido “el artista de la amistad” (VVAA, 2008: web) y que ésta ha sido su contribución a la renovación de la cultura española. Teniendo este papel dentro del grupo artístico vanguardista, Bello ha tenido el privilegio de cambiarlo y pasar de ser un mero amigo, a convertirse en uno de los autores de la historia de la llamada Generación del 27. Contando las historias y las anécdotas desde su perspectiva personal, da un giro personal a la producción de la historia y de la memoria de este consorcio artístico tan celebrado.

Sin embargo, basándose en los argumentos anteriormente mencionados relacionados a la memoria traumatizada, Benjamin observa que el arte de la narración oral está en decadencia. Según el filósofo, la gente ya no parece tener la capacidad de intercambiar experiencias. Benjamin ofrece varias razones históricas y sociológicas para la desaparición de la narración de cuentos. La más fundamental es el hecho de que la comunicación en general que está basada en el intercambio de experiencias va disminuyendo, por lo que el narrador no tiene lugar en el mundo moderno. De hecho, la sabiduría en sí – que Benjamin define como consejero en la trama de la vida y, por lo tanto, tiene su origen en la narración – se está extinguiendo. Por ello, a propósito de este proceso la narración se ha eliminado gradualmente de la tradición oral. Es sorprendente, por esta razón, que Pepín Bello sea considerado una figura tan significativa en la sociedad cultural española. Sus historias han tenido gran influencia en la creación del mito de la Generación del 27, puesto que él encarnó el único punto de referencia que había vivido junto a estos grandes artistas del siglo veinte español. Su mirada sobre estos artistas no se encontraba contaminada por la recreación historiográfica sino que Bello siempre dispuso de información basada en sus propias observaciones. A menudo es una de las fuentes principales en obras referenciales sobre la Generación del 27 (por ejemplo, en Buñuel, Lorca, Dalí: el enigma sin fin (2009) de Agustín Sánchez Vidal, excluyendo los protagonistas, es mencionado 101 veces en 441 páginas), aunque los datos estén basados en narraciones orales y anécdotas, o sea: en datos no-escritos. En la fase final de su vida, Bello ha usado la nueva tecnología y contó sus historias en los medios de comunicación. Podemos decir que ha construido su vida a través de los diferentes medios. No necesariamente como artista, pero como narrador oral de las historias de la llamada Generación del 27, lo que le define, por tanto, como un artista en el sentido benjaminiano.

(11)

Benjamin dice que el surgimiento de la novela es una de las principales señales de la decadencia de la narración oral de historias. La novela difiere de la historia en muchos aspectos que no provienen de la tradición oral, ni cabe en ella; en la historia la trama principal es la experiencia del narrador, mientras que en la novela se introduce el yo-solitario. De los dos, la novela es el medio más restringido. La narración oral consiste solo de la oralidad, mientras la novela está limitada al libro. El narrador oral relata fragmentos de su experiencia o los reelabora de las experiencias de otros, mientras que el novelista no es capaz de hacer esto y utiliza temas que le ocupan en el momento concreto de escritura. En este sentido, sugerimos que Bello reúne ambos conceptos de narrador y novelista, contando historias sobre su vida entre los grandes en el arte español del siglo veinte desde una perspectiva personal. De esta manera se sitúa en el lugar de un personaje casi ficticio y novelístico. Cuenta pues la historia de su vida modelada en una novela oral.

Además, Benjamin señala otra forma de comunicación que entonces había llegado al mundo moderno y que él denomina una amenaza a la narración, que es más grave que la de la novela: “la información” (es decir: la información que viene de los medios de comunicación). Según Benjamin, la diferencia entre las formas de contar historias y las formas de dar información basada en la actualidad es la importancia que tiene la verificación inmediata que ofrecen los medios de comunicación (y en la que no era importante el arte de la narración oral). Benjamin dice que, por el hecho de que las historias orales no son verificables, la información es “incompatible con el espíritu de contar historias” (2000: 15). La narración difiere de “la información” en el sentido de que la que la narración no pretende transmitir los hechos puros y como son, sino que impregna la historia con la vida del narrador. En este argumento notamos que la teoría se formó durante la época en la que los medios de comunicación se encontraron aún en su cuna. La importancia de los medios de comunicación, por lo menos los que distribuyeron las noticias y con ello la información, a principios del siglo veinte no fue tan significativa como la es hoy en día. La crítica que tiene Benjamin aquí hacia “la información”, no se observa en la manera en la que Pepín Bello usa los medios de comunicación. Si nos basamos por ejemplo en el anteriormente mencionado documental sobre Bello, elaborado por RTVE, vemos que las historias son información al mismo tiempo. Es verdad que las historias no son datos concretos, pero en el caso de Bello sí son aceptados como tales. Es considerado una institución, puesto que él ha sido miembro de la llamada Generación del 27, por lo cual la información que proporciona es tomada en serio. Características del narrador se funden en la historia y es por eso que muchos narradores comienzan con los acontecimientos que pasaron previos a la historia misma que están a punto

(12)

de contar (2000: 17). Esta puede ser la razón por la cual Bello nunca ha tenido que justificar sus historias; él ha sido uno de los protagonistas.

Uno de los aspectos que demuestra la superioridad del arte de la narración al de la información reside en el significado que adquiere la noción de ‘tiempo’. Benjamin dice: “El valor de información no sobrevive el momento en el que era nuevo. Vive solamente en ese momento; tiene que rendirse a ello completamente y explicar si mismo a aquello [el momento], sin perder el tiempo. Una historia es diferente. No se gasta. Se preserva y concentra su fuerza y es capaz de estrenarse incluso después de mucho tiempo.” (2000: 16). El aspecto del tiempo va mano a mano con otro aspecto: la proximidad a la muerte como una de las características fundamentales del narrador. Con la llegada de la modernidad y de la información, la presencia de la muerte disminuyó y la sociedad ya no se confronta con lo que es la muerte. Anteriormente, era normal que la muerte fuera parte de la vida de uno; Benjamin aclara este punto, diciendo que “no hubo ninguna casa en la que no se hubiera muerto nadie” (2000: 19). El narrador extrae experiencia y conocimiento directamente de la proximidad a la muerte, por lo cual es esencial para el proceso de la creación de una memoria narrativa. En el caso de Bello, podemos decir que las historias que contó a lo largo de su vida, hicieron que la memoria de los artistas de la llamada Generación del 27 se mantuviera viva. Por ejemplo, las historias sobre la época en la que Bello convivió con Federico García Lorca, sobre las veces en las que recitó sus poemas de manera inimitable y el hecho de que, tras décadas, aún denominaba el poeta como su mejor amigo nos enseña que el tema de la muerte ha sido muy importante para la manera en la que Bello construyó las historias sobre su convivencia con los artistas vanguardistas españoles y para la mitificación de la Generación del 27.

