• No results found

El tema racial en José Vasconcelos: entre la ‘raza cósmica’ y el nazismo

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Share "El tema racial en José Vasconcelos: entre la ‘raza cósmica’ y el nazismo"

Copied!
90
0
0

Bezig met laden.... (Bekijk nu de volledige tekst)

Hele tekst

(1)

1

El tema racial en José Vasconcelos: entre la ‘raza

cósmica’ y el nazismo

La raza cósmica, Indología, la campaña presidencial de 1929 y

la revista Timón

Joren van Schie, s1691155

2014 (enero)

Prof. dr. H.L.M. Hermans

Departamento de Lenguas & Culturas Romances

Facultad de Letras

(2)

2 CONTENIDO. 0. Introducción 3 0.1. Tema y objetivo 3 0.2. Marco teórico 4 0.3. Estructura 8

1. Biografía de José Vasconcelos 11

1.1. De niño a estudiante 11

1.2. Los años revolucionarios 13

1.3. Los méritos en la educación 15

1.4. Los últimos decenios 17

2. Trasfondo histórico: el espíritu de tiempo 21

2.1. Independencia y bolivarismo 21

2.2. El Porfiriato y el positivismo 23

3. La formación filosófica de José Vasconcelos y su manera de pensar 28

3.1. El Ateneo de la Juventud 28

3.2. Inspiración filosófica 30

3.3. El arielismo 33

3.4. El complejo de inferioridad 36

4. La teoría de la ‘raza cósmica’ 41

4.1. José Vasconcelos y el tema racial 41

4.2. El prólogo a La raza cósmica 43

4.3. La tesis de La raza cósmica 45

4.4. El prólogo a Indología 53

4.5. La teoría de Indología 54

5. José Vasconcelos y el nazismo 65

5.1. La campaña presidencial de 1929 65

5.2. Derrotas y desorientación 69

5.3. La revista Timón 73

5.4. La (in)utilidad de relacionar la ‘raza cósmica’ con el nazismo 79

6. Conclusión 83

(3)

3

0. INTRODUCCIÓN. 0.1. TEMA Y OBJETIVO.

La aportación de José Vasconcelos al tema racial mexicano es impactante y grandiosa, pero a la vez conflictiva. Lanzó la idea futurística, o mejor dicho, el ideal utópico, de una ‘raza cósmica’, que provendría del encuentro de las cuatro razas humanas principales en el trópico del continente latinoamericano. Lejos de la controversia que ha surgido en torno a los caprichos literarios del escritor, la ‘raza cósmica’ sigue ocupando un lugar único e imprescindible en el debate racial de Latinoamérica, puesto que implica una unión universal, o ‘cósmica’, de todos los hombres en el suelo del continente. José Vasconcelos se distingue por sus méritos titánicos, en varios campos intelectuales, que varían de la educación y la política a la filosofía y la literatura, pero después de haber perdido las elecciones presidenciales de 1929, su compromiso político como izquierdista democrático dio un viraje brusco a la extrema derecha y al nazismo, con graves consecuencias para su personalidad pública.

Con espíritu renovador, Vasconcelos se atrevió a brindarle mesiánicamente a su propia raza mestiza un papel pionero con respecto a la síntesis de todas las razas del mundo en una nueva raza universal, que será superior a todas las anteriores. La superioridad racial de la ‘raza cósmica’ latinoamericana ha sido una tesis audaz ya desde que fue lanzada, a mediados de los años ‘20 del siglo pasado, y se hizo aún más controvertida cuando un decenio después los nazis empezaron a aprovechar la idea de la superioridad racial para sus fines tenebrosos. La colaboración de Vasconcelos con los nazis en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, facilitó la revaloración de su teoría racial como una teoría con características nazistas.

(4)

4

Al mismo tiempo, la superioridad racial en la teoría de la ‘raza cósmica’ es perfectamente entendible sin tomar en cuenta el nazismo en que Vasconcelos se metió unos quince años después.