Otro concepto – quizá para está investigación uno de los más importantes – es el de la memoria. Benjamin explica que “cuando la novela surgió desde la épica, resultó que en la novela el elemento de la mente épica estaba derivada de la Musa – es decir: memoria. […] La memoria crea la cadena de tradición que pasa un acontecimiento de generación a generación. Es el elemento derivado de la Musa del arte épico en un sentido más amplio y abarca sus variedades. En primer lugar entre las variedades es la practicada por el narrador. Empieza la red[;] el cual todas las historias forman al final.” (2000: 21). Esa “red” es la memoria de Bello, transformada en historias orales. Sus narraciones en numerosos casos forman los fundamentos para datos y textos referenciales que se publicaron sobre los artistas de la llamada Generación del 27. Lo notamos por ejemplo en la dedicatoria que escribió Sánchez Vidal en la edición del 2009 de su celebrada obra, Buñuel, Lorca, Dalí: el enigma sin fin (2009).

(13)

También es importante el hecho de que el narrador está siempre rodeado por gente, especialmente en “el ambiente artesanal” (2000: 24). Continúa diciendo que los narradores fácilmente pueden subir la escalera social, pero con la misma habilidad bajan para observar y contar historias. Claramente, Bello siempre estuvo rodeado por personas del “ambiente artesanal”; las personas en las que basaba sus historias, fueron los artistas de la llamada Generación del 27. Además, según Benjamin un buen narrador cuenta, y continuará contando, cuentos de hadas y hará siempre híbrida la relación entre la creación de la leyenda y el relato de un cuento de hadas (2000: 24-25). Un ejemplo de lo mínimo que ha publicado Bello es el cuento llamado Un cuento putrefacto (2009), escrito en forma de un cuento de hadas sobre Federico García Lorca y Salvador Dalí, dedicado al hijo de su sobrino y que fue incluido por Rafael Santos Torroella en su obra llamada <<Los putrefactos>> de Dalí y Lorca: Historia y antología de un libro que no pudo ser (1998: 62).

Después de este análisis de la teoría de Walter Benjamin, nos centraremos en los aspectos de la teoría de Michel Foucault que usaremos para esta investigación. En su ensayo llamado What is an author? (1969) (ES: ¿Qué es un autor?), Foucault se centra en la importancia del texto superior a la importancia del autor. De hecho, en un momento la descarta, diciendo que todo debería ser sobre el texto y el texto sólo (2013: 283). Para esta investigación, es esta frase en especial la que atrae la atención:

Es fácil ver que en la esfera del discurso uno puede ser el autor de mucho más que un libro. (2013: 289)

En relación con la teoría de Benjamin, se puede decir que el narrador oral es el autor de mucho más que un libro. Como hemos explicado anteriormente, un narrador cuenta historias, llenándolas con anécdotas sobre su propia vida.

Foucault argumenta que el “autor” es un fenómeno antinatural e histórico que desafortunadamente ha obtenido el estado mitológico y heroico. El filósofo contradice este estado e intenta captar y describir el problema que tiene con el concepto de “la función de autor”, lo cual explicaremos más adelante. Lo hace cuestionando la posición independiente del texto en cuanto no tuviera relación al autor: “La palabra ‘obra’, y la unidad que designa son, probablemente, tan problemáticas como la individualidad del autor.” (2013: 283). Además, Foucault plantea cuestiones como: ¿cuándo se establece una línea final en la obra completa de un autor? ¿Qué es lo que constituye una obra completa? Teniendo en cuenta

(14)

notas, garabatos, listas de compra, ¿todo debiera ser parte de la obra de un autor? Para esta investigación vale poner los aspectos que menciona Foucault en la perspectiva de nuestro protagonista; se dice de Bello (y sobre todo: Bello lo dice de él mismo) que fue un artista sin obra. En el contexto de la falta de importancia del autor, se podría asumir en el caso de Bello que él mismo es la obra. Él es el texto y reúne los valores del texto y el autor. No es una figura heroica ni mitológica; es un ser humano normal que, por casualidad, ha terminado estudiando junto a los grandes del arte español del siglo veinte.

Foucault intenta responder a las preguntas planteadas anteriormente, cambiando el tema del problema de la individualidad de la obra, a la individualidad del autor mismo. Discute el hecho de la importancia del nombre del autor, basándose en el ejemplo de cuando se menciona Aristóteles, se refiere directamente a su obra. Esto pasa también cuando se menciona a Pepín Bello: está siempre relacionado con la llamada Generación del 27 y con el hecho de que él ha sido siempre la persona que ha proporcionado las historias en las que se basan múltiples teorías hoy en día.

Finalmente, Foucault elabora el concepto de “la función de autor” y describe las características principales:

1. “La función de autor está conectada a los sistemas jurídicos e institucionales que abarcan, determinan, y articulan el universo de los discursos[, es decir: la apropiación y la aparición pública de la figura detrás de la obra es importante];

2. no afecta todos los discursos en todos momentos y en todos los tipos de civilización; 3. no es definida por atribución espontánea de un discurso a su creador, sino por una

serie de operaciones específicas y complejas[, es decir: la construcción de un cierto ser racional que llamamos ‘autor’];

4. no se refiere puramente y simplemente a un individuo real, puesto que al mismo momento podría causar diferentes yo’s, diferentes sujetos – posiciones que podrían ser ocupados por diferentes clases de individuos.” (2013: 289).

El punto en el que las teorías de Foucault y Benjamin confluyen y se complementan se encuentra en la función del narrador oral y la función del autor que para ambos tiene el mismo grado de importancia. Benjamin da el perfil del narrador, que también es un autor, y Foucault añade la función que tiene el autor. Se puede decir entonces que ambos se complementan.

(15)

El hecho de que las características de Pepín Bello aciertan con todas las cuatro características principales de “la función de autor” foucaultiana, demuestra que Bello en este marco sí fue un autor. No necesariamente ha sido autor de obras táctiles o físicas, pero ha sido el autor de su propia vida. El oscense 1) a menudo ha sido parte de discursos públicos sobre su vida y sus experiencias, que eran siempre relatados a la Generación del 27, en forma de por ejemplo participar en programas televisivos o entrevistas sobre el grupo artístico 2) ha sido parte del discurso, pero no de manera constante y dominante: ha conocido diversas modalidades, 3) no ha creado su autoridad, en el sentido clásico de auctoritas, de manera espontánea, sino de manera gradual, y 4) no sabemos si siempre se trataba del Pepín Bello feliz y generoso de contar historias, o si su apariencia misma era una historia. Estos cuatro puntos serán ampliamente desarrollados a lo largo de esta investigación.

(16)

3. ¿Q

UIÉN FUE

J

OSÉ

‘P

EPÍN

B

ELLO

?

Ni poeta, ni pintor. Ni músico, ni escritor. Ni rico, ni pobre. Ni rojo, ni azul. No terminó ninguna carrera. No se le conocen trabajos muy definidos. Ni aventurero, ni viajero. Ni mujeriego, ni homosexual. (RTVE.es, 2011: 00:30 min)

Es esta la introducción al documental Pepín Bello, preferiría no hacerlo que nos ofrece un retrato de José ‘Pepín’ Bello. Su vida ha sido fuente de inspiración para las historias que ha contado a lo largo de más de un siglo. Trataremos brevemente los temas que eran de gran relevancia para la vida de Bello, puesto que los elaboraremos más en el capítulo 4 de este estudio. Dividimos esta sección en seis capítulos que determinaron la trama historio-biográfica de la vida de Bello, que nos sirve como cimiento para dicha sección, en la que determinaremos la autoridad artística del oscense.

a. I

NFANCIA

A pesar de que no existen gran cantidad de datos sobre la infancia de nuestro protagonista, la memoria de José Bello Lasierra llega hasta anécdotas sobre momentos de su niñez. Nace el 13 de mayo del año 1904 en la ciudad aragonesa de Huesca. Su padre, Severino Bello Poëysuan (1866-1940), fue ingeniero de caminos, canales y puertos, y figura de gran importancia en el mundo intelectual de la época, que en su tiempo libre fue un pintor aficionado. (RTVE.es, 2011: 4:50 min). Dentro del círculo de sus amistades se encontraron entre otros Bartolomé Cossío, Francisco Giner de los Ríos y Joaquín Costa. Trajo la modernidad a la ciudad de Huesca, introduciendo la luz eléctrica y construyendo pantanos que aún están en uso, como por ejemplo el pantano de La Peña (Castillo y Sardá, 2007: 17-18).

La madre de Bello, Adelina Lasierra Campaña (1877-1961), era descendiente de una familia de terratenientes en el área de Huesca, la razón por la que nuestro protagonista pasó los primeros nueve años de su vida en esta ciudad (2007: 17). José Bello siempre ha enfatizado su infancia feliz y que en gran parte fue debido a su madre, a la que describía como: “una mujer muy guapa, muy simpática, y muy graciosa. Muy ingeniosa, y entre sus amigas era la pieza que las unía más,” (RTVE.es, 2011: 06:12 min) la última característica siendo,

(17)

naturalmente, la que resalta más, puesto que esta es precisamente la razón por la que Bello se hizo tan celebre. Tuvo tres hermanas y tres hermanos: Pilar, Adelina, Elena, Manuel, Severino y Antonio (Tarazona, 2009: 35). La madre de José también tuvo otro hijo antes de que naciera él; se llamó también José, pero murió a los ocho meses (Castillo y Sardá, 2007: 22). Basándonos en memorias y anécdotas contadas por la familia (sobre todo los sobrinos) del oscense, la infancia ha sido una muy descuidada y feliz, en la que estuvo en contacto constante con la naturaleza. Este contacto también resultó en la obsesión por los burros muertos, que se tiraron en la cañada después de haber muerto y que allí se pudrieron, convirtiéndose en lo que ahora conocemos como los “carnuzos” y “putrefactos” (véase capítulo 4.b.).

José Antonio Martín Otín describe una de las anécdotas contadas por Bello sobre su infancia, en la que padecía de alguna fiebre, por la que tuvo su primer encuentro con el mundo intelectual español; el médico que vino a examinarlo fue nada menos que Santiago Ramón y Cajal (Martín Otín, 2008: 12), el hombre galardonado con el premio Nobel en el año 1906. Describe meticulosamente al gran Ramón y Cajal, como un “señor de aspecto profesional y aire tranquilo: traje negro con chaleco, camisa blanca, muy blanca, barba y anteojos” (2008: 11). Hasta sabe reproducir las palabras de su padre, al introducir el médico a su hijo enfermo: “Mira, José, este amigo mío es médico y se llama Santiago, vive en Zaragoza, pero estudió en Huesca y en Ayerbe, ¿te acuerdas de que estuvimos en Ayerbe el mes pasado?” (2008: 11). Podemos determinar que el narrador oral nació en el niño José Bello de ese momento4; una de las memorias que permanecerá en sus narraciones anecdóticas hasta

los pocos años anterior a su fallecimiento, cuando cuenta este relato al escritor de La desesperación del té.

b. M

ADRID

:

LA ÍNTIMA AMISTAD ENTRE CUATRO GENIOS ARTÍSTICOS

En 1915, cuando José Bello tiene 11 años, su padre le manda a Madrid, para que él y su hermano Manuel ingresaran en la sección infantil la entonces recientemente establecida Residencia de Estudiantes. Para los hijos de los Bello, no era difícil separarse de sus padres. Siendo los más jóvenes, Manuel y José ya habían visto sus hermanos mayores irse a estudiar a Inglaterra, puesto que la alta calidad de la educación (laica) era de gran importancia para su padre. Con la llegada y la instauración de la Institución Libre de Enseñanza, ya no hubo

4 José Antonio Martín Otín no determina la edad que tenía José Bello en ese momento. Solamente habla de “el

(18)

razón para mandar a sus hijos fuera de España (Castillo y Sardá, 2007: 20). Pasaron el curso entero en la Residencia y veranearon con su familia en Zarauz, en el País Vasco (2007: 23). Entraron en la Residencia con ayuda del amigo de la familia, Joaquín Costa (ídem). En aquel momento, la Resi no estaba situada en la Colina de los Chopos, sino que aún se encontraba a unos cientos de metros, “en unos chalets en la calle Pintor Fortuny” (2007: 24). Bello describía el Madrid de aquél entonces, como “un Madrid sin autos, primitivo, más pequeño que Zaragoza ahora. […] Desde mi habitación, delante mismo de la sede del CSIC [Consejo Superior de Investigaciones Científicas], había una extensión ilimitada de campos de trigo. Allí no llegaban ni coches, en la plaza como mucho había dos o tres” (ídem). Aquí notamos también la importancia que tiene el entorno y la naturaleza como aspecto en las historias de José Bello, y notamos cómo acopla con las características del narrador benjaminiano, que, como ya explicado en la sección 2, definen la importancia de las descripciones de los entornos en las historias orales contadas por el narrador.