Es el objetivo triple de esta tesis presentar, primero, el espíritu de tiempo en que creció Vasconcelos y exponer las correspondientes influencias filosóficas que le inspiraron a escribir su avanzada teoría racial, para llegar a una mejor comprensión de los pensamientos utópicos del escritor acerca de su propia raza; explicar, segundo, el acercamiento al nazismo como una evolución aberrante de su anterior orientación política, que tomó a consecuencia de la desilusión provocada por la derrota fraudulenta de las elecciones presidenciales de 1929; y, tercero, despojar la teoría de la ‘raza cósmica’ de la sugerida vinculación con la ideología nazista, aduciendo otros argumentos para el lanzamiento de esa teoría. En otras palabras, es la hipótesis central de esta tesis que el nazismo de Vasconcelos no se debe relacionar con su teoría de la ‘raza cósmica’, mientras que haya explicaciones independientes para ambas aventuras vasconcelianas.

0.2. MARCO TEÓRICO.

No hay una respuesta sencilla y unívoca a la pregunta de por qué Vasconcelos lanzó una nueva teoría racial. Para evaluar la argumentación del escritor, es necesario considerar todo el abanico de influencias que le llevó a lanzar su teoría, influencias que varían de experiencias históricas y personales a ambiciones políticas y filosóficas, evoluciones ideológicas, posturas sociales y éticas, etcétera. Es difícil captar la persona polifacética que es José Vasconcelos dentro de una sola disciplina, pero el análisis de esta tesis se aproxima a la metodología de los estudios culturales, una disciplina que tiene la ventaja de ser inherentemente interdisciplinario. Hace falta definir el campo de los estudios culturales de antemano, visto que se trata de un término ambiguo, para después aclarar la manera en que se aplica su metodología en la presente tesis.

(5)

5

Música u otras ramas de Cultura los objetos de la investigación, sino todo lo que posiblemente pertenece al ‘estilo de vida’ de la gente puede convertirse en objeto, simultáneamente convirtiendo a todo tipo de gente en sujeto de investigación.

La eliminación de la frontera entre las dos definiciones de cultura, con y sin mayúscula, tiene dos consecuencias relevantes para la metodología de esta tesis. Primero, dado que hasta las más divergentes expresiones culturales pueden ser examinadas como objeto de investigación, hay una preferencia en los estudios culturales por trabajar con ‘estudios de caso’. En los análisis de estos estudios de caso, no se parte de una estructura fija, inmutable y predeterminada, sino que el punto de partida es el objeto de investigación mismo, para el cual se busca un marco teórico adecuado, prestando teorías y enfoques de varios campos académicos con los que el objeto tiene puntos de contacto. Este método de analizar declara el carácter intrínsecamente interdisciplinario de los estudios culturales.

Segundo, la inclusión de las expresiones de la ‘cultura baja’ como posibles objetos de estudio legitima prestar oído a la voz de los grupos que el marxista italiano Antonio Gramsci ha definido como ‘subalternos’. En su ideario de la ‘hegemonía cultural’, Gramsci sugiere que son las instituciones dirigidas por la clase dominante o elitista que imponen en gran medida una identidad cultural al sujeto humano, de modo que se llega a interpretar la ‘cultura’ en términos de poder y dominancia: las instancias que han adquirido una posición ‘hegemónica’ son las que determinan las expresiones y los valores culturales de la mayoría.1 Esto no significa que la cultura es rígida y que no

cambie sin la intervención de dichas instituciones. Al contrario, hay una interacción constante entre la clase dominante y la clase dominada, que se caracteriza como una lucha por el poder cultural, y siempre hay maneras desde ‘abajo’, esto es, desde los grupos subalternos, de resistirse a los valores culturales impuestos por los poderes fácticos de ‘arriba’, hasta que los grupos de ‘abajo’ son capaces de formar una ‘contrahegemonía’ que reemplaza la hegemonía de antes.2

La primera consecuencia, la de la preferencia por trabajar con estudios de caso y la perteneciente interdisciplinaridad, tiene relevancia para la presente tesis, porque el tema racial y el nazismo de Vasconcelos, así como la (in)utilidad de relacionarlos, se han analizado de la misma manera, prestando teorías de varios campos académicos. La

1 Jackson Lears, 1985.

(6)

6

lógica de optar por esta metodología reside en el hecho de que la argumentación de la teoría racial vasconceliana se entienda mejor si se considera el espíritu de tiempo en que el escritor se maduró, y si se sigue en grandes líneas la formación filosófica que ha gozado. Enseguida se detalla cómo se ha elaborado dichas influencias en la tesis.