Después de terminar el bachillerato, en 1921 Bello ingresó en la sección universitaria de la Residencia, matriculándose en la carrera de Medicina, carrera que nunca llegará a finalizar. En el mismo momento entró también su hermano Severino (Filín), con el que más relación llegaría a tener de todos sus hermanos (Tarazona, 2009: 36). Durante esta época, también ingresaron las tres figuras que resultarían no solamente en figuras de gran importancia para su vida, sino que definirían el panorama cultural de la España a principios del siglo veinte. El primero en entrar era Luis Buñuel en 1917, teniendo 21 años, el segundo fue Federico García Lorca en 19195 con 23 y el tercero: Salvador Dalí en 1922 con tan sólo 18 años de edad

(Sánchez Vidal, 2009: 60).

Cuando Luis Buñuel entró y se matriculó para la carrera de Filosofía y Letras, Bello y él se hicieron amigos enseguida. Según el oscense, fue “[p]rimero porque los dos éramos aragoneses y, segundo, porque teníamos inquietudes artísticas y vitales parecidas” (Castillo y Sardá, 2007: 28). Además, los dos compartían la admiración por las mujeres, y salían regularmente para buscar y conocer a mujeres6. García Lorca llegaba con la carrera de

Derecho terminada. Bello recuerda, que “[e]l único que no hacía nada era Federico. No tenía obligaciones. Se levantaba tarde, y se pasaba el día enfrascado con sus poesías y con sus lecturas. Como en la Residencia no le pedían explicaciones a nadie sobre si asistía a sus clases

5 Existe un debate sobre el año exacto en el que Federico García Loca llego a la Residencia de Estudiantes. Por

ejemplo Margarita Sáenz de la Calzada en su libro La Residencia de Estudiantes: los residentes (2011) reclama que fue en 1918 que el poeta se instauró en la Colina de los Chopos.

(19)

o no, cada uno hacía un poco lo que quería” (2007: 39). Buñuel luego afirmó que Lorca ha sido la razón por la que él se dio cuenta de su vocación literaria. También dijo que la habitación del poeta “se convirtió en uno de los puntos de reunión más solicitados en Madrid” (Buñuel, 1982: 64). Asimismo, Bello llegó a compartir su habitación con el poeta durante dos años, debido al hecho de que Lorca era “muy desorganizado” (Castillo y Sardá, 2007: 45) y se había olvidado de hacer reservas para una habitación. Durante estos años, se hizo muy íntima la amistad entre Lorca y Bello. Dos años después de conocerse el entonces futuro cineasta y el poeta, llegó Dalí para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Francisco. Fue José Bello el quien introdujo al catalán en el íntimo círculo amistoso, de la manera hoy en día mitificada:

Cuando llegó Salvador Dalí nadie le hizo mucho caso, la verdad. Éramos todos completamente normales y Dalí ya vestía de una forma totalmente extravagante. Su indumentaria era muy llamativa. […] Era alto, de buena facha y muy guapo. Llevaba el look de un artista del siglo XIX, una larga melena negra, chalina y una chaqueta de terciopelo negro e iba conforme a la moda decimonónico. […] [A]l poco de llegar Salvador a la Residencia un día yo pasé por delante de su cuarto y Dalí se había dejado la puerta entornada: él estaba dentro trabajando, y a su alrededor se esparcían una infinidad de dibujos repartidos desordenadamente por el suelo. Le pregunté si podía entrar, y él me dijo que sí. […] Inmediatamente les eché un vistazo. Eran muy buenos. Unos esbozos ejecutados con gran maestría. Yo le pregunté si los había hecho él. Dalí me respondió que sí. Después del primer encuentro fui a informar rápidamente a Luis y a Federico de que el catalán aquel tan raro y reservado era un pintor excelente. Enseguida nos volvimos a presentar todos en su cuarto y rápidamente lo incluimos en nuestra pandilla. (2007: 27-28)

Junto con otros residentes, asistieron a conferencias de figuras entonces y ahora legendarias. Dice Bello que “[p]or la Residencia desfilaron Paul Valéry, Maurice Ravel, Blaise Cendrars, Chesterton, Paul Claudel, George Bernard Shaw, Max Jacob, Einstein, H.G. Wells, Henri Bergson, Madame Curie…” (2007: 38). Además, a pesar de que Lorca no estuvo en la Residencia para estudiar, sí que hizo frecuentes lecturas poéticas y actos musicales.

También hubo varias reuniones, en las que se bebieron grandes cantidades de té y que Lorca bautizó “La desesperación del té”. Bello recuerda que “bebíamos mucho té,

(20)

fumábamos tabaco y hablábamos de literatura y de los temas que les pueden interesar a chavales de veinte años. Solía acabar con una lectura íntegra de un poeta clásico o de una obra de Lope de Vega, a quien […] Federico admiraba tanto. Nos estábamos hasta muy entrada la noche” (2007: 48). No obstante, las tertulias que se organizaron por legendarios escritores como Ramón del Valle Inclán, Manuel Azaña y Ramón Gómez de la Serna a las que asistieron frecuentemente formaron gran parte de las vidas de los cuatro artistas (2007: 62-63). Los ilustres fines de semana en Toledo asimismo fueron característica de la amistad, cuando en 1923 se fundó la llamada Orden de Toledo. Allí se alojaron en la Posada de la Sangre, donde Cervantes había escrito una de sus obras, La ilustre fregona. Profundizaremos estos rituales de amistad en las respectivas secciones 4.a. y 4.b.

Aunque las historias que contó Bello sobre la amistad entre los cuatro hombres, la época en la que vivieron los tres juntos no fue de larga duración; fueron íntimos amigos durante nada más de tres años. Buñuel se fue de la Residencia en 1925, el año en el que se traslada a París. Gradualmente se empobrece la íntima relación entre Dalí y Buñuel, y Lorca, culminando en la ruptura de la amistad después del estreno de Un perro andaluz en 1929. Sin embargo, Pepín siempre mantendrá contacto con cada uno de los tres, hasta sus muertes. En el mismo año en que se marchó Buñuel, Bello tuvo que ir al ejército en el Pardo, y luego en el cuartel del Conde Duque en Madrid mismo, donde dice haberlo pasado “muy bien” (2007: 79).

c. S

EVILLA

:

EL FOTÓGRAFO DE LA

G

ENERACIÓN DEL

27”

Después del servicio militar se fue a Sevilla, en el año 1927, para trabajar en la Exposición Iberoamericana –que entonces todavía estaba en fase preparativa– para el Ministerio de Fomento, como delegado oficial (2007: 82). Este también fue el lugar donde conoció e intimó con el matador Ignacio Sánchez Mejías. El torero se incorporó en el círculo de íntimos amigos y en cierto modo formó gran parte del grupo intelectual que estuvo en la Residencia de Estudiantes. Asimismo, en ese mismo año Lorca y Bello se fueron a Valladolid, donde leyó por primera vez la Oda a Salvador Dalí; entonces, Salvador Dalí aún era un desconocido para el público (2007: 80).

Cuando David Castillo y Marc Sardá le preguntan a nuestro protagonista sobre la vida cultural en Sevilla de aquella época, responde con unas anécdotas sobre famosos intelectuales con los que se encontró en la capital andaluza:

(21)

En los jardines del Alcázar me presentaron a Maurice Ravel, un viejecito entrañable, elegante, guapo… El Bolero causaba sensación por todo el mundo y yo me decidí a preguntarle, pero me miró con cara extrañada y me contestó: <<¿Qué bolero?>> Hasta que no le tarareé unas notas no me respondió. No sé si estaba despistado o había olvidado ser el autor de esa obra. En Sevilla también conocí a Rubinstein, que estaba dando conciertos por España a partir de las partituras del Albéniz7, del que era un auténtico especialista. Rubinstein,

que había nacido en Polonia, llegó a esas partituras a través de la mujer de Albéniz. Rubinstein se acabaría convirtiendo en uno de los grandes pianistas modernos. (2007: 81)

En 1927 también surgió la voluntad entre los amigos poetas madrileños de organizar una convocatoria para ofrecer un homenaje en honor de Luis de Góngora, a causa del tricentenario de la muerte del poeta barroco, fuente de inspiración para los jóvenes poetas vanguardistas. Bello cuenta que su amigo Ignacio Sánchez Mejías invitó a los poetas que no estaban bien de dinero a dormir en el, según él, mejor hotel de España: el Hotel Madrid de Sevilla. Dice que “fue más bien una invitación elegante” (Tarazona, 2009: 52 y Castillo y Sardá, 2007: 82).

Las fotos de la convocatoria, las que se convirtieron en el símbolo de la llamada Generación del 27 y por las que Pepín Bello recibió el título de “el fotógrafo de la Generación del 27”, se hicieron de manera que el oscense describe mejor que nadie:

Salí a la calle y le pedí a un fotógrafo ambulante su cámara fotográfica. Entré al Ateneo y disparé la foto con un flash de magnesio que llenó toda la sala de un humo blanco que escocía los ojos. Esa foto es la que luego se ha producido hasta la saciedad en libros de texto y enciclopedias como la fotografía oficial de la Generación del 27. Luego de aquello fuimos todos a tomar unas copas. Todos se quedaron unos días más en Sevilla. Nos volvimos a reunir otro día en la Sociedad Económica de Amigos del País, donde todos leyeron algunos de sus versos. […] Fueron unos días muy agradables. Luego ya cada uno fue volviendo desordenadamente a Madrid. (Castillo y Sardá, 2007: 83)

(22)

En otras palabras: el mito de la Generación del 27 nació por accidente, a causa de una foto hecha con una cámara prestada. Nos fijaremos con más detalle en este tema, en la sección 4.d. de la investigación.

En la época en Sevilla también fue el tiempo en el que la muerte apareció en la vida de Bello. Ignacio Sánchez Mejías murió en una corrida de toros en agosto del año 1934, después de haber pasado años sin realizar ninguna corrida. Fue la inspiración para el tributo escrito por García Lorca, llamado el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Según Bello, el poeta lo conoció, pero no tanto que él y el poeta lo usó mas bien como figura poética (2007: 102). Este evento ocurrió dos años antes de estallar la Guerra Civil, época en la que Bello se encontrará de nuevo con la muerte, aunque esta vez será repentinamente.

d. G

UERRA

C

IVIL

:

EL REGRESO A UNA

M

ADRID DISÍMIL

En 1936, el año en el que estalló la Guerra Civil, vuelve a Madrid. Bello denomina la época de la guerra como “el peor período de mi vida. No hay otros que se le aproxime. Terrible de principio a fin” (Martín Otín, 2008: 169). En las entrevistas con David Castillo y Marc Sardá, cuenta detalladamente sobre el sufrimiento que ha pasado él durante esos meros tres años de su vida. Uno de los eventos que le marcó la vida, fue la muerte de Federico García Lorca en 1936. Se enteró de la muerte de su amigo íntimo a través de un mensaje de la artista y mutua amiga de Bello y Lorca, La Argentinita8, quien le mandó un mensaje desde

París con el texto: “Efectivamente, se han vendido todos los solares” (Tarazona, 2009: 55), lo que significaba que el gran poeta granadino había sido fusilado.

Bello pasó la guerra en el barrio de Chamberí y no salió apenas de su casa durante tres años: “Cayeron muchas bombas, no se acababa nunca,” recuerda Bello. “En la puerta de mi casa cayeron dos. Madrid era el infierno. Estábamos rodeados de muertos” (Castillo y Sardá, 2007: 143). Además, expresaba que en Madrid no hubiera nadie en mando, pero que los comunistas fueron los que tenían la mayor fuerza: “Un desastre. Vinieron muchos rusos a mandarnos. A mi hermano Manuel, el mayor, lo asesinaron en la guerra civil. Fue uno más de los muertos en la matanza de Paracuellos9 a manos de los rojos” (2007: 144). Este

8 La Argentinita era el nombre artístico de la bailaora Encarnación López Júlvez. Era hija de inmigrantes

argentinos. Además, fue la amante de Ignacio Sánchez Mejías, a la que se refiere Federico García Lorca en su

Llanto por Ignacio Sánchez Mejías.

9 Las matanzas de Paracuellos fueron una serie de asesinatos masivos que transcurrieron en las afueras de

(23)

desengaño de los republicanos no siempre estuvo presente; Pepín Bello votó por los Republicanos durante la segunda república, pero los rechazaba por lo mal que habían hecho, añadiendo que “[n]unca fui un apasionado, pero lo hicieron tan sumamente mal que me desencanté enseguida” (2007: 143).

Sin embargo, los franquistas tampoco cubrieron los intereses políticos de Bello. José García-Velasco, director de la Residencia de Estudiantes entre 1988 y 2004 (Azancot, 2010: online), explica el verdadero interés que tuvieron Pepín Bello y sus compañeros. Un interés que no fue político, sino social: “la aventura de aquellos años, fue realmente el poder soñar, el poder pensar en una España moderna, en una España diferente que se truncó precisamente con la Guerra Civil” (RTVE.es, 2011: 04:15 min).