La segunda consecuencia, el espacio que los estudios culturales brindan a los grupos subalternos, y a su resistencia a la fuerza hegemónica, es crucial en el análisis de la teoría racial de Vasconcelos, puesto que en ella, el protagonista es el mestizo, la raza que ciertamente ya representó la mayoría de la población mexicana cuando Vasconcelos lanzó su teoría, pero que no obstante fue un grupo subalterno por lo que respecta al poder continental, que residía en las manos de los estadounidenses. Mejor dicho, Vasconcelos identifica el problema de que los norteamericanos blancos impongan sus valores culturales sobre la cultura latinoamericana mestiza e indígena, y advierte al lector del peligro de la hegemonía estadounidense en ‘las Américas’, que no sólo tiene consecuencias culturales, sino también sociales, económicas y políticas. Traduciendo esta idea a un lenguaje contemporáneo, Latinoamérica sería la víctima de una nueva relación de poderes, un nuevo colonialismo, llamado neo- o postcolonialismo, en que Norteamérica es el colonizador y los países del Sur son los colonizados.

(7)

7

concreta realidad política, histórica y cultural del continente. En el reconocimiento de la ‘otredad’ de la raza iberoamericana, el problema central es el del mestizaje.

El mestizaje es el producto de la fusión entre españoles e indígenas tras la llegada de los primeros a la tierra de los últimos. La identidad mestiza es un ejemplo clásico del ‘hibridizaje’ cultural identificado por el postcolonialista Homi K. Bhabha, en que el sujeto híbrido ocupa inicialmente un ‘tercer espacio’ en la sociedad, balanceando entre ganar y perder influencia social.3 El ‘tercer espacio’ que el mestizo ocupó en México durante la

época colonial, fue el resultado de su diferencia tanto del colonizador español y blanco, que ejercía el poder y lo reservaba para sí mismo, como de los indígenas y negros colonizados, cuya autonomía fue prácticamente nula. Desde aquel ‘tercer espacio’, el mestizo ha ganado, en un principio lento, pero con aceleración en las luchas por la independencia, más terreno y prestigio en la nación, hasta llegar a ser símbolo de nacionalidad ya en los años ‘20 en que Vasconcelos lanzó su teoría. Mas la nueva amenaza para el mestizo en esa época ya no fue un asunto nacional, sino continental: el sometimiento postcolonial a sobredicha dominancia hegemónica de los Estados Unidos en el hemisferio del Nuevo Mundo.

Es frecuente en los estudios postcoloniales la crítica al fenómeno que Edward Said ha denominado ‘orientalismo’, que se deja definir como una dominancia de enfoques y metodologías occidentales en el estudio de las culturas orientales, con el resultado de que se distorsiona la percepción del Oriente. En la actualidad, como explica Quentin Kayne (2004: 2-3) en un artículo sobre el postcolonialismo en Canadá, la parte ‘oriental’ de la palabra ‘orientalismo’ podría ser ampliada a ‘no occidental’ que incluye el Nuevo Mundo, dado que el fenómeno ya no se restringe al mundo oriental, sino que es aplicable a todas las culturas no occidentales. Edward Said abogaba por estudiar las culturas no occidentales con enfoques no occidentales, para socavar la hegemonía de los métodos occidentales y evitar que se distorsione la imagen de la cultura en cuestión. En la prolongación a la crítica de Said al ‘orientalismo’ se encuentra el trabajo de otra postcolonialista, Gayatri Chakravorty Spivak. En su ensayo Can the subaltern speak? de 1988, ella propone analizar los grupos subalternos de una manera en que se reconoce su otredad, esto es, por la voz del subalterno mismo.

Vasconcelos escribe, desde la perspectiva del propio mestizo, cómo el mestizaje ha sido el catalizador de una cultura latinoamericana y reprocha a los Estados Unidos por

(8)

8

su omnipresencia en los asuntos latinoamericanos. Por analogía con las propuestas de Said y Spivak, la teoría vasconceliana marca un paso más allá en dirección al reconocimiento de la ‘otredad’ de la raza mestiza, de sus virtudes y de su capacidad para escribir su propia historia, hasta que el mestizo jugaría un papel clave en la formación de una ‘raza cósmica’, término clave de la tesis al que se aborda más a fondo en los capítulos que siguen. Sin embargo, debido a su formación positivista, corriente heredada del occidente, el autor tiene dificultad de escapar del enfoque ‘orientalista’ en su descripción de la cultura iberoamericana.

La situación postcolonial latinoamericana es un asunto ambiguo, sobre en todo en México. Por un lado, hay una resistencia a la metrópoli, pero con la dificultad de que las raíces españolas forman parte íntegra de la identidad mestiza. Por otro lado, la influencia hegemónica de la metrópoli se ha disminuido después de las luchas por la independencia, pero el mestizo tiene que defenderse del poder hegemónico de un nuevo invasor, que es el vecino del norte del propio continente. En las obras de Vasconcelos aquí tratadas, tanto la ambigüedad de la identidad latinoamericana postcolonial, como la defensa de la hegemonía de los Estados Unidos están presentes. Dentro del marco teórico, los aspectos más importantes de su manera de pensar son la interacción entre el positivismo del Porfiriato y el antipositivismo del Ateneo de la Juventud; la incorporación de la antítesis Ariel-Calibán, o bien, del arielismo; la rectificación del ‘complejo de inferioridad’ del mestizo frente al norteamericano; sus críticas anticoloniales, antiimperiales y antimonroístas; y su deseo de instalar una nueva unión bolivariana en el continente latinoamericano a base del concepto de la ‘raza cósmica’.

0.3. ESTRUCTURA.

(9)

9

derrotas; la tendencia a la derecha extrema y al nazismo; y la madurez de su filosofía en sus últimas decenias. La información biográfica sirve para responder concisamente a la pregunta de quién era José Vasconcelos y para introducir el transcurso de la vida del escritor, filósofo, político y educador, para que causa y efecto ayuden a explicar los sucesos y decisiones más importantes.

El segundo capítulo describe la influencia del espíritu de tiempo en Vasconcelos, y contiene una perspectiva historiográfica sobre las luchas por la independencia y el bolivarismo y la relación íntima entre el Porfiriato y el positivismo. El tercer capítulo trata la formación filosófico-literaria de Vasconcelos, así como las corrientes intelectuales de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, que le servían de inspiración para introducir su teoría de la ‘raza cósmica’. Empieza con la importancia del Ateneo de la Juventud para el mundo intelectual mexicano en que José Vasconcelos juega un papel activo. Segundo, se mencionan brevemente las tendencias filosóficas que han influido el pensamiento de Vasconcelos, las que se extienden desde los clásicos grecorromanos y el mundo exótico del Oriente, hasta los contemporáneos filósofos occidentales y latinoamericanos, y el espiritualismo, el catolicismo, el misticismo y el esoterismo. Especial atención es prestada a los ideales del arielismo, y se da una nota crítica a los pensamientos utópicos de los pensadores latinoamericanos, Vasconcelos incluido, a base de la teoría del complejo de la inferioridad de Samuel Ramos.

El cuarto capítulo constituye en los análisis de La raza cósmica (1925) e Indología (1926). Se ha seleccionado específicamente la combinación inseparable de este ensayo y este libro de Vasconcelos, porque en el ensayo lanzó por primera vez su teoría racial y en el libro la ampifica y elabora más detalladamente. Primero, se introduce la teoría de la ‘raza cósmica’ en general. Después, se analiza profundamente el contenido de ambas obras, a base de la metodología y las teorías expuestas arriba. Se han separado los prólogos a las obras en apartados independientes, porque merecen especial atención que sirve de buena entrada a la materia principal.