Personalmente también sufrió Bello, teniendo en cuenta no solo el hecho de que un hermano suyo murió y otro terminó en la cárcel, sino también que Pepín estuvo en la checa temiendo por su vida. Cuando los comunistas le vinieron a recoger en su casa, su hermana llamo a un amigo: “era un zaragozano, que era Feliciano López de Uribe, que era fiscal jefe de la audiencia de Madrid. Y ese cuando me detuvieron a mí, a la otra noche me llevaron a una checa […]. Pues mi hermana, que se quedaba sola en casa,[…] lo llamó y al día siguiente vino a verme a la checa” (2011: 03:18 min).

En La desesperación del té, Bello también menciona alguien quien según él le salvó la vida y al que nunca aludió en otras historias sobre su pasado. Pepín nunca le ha visto, ni habló de él desde la guerra. Cuando le arrestaron, fue salvado por uno de los poetas de la llamada Generación del 27: Isaac del Vando. Bello reconstruye la situación contando una anécdota, narrando que del Vando entró en la comisaría donde el oscense estuvo encarcelado, exclamando: “Están cometiendo ustedes un gravísimo error con el señor Bello, les puedo garantizar que la equivocación tiene carácter estrepitoso y dejará sobre sus conciencias el estigma indeleble de la injusticia.” Lo más sorprendente en esta anécdota es el hecho de que Bello lo redondea con la el comentario “dijo, como hablaba él” (Martín Otín, 2008: 184), como factor de énfasis en la historia.

e. P

OSGUERRA

:

EL EXILIO INTERIOR Y NEGOCIOS UTÓPICOS

Cuando terminó la guerra, Bello y su hermano Severino se vieron obligados a abandonar Madrid, a causa de la hambruna y la pobreza que prevaleció en los años cuarenta. Bello primero trabajó en las fincas de la familia (Tarazona, 2009: 56) y luego como consejero

(24)

de la Hidroeléctrica de Huesca (Castillo y Sardá, 2007: 162), trabajos que no tuvieron una realización exitosa.

Más adelante él y su hermano, con ayuda y en colaboración “con un alemán llamado Engel, que era entendido en pieles”, establecieron un negocio de peletería que también tenía una tienda en la calle Velázquez en Madrid, llamada Lobel (Tarazona, 2009: 56). Hacían “abrigos y […] ropa de señora. Abrigos de piel española, porque no entraba nada del extranjero. [Hacían] el abrigo de visón, de astracán, de chinchilla y la zoquina, de imitación, claro” (Castillo y Sardá, 2007: 185). El negocio no tuvo mucho éxito; la gente no tenía dinero para comprar ese tipo de prendas, por lo cual cerró sus puertas en 1953 (Tarazona, 2009: 57). Severino obtuvo asignaciones de ingeniería y tuvo que trasladarse a otros lugares en el país, y Pepín se estableció en Burgos, donde para él empezó el llamado “exilio interior”, cuando vivió quince años en absoluta soledad (Castillo y Sardá, 2007: 186).

Bello mismo describe el exilio interior de la siguiente manera:

En Burgos pasé quince años de una soledad casi cartujana. No me relacioné casi con nadie. […] [V]iví casi como un anacoreta durante catorce años. No tuve prácticamente ni un amigo. Vivía en un chalet a cinco kilómetros de Burgos, y allí estuve trabajando como un energúmeno. Total para acabar arruinado. (2007: 186)

Durante estos años, escribió su historia surrealista epistolar, Visita de Richard Wagner a Burgos, la cual no se publicó hasta después de su muerte y la que analizaremos más profundamente en la sección 4.c. de este trabajo.

Después de haber vivido el exilio interior se volvió a Madrid y restableció su vida social, estableciendo relaciones con entre otros Lucía Bosé y Gabriel Celaya (Tarazona, 2009: 58). Incluso se unió a otra orden caballeresca de Toledo que se llamó Orden de caballeros de Don Juan Tenorio (2009: 59). Además puso un motocine en colaboración con su amigo Antonio Garrigues Díaz-Cañabate (2009: 58). El socio fue un empresario norteamericano que, según Bello, era “tan bestia que nos arruinó, a Antonio Garrigues y a mí. […] Después del desastre del motocine ya me jubilé” (Castillo y Sardá, 2007: 187-188).

(25)

f. D

EMOCRACIA

:

REANUDACIÓN DE LA

R

ESI

,

SENECTUD Y MUERTE

Al llegar la democracia, Pepín da nueva vida a las amistades diluidas con los compañeros de la Residencia. Las tertulias volvieron a ser parte de su vida y cuando se reestablece la Residencia de Estudiantes, regresa el interés público por Bello como una figura importante que ha vivido la Edad de Plata muy de cerca (Tarazona, 2009: 63). Se convirtió en el narrador de historias sobre esa primera parte del siglo veinte, en la que se estableció la vanguardia española. Sin embargo, cuando Castillo y Sardá le preguntan a Bello si vivió más antes o después de la guerra, dice: “Antes. Sin lugar a dudas” (2007: 195).

Cuando ya llega a una edad más madura, notamos que se distancia de la cultura de la “Resi”. En el inicio del documental en la serie de Imprescindibles, dice: “José Bello. Por favor, no me llaméis Pepín. Que ya soy mayorcito” (RTVE.es, 2011: 01:45 min). Fue galardonado múltiples veces; en 2001 le concedieron la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, en 2004 el Premio Aragón y en el mismo año el Ministerio de Cultura le otorgó con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Al recibir el premio, exclamó: “Ya no se por dónde me llega el aire. […] ¡Se están volviendo locos!” (Tarazona, 2009: 64).

Durante los últimos años de su vida, su sobrina Rosa Ruiz le acompañó y cuidó de él, hasta que murió el día 11 de enero del 2008 a los 103 años de edad (Martín Otín, 2008: 235).

(26)

4. C

UATRO ENIGMAS DESENMARAÑADOS

a. L

A IMPORTANCIA DE

B

ELLO EN LA

R

ESIDENCIA DE

E

STUDIANTES

José Bello, por aquel entonces, no tenía ni la más mínima conciencia de estar asistiendo a momentos históricos, aunque no se le escapara la extraordinaria personalidad de los tres amigos que luego serían tan ilustres y universales. (Sánchez Vidal, 2009: 66)

Con esta frase, Agustín Sánchez Vidal establece la importancia de José Bello en las vidas de tres de los más significativos habitantes que ha tenido la Residencia de Estudiantes. Bello siempre ha mantenido una posición moderada y modesta al hablar sobre el tiempo durante el que ha vivido con sus amigos en la Resi, y no es sorprendente que el oscense eligió esa actitud. Él siempre ha sido uno de los demás, amigo entre amigos que más tarde llegaron a ser los artistas más celebres y legendarios del siglo veinte en España.