(10)

nazi-10

(11)

11

1. BIOGRAFÍA DE JOSÉ VASCONCELOS. 1.1. DE NIÑO A ESTUDIANTE.

José Vasconcelos, completamente José María Albino Vasconcelos Calderón, nació en Oaxaca el 27 de febrero de 1882. A pesar de haber nacido en Oaxaca, no tenía la oportunidad de crecer en su ciudad natal e identificarse como oaxaqueño, debido a que el trabajo de su padre como agente aduanal le colocó en la frontera norteña con los Estados Unidos.4 Su padre es Ignacio Vasconcelos Varela quien, con Carmen Calderón

Conde, tenía diez hijos, de los que José fue el segundo. Después de vivir un rato en Sásabe, pequeña aldea sonorense frecuentemente amenazada por los indios yaqui, la familia Vasconcelos se trasladó a Piedras Negras, ciudad fronteriza de Coahuila.5

Viviendo en la parte mexicana de la ciudad y cruzando diariamente el puente sobre el Río Bravo del Norte hacia su escuela en la parte estadounidense, que se conoce como Eagle Pass, el joven José Vasconcelos cruzaba a la vez un puente cultural metafórico. Aprende ya desde sus años escolares a defenderse contra los prejuicios y la discriminación de los niños norteamericanos respecto a los mexicanos. Alejandra Sánchez Valencia (2009) señala que el reconocimiento de su otredad y su crisis de identidad ya en edad temprana, provocada en gran parte por aquella discriminación de los norteamericanos, se cristalizó en una postura antiyanqui en sus escrituras maduras, en que ataca también al ‘pochismo’ de los norteños, o sea, la pretensión de los mexicanos del norte de ‘agringarse’, dispuestos a entregar su latinoamericanidad por la tecnología y el ‘status’ de los Estados Unidos.

Paradójicamente, José Vasconcelos vivía en el último rincón de su propio país y hasta gozaba la educación primaria en otro, mientras más que nadie se conciencia de lo que significa su identidad mexicana, y tal vez más importante, iberoamericana, justo por las diferencias culturales que se le hacen tan marcadas. Esta experiencia de conocer los dos mundos caracterizaría señaladamente su posterior labor filosófica. Acerca de la vida en la frontera, Betzabé Arreola Martínez (2009: 4-5) observa: “Este hecho sería definitivo en la formación de su personalidad, al haber vivido la contradicción entre el Norte violento y criollo, y el Sur indígena (...). Para él y desde su niñez, la nacionalidad era algo imaginario e idealizado, extremadamente frágil y siempre a punto de verse asaltado por indios y norteamericanos.”

(12)

12

La infancia nómada no se termina con su experiencia en Piedras Negras, puesto que la familia se muda a Toluca y más tarde a Campeche, donde Vasconcelos entra al Instituto Científico de Toluca y la Universidad de Campeche, respectivamente.6 José Vasconcelos

tenía una afición por la lectura y el conocimiento, lo que le llevó a la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), viviendo solo desde 1897 en la capital del país. En aquel entonces, recibe la noticia de que su madre se murió, lo que le aflige gravemente. A su madre debe la educación en la tradición católica y el perteneciente conocimiento bíblico, pues siendo fervorosamente cristiana, Carmen Calderón quería proteger su hijo de la ‘yanquización’, la influencia bárbara del protestantismo ‘hereje’ norteamericano. La cristianidad y la espiritualidad inculcadas por su madre, iban a desarrollarse como eje central en la obra vasconceliana.7/8

El estudiante Vasconcelos seguía residiendo en la Ciudad de México después de la preparatoria para comenzar su carrera en Jurisprudencia. Aunque su formación estaba fundada en la ciencia positivista, la corriente filosófica que marca la época del Porfiriato y que se caracteriza por afirmar únicamente el conocimiento empírico adquirido a base de métodos científicos, Vasconcelos y los postivistas se divergían de opinión en algunas líneas. La educación en el dogma católico del hogar paterno chocaba con el rechazo de la metafísica y de la intuición por los Científicos, y la necesidad de maniobrar defensivamente la situación discriminatoria como niño mexicano en la frontera con los Estados Unidos, se oponía a la xenofilia porfirista respecto del vecino del norte. Vasconcelos pronto se desconformaría con el sistema y se junta con algunos estudiantes coetáneos de la misma opinión, para buscar una manera de expresarse en contra de las normas imperantes, lo que resultaría en la fundación del Ateneo de la Juventud Mexicana en 1909.9