Como mencionamos anteriormente, a pesar de que vivió un total de doce años en la Residencia, convivió con Buñuel, Lorca y Dalí tan sólo tres: entre 1922 y 1925, el período que Sánchez Vidal denomina “el epicentro de las complicidades de los tres residentes que nos ocupan” (2009: 60). Estos tres años sin embargo se convertirían en los más felices y más importantes en la vida de Bello. Cuando entra Luis Buñuel en la Residencia, inmediatamente él y Bello se hacen amigos íntimos, en primer lugar por la razón de ser ambos aragoneses. Al establecer la Orden de Toledo en 1923, el entonces futuro cineasta nombró a Bello como su secretario. Además fue el manager de su amigo en la época en la que Buñuel vivió en la ilusión de que podía ser boxeador profesional (Castillo y Sardá, 2007: 51). Bello le hizo sus fotos y le apunto a campeonatos y competiciones, a las que siempre al final no atrevió a participar (RTVE.es, 2011: 22:25 min). Lorca llegó dos años después de Buñuel, en 1919. El poeta también rápidamente se unió al grupo de amigos y se hizo íntimo de Buñuel y Bello. El oscense recuerda esa época en forma de una anécdota sobre el estreno de la primera obra de Lorca, la cual fue un gran fracaso:

Al poco tiempo de llegar Federico a la Residencia, estrenó en el Teatro Eslava de Madrid El maleficio de la mariposa, con decorados de Rafael Barradas. Todos los amigos de la Residencia fuimos a apoyar su obra. Nos situamos en el

(27)

paraíso, con la intención de aplaudir efusivamente el final de la obra. […] Fue algo inútil, un fracaso total, algo terrible. No era una obra para el público y él ya no volvió a nombrarla nunca.” (Castillo y Sardá, 2007: 31)

En los dos años en los que Lorca no tuvo habitación y tenía que convivir con Bello, compartía muchos de sus poemas y textos con él; fue Bello quien leyó mucho de su obra por primera vez. En este sentido, Bello fue de gran importancia para el trabajo que escribió Lorca durante la época en la Residencia. El poeta también le dedicó varios textos a su amigo íntimo, alguno de los que analizaremos en la sección 4.b.

En el año en el que Dalí entró en la Residencia, Bello, Buñuel y Lorca ya habían convivido una gran cantidad de tiempo. En la sección 3.b. ya mencionamos que fue Bello el que descubrió a Dalí, y el pintor catalán lo afirma en su autobiografía Vida secreta de Salvador Dalí (1993: 175). Sin embargo, es sorprendente que Buñuel describe el descubrimiento de Dalí como si fue él el que le conoció por primera vez (1982: 66). No obstante, Ian Gibson –escritor y biógrafo quien elaboró diversas biografías sobre Lorca, Dalí y Buñuel– explica que las memorias del cineasta “como las de Dalí, hay que coger[las] con pinzas” (Gibson, 2009: 139).

Además, como ya hemos indicado anteriormente, Bello es conocido por el hecho de que es el miembro de la llamada Generación del 27 que ha conservado todo el material visual de dicho grupo, por lo cual fue llamado “el fotógrafo de la Generación del 27”. También hizo la famosa foto en el Ateneo de Sevilla, durante el homenaje al poeta barroco Luis de Góngora (véase la sección 3.c. de este estudio).

Cuando Castillo y Sardá le preguntan si tuvo que poner paz en algún momento entre los tres genios, contesta:

No, siempre utilicé mis mejores condiciones diplomáticas, mi mejor armamento, para casarlos y que se entendieran. Me acuerdo de que Luis era muy irracional, se salía a menudo por los cerros de Úbeda. Federico, en cambio, era una persona muy normal, tranquilo y comprensivo. Un día lo llevé a mi casa, le presenté a mis hermanas, a mis padres y a mi hermano pequeño y todos quedaron encantados con él. Federico era encantador, se hizo amigo de mi padre. Federico estaba en el mundo. No estaba por las boutades ni por llamar la atención. Con mis padres se comportaba como una persona muy juiciosa. A todos, absolutamente a todos, les encantó. En cambio, Luis no tenía mundo.

(28)

[…] Socialmente, Luis no tenía ninguna penetración, era muy bruto, un burro muy burro. (2007: 84-86)

Así pues, podemos decir que Bello funcionaba como el puente amistoso entre tres personas cuyas características y personalidades no acoplaban del todo. Siendo Buñuel una persona antisocial, bruta y machista, Lorca una persona delicada, amable y sociable, y Dalí una persona que no sabía ni siquiera cómo comportarse en un ámbito social, necesitaban a alguien que superara todas estas características personales. Quien funcionó como el factor aglutinador entre los cuatro hombres no pudo ser otro que Pepín Bello. Él mismo lo describe, cuando habla de el grupo entero que vivió en la Residencia de Estudiantes durante aquella época10:

Nuestro grupo se formaba básicamente por Juan Vicens, Salvador Dalí, Luis Buñuel, Juan Centeno, José Moreno Villa, Diego Buigas de Dalmau, Luis Eaton Daniel, Federico García Lorca, el poeta malagueño José María Hinojosa y yo. Éramos todos enormemente wagnerianos. Fue Luis Buñuel quien nos introdujo a todos esa pasión por el gran músico alemán. Luego utilizó La muerte de Isolda de una forma obsesiva como banda sonora en Un perro andaluz. […] Yo los quería a todos y todos me querían a mí. Yo no era especialista en nada, como Juanito Vicens. Yo estudiaba Medicina y me acerqué a ellos por el arte. Reconozco que, con buenos oficios, en algunos momentos pude limar asperezas. Por ejemplo, después de la guerra, Luis [Buñuel] me envió una carta desde Norteamérica refiriéndose a Dalí: <<Llama a ese cochino pintor catalán.>> Cuando vino Buñuel por aquí para el rodaje de Viridiana, le pasé la mano por la cabeza y le dije que Dalí no era un cochino y que era un pintor de fuste, <<no le trates a la ligera porque ya verás lo que llegará a hacer Dalí>>. Al final volvieron a ser amigos. La lástima fue Federico, que tan joven se lo cepillaron.” (2007: 33 y 84)

Luis Buñuel y Federico García Lorca también lo afirman en sus escritos. En unas cartas que escribe Lorca a Bello desde Granada, deja que sus familiares y sus amigos también

10 No existe tiempo y espacio suficiente en este estudio para poder describir la importancia de José Bello para el

grupo entero de la llamada Generación del 27. Para poder realizar tal trabajo, se tendría que ampliar la investigación.