Inesperadamente apoyados por Justo Sierra, uno de los Científicos más renombrados, quien, no obstante, estimulaba la creatividad de los jóvenes y abogaba en favor del rejuvenecimiento del mundo intelectual, Antonio Caso, Pablo Henríquez Ureña, Alfonso Reyes y el propio José Vasconcelos, entre otros, eran los principales fundadores del Ateneo. Fue un espacio que siguió existiendo hasta 1914, en donde la discusión y la crítica filosóficas de la nueva generación podía hacer frente al pensamiento positivista.

(13)

13

Vasconcelos descollaba sobre los demás ateneístas por vincular la filosofía con la política. El Ateneo fue un órgano de suma importancia para el desarrollo intelectual de Vasconcelos, y un primer paso hacia su compromiso político.

1.2. LOS AÑOS REVOLUCIONARIOS.

En su ansiedad de leer, Vasconcelos adquirió conocimientos, pensamientos e ideas de la civilización grecolatina de Europa antigua, y descubrió en el movimiento de Francisco I. Madero una manera de democratizar el país y liberarlo del sistema oligárquico del Porfiriato. Se esfuerza para redactar publicaciones críticas en el semanario del partido antirreeleccionista, cuyo nombre El Antirreeleccionista es de cajón, pero pronto se ve obligado a refrenar su actitud rebelde a causa del descontento del lado del régimen oficial.10 Madero le invita a Vasconcelos a formar parte de su comisión en la lucha

armada contra Díaz, y ése lo acepta gustoso, aseverando que el caos violento fue necesario para efectuar una transformación de la nación. Es en esta época que se encuentra con la revolucionaria, maderista y feminista Elena Arizmendi Mejía, su primer amor significativo, llamada Adriana por él.11

Cuando en 1911, Madero subió a la presidencia, Vasconcelos presentó su candidatura como diputado de Oaxaca, pero no fue seleccionado. Se retiró a profesar la abogacía, alejándose un rato de la política. La presidencia de Madero no iba a durar mucho tiempo, pues durante la llamada ‘decena trágica’ de 1913, el presidente democrático fue asesinado por una conspiración contra él. Un año después, Vasconcelos se posiciona al lado de Venustiano Carranza, pero tuvo que exiliarse al extranjero por los peligros políticos. Carranza lo contrata como agente confidencial en Estados Unidos y Europa, o bien, como representante del gobierno carrancista encargado de buscar aprobación internacional.12 En lugar de sumergirse enteramente en su misión política, Vasconcelos

se decepciona rápidamente de Carranza y aprovecha la oportunidad para pasar su tiempo viajando con Adriana y conocer el mundo.

De regreso en México, Vasconcelos ya no extiende sus lazos con Carranza, sino se aproxima a Pancho Villa y Emiliano Zapata, con el fin de asistir a la Convención de Aguascalientes.13 En las conferencias, opina positivamente sobre el maderismo y su

10 Bobadilla, op. cit., p. 30.

(14)

14

atribución principal es, de alguna manera mística, el mensaje que lo primordial de la revolución es la redención espiritual de México y de sus habitantes, quienes valen más que el mero asunto revolucionario. El régimen convencionista, bajo Eulalio Gutiérrez, le nombró a Vasconcelos Secretario de Instrucción Pública y, con ello, le brinda su primera perspectiva en establecerse como figura importante para la educación nacional, el ámbito del servicio público en que tal vez los más honorables méritos vasconcelianos se revelarían posteriormente. No desempeñó ese cargo prolongadamente, pues su disconformidad con el régimen nuevamente le da el golpe de gracia, lo que le llevó a otro exilio en 1915.