(29)

añaden sus mensajes a las cartas. Por ejemplo, en una de las cartas de (probablemente) agosto del año 1925, escribe Manuel Ángeles Ortíz11: “Federico me dice que tiene V. un talento

formidable y yo, que no acostumbro hacerlo, por menos cuando de cosas así se trata, le envío un fuerte abrazo” (García Lorca, 1997: 294); aquí se nota claramente la alusión al estado de artista concedido a Bello probablemente por su amigo García Lorca, quien le ha hablado a Ángeles Ortíz sobre él. Buñuel, en su última autobiografía titulada Mi último suspiro, describe Bello como “nuestro amigo inseparable” (1982: 51) lo que asimismo afirma la característica aglutinante del oscense.

Sin embargo, no son solamente Buñuel y Lorca los que expresan ampliamente la importancia de Bello para los Residentes; durante los primeros años en los que Dalí, Buñuel y Lorca empezaron a notar la fama, José Bergamín, en febrero del año 1929 expresó el gran valor de José Bello para sus amigos artistas en La Gaceta Literaria:

[…]el eco ingenuamente bien intencionado de los ultraístas, pueriles boy scoots [sic] literarios, con su correspondiente siempre adelante bien entonado, no llegó a ser ni siquiera el eco, un reflejo del movimiento fantasista francés de que procedía, más o menos conscientemente […] Después, tampoco el ultimo intento colectivo francés, el suprarrealista […] ha tenido entre nosotros sino muy leve resonancia: individual, caprichosa. La que se ha pretendido darle en algunos, poco logrados, intentos: José María Hinojosa, y probablemente a través de éste o de otras preocupaciones pictóricas equivalentes, Federico García Lorca y el pintor catalán Salvador Dalí – menos originales, menos auténticos sin duda, en esto, que su iniciador y casi maestro extraliterario: José Bello y Lasierra, nuestro amigo. (Soria Olmedo, 2004: 214)

El argumento principal de Bergamín es el hecho de que varios artistas se acercaron al estado de ser los iniciadores del movimiento surrealista español, pero que el movimiento surrealista ni siquiera hubiera existido sin la presencia de José Bello –aquí llamado “maestro extraliterario” de Dalí y Lorca. Existen varios trabajos de Buñuel, Dalí y Lorca en los que se podría notar la influencia de José Bello. En la siguiente sección mencionaremos estas obras artísticas y analizaremos la influencia que ha ejercido Bello específicamente en estos trabajos.

11 El poeta añade información sobre Ángeles Ortíz debajo del mensaje que le escribe a José Bello. Dice que es

“[e]l autor de mi retrato” (295). Andrew Anderson y Christopher Maurer explican que “se trata probablemente del hermoso retrato a lápiz fechado en 1924” (256).

(30)

b. I

NSPIRACIÓN DE IDEAS LEGENDARIAS

:

CARNUZOS

’,

PUTREFACTOS

Y

E

ROS CON BASTÓN

Según las palabras iniciales del libro Ola Pepín! Dalí, Lorca y Buñuel en la Residencia de Estudiantes, una colección de ensayos escritos para la conmemoración del centenario del nacimiento de Salvador Dalí y en homenaje a José Bello, cuando cumplió cien años, la amistad no es el único factor que ofrece Bello a sus amigos artistas. Se describe al oscense como “[u]n amigo genial, Pepín Bello, [que] deleita a los tres con su poder imaginativo, y sin publicar apenas una palabra demuestra que la inspiración late en la conversación cotidiana, al margen de la página impresa o la imagen pictórica o cinemática” (anónimo, 2007: 5); esta cita en la introducción del libro alude claramente a la autoridad artística de Bello (véase también la sección 5.c.). En una entrevista con el oscense, Juan Belló Aliaga lo lleva un paso más allá y le denomina a Bello el “inspirador del surrealismo español” (Belló Aliaga, 2011: online). Encontramos varios rastros en las obras de Buñuel, Dalí y Lorca que se pueden remontar a Pepín Bello. Sobre todo es el caso en el famoso cortometraje Un perro andaluz de Luis Buñuel y Salvador Dalí, la colección de poemas llamada Eros con bastón y el poema Tardecilla del Jueves Santo (ambos dedicados a Pepín Bello) de Federico García Lorca.

Si prestamos atención a la relación de amistad y a la camaradería artística entre Bello, Buñuel y Dalí, no es difícil constatar que Bello fue cómplice en la producción del cortometraje Un perro andaluz, que se estrenó en París el 6 de junio del 1929. Lo que sin embargo es sorprendente, es que varias personas reclaman que Bello ha tenido más influencia de lo que se le ha concedido hasta hoy. Bello mismo dijo que “la mayor parte de las imágenes que contenía eran fruto de las anécdotas e ingenios que les había contado él” (Ribagorda, 2011: 288).

Uno de los famosos ejemplos en el film es el de los burros muertos podridos puestos sobre los pianos, con dos maristas atados a los instrumentos. La historia que se conoce ahora sobre los burros podridos, es la contada por Dalí. El pintor siempre ha dicho que era una idea que milagrosamente le surgió durante el tiempo en el que recibió cartas de Buñuel y de Bello, que ambos describieron burros muertos y podridos (Sánchez Vidal, 2009: 34). Es verdad que las ideas de los pianos y los maristas vienen de las manos de Dalí y Buñuel. El pintor Santiago Ontañón cuenta lo siguiente sobre este hecho:

Referenties

GERELATEERDE DOCUMENTEN

59 Aunque Unamuno también pidió, algunos años más tarde, un ideal nuevo para superar la crisis de la identidad nacional, en 1897 este llamamiento era una novedad. 60 Mientras en

“engañado” por Tezcatlipoca Yaotl, el poderoso Espíritu de la Guerra, o por magos dedicados a aquel dios: fuerzas oscuras estimularon a Quetzalcoatl dejar su reino de paz y entrar en

Había que desarrollar la propia personalidad colectiva, ser si mismo, pero sin una clara tarea, sin una misión; más para reforzar la propia identidad, que para trabajar en

Les fascinó sobre todo la obra de Velázquez, pero también empezaron a interesarse por los cuadros de El Greco, a quien con- sideraban como un importante precursor del pintor

El niño vuelve a decir: yo tengo un medio mejor, ¿no me dices sin cesar, que comiendo golosinas, las muelas se me caerán?. Sí, claro, dice

de hecho las cuentan, en el caso del cine heroicamente, porque para hacer una película en un país de economía precaria hace falta ser muy obstinado y resistente.. Pero luego todo

Nótese que en el caso en que el valor de n, en nuestro caso (el número de empresas) es alto, el valor del IHH normalizado convergerá al valor del IH, por lo que se recomienda el

Los tres mercados más importantes para la región en materia de exportaciones de alimentos son los Estados Unidos, el Nordeste Asiático (China y Japón) y la Unión