En los Estados Unidos, vuelve a alimentar su mente leyendo los clásicos griegos en la biblioteca de Nueva York, como lo había sugerido su consejero Justo Sierra, hasta que revaloró la ética y estética griegas de manera significante. Publica en 1916 su primer libro Pitágoras. Una teoría del ritmo. La influencia irrefutable de los clásicos sigue siendo presente hasta en las últimas escrituras de Vasconcelos. Se reencontró también con la antigua moral católica enseñada por su madre. Su renovada comprensión de los valores axiológicos es el resultado de la lectura del filósofo neoplatón Plotino, cuyos pensamientos acerca del universalismo y ascetismo son adoptados por Vasconcelos de tal modo que se había convencido de que el alma está encarcelado en el cuerpo y que se tiene que redimir de ello para poder ascender a una esfera superior.

Es evidente también la inspiración que Vasconcelos encontró en el arielismo de José Enrique Rodó, pues por la reinterpretada voz del personaje-espíritu Ariel de la obra La

tempestad de Shakespeare, Rodó proclamaba en su Ariel una estética a base de

sentimientos espirituales, que debería caracterizar el nuevo paradigma de América Latina, resistente al utilitarismo norteamericano. La semejanza entre Rodó y Vasconcelos se hace completa al considerar la importancia que los dos conceden a la pedagogía moral de la nueva generación de jóvenes. Vasconcelos puso a la práctica una versión suya del nuevo concepto de educación y años más tarde recapituló su magnánima labor en el campo de la educación mexicana en De Robinsón a Odiseo (1935).14

Otra influencia en la filosofía vasconceliana procede del mundo oriental. Visto que la materia filosófica de esa parte del mundo sobresale por su abundancia, Vasconcelos no

14 El el tercer apartado de capítulo 3 se discute la influencia del arielismo en Vasconcelos con más

(15)

15

ha sido capaz de profundizarse en todas las filosofías orientales, pero en sus Estudios

Indóstanicos (1920) da muestras de un amplio conocimiento, digno de llamarlo

significativo para su desarrollo como pensador universal. La influencia de los clásicos griegos, de filosofías latinoamericanas como el arielismo, y de algunas filosofías occidentales y orientales en la manera de pensar de Vasconcelos se trata más adelante en el tercer capítulo de esta tesis.

Por su estancada situación económica, Vasconcelos acepta una invitación espontánea desde Perú de dirigir el Instituto de Capacitación Tecnológica en Lima y marcha a aquel país con Adriana. Después de poco tiempo, ella optó por regresar a Nueva York y separarse de Vasconcelos, lo que en él resucita su sueño plotiniano de domar los impulsos apasionados del cuerpo por medio de la moral y el intelecto. Su libro

Divagaciones literarias (1919) comprende estas ideas libertadoras, así como su lírica en La sonata mágica (1933).15 Adriana mientras tanto, entró en una relación con Martín

Luis Guzmán, viejo ateneísta y amigo de Vasconcelos. Cuando éste, de regreso en Nueva York, encontró a su vieja amante en los brazos de su amigo, se desilusionó aún más del amor por esta mujer y volvió nuevamente a la política, otro viejo amor suyo.

1.3. LOS MÉRITOS EN LA EDUCACIÓN.

En 1920, Álvaro Obregón asume a la presidencia en México, y se dedica a reconstruir la economía nacional después del colapso económico de la Revolución. En la década de los 20, México experimenta un crecimiento económico gracias al modelo exportador de las materias primas agrícolas, industriales y pecuarios. Obregón también hace subir los presupuestos de la educación y no sólo le abre a Vasconcelos el paso al país, sino incluso lo invita a ocupar unos puestos muy altos en el terreno educativo, allanando así el camino hacia la mayor proeza en la historia de la educación mexicana que Vasconcelos, ‘apóstol de la educación’, llevaría a cabo.16 Primero, Vasconcelos se convierte en Rector

de la Universidad Nacional y desde esa posición se veía autorizado a proponer una reforma constitucional con la que más tarde podía crear su propio ministerio. No era una idea al azar, sino más bien fue la extensión a nivel nacional de su obsesión personal por la liberación del alma, pues el papel que su ministerio tendría que jugar era facilitar la transformación espiritual de la población para llegar a la redención nacional.

(16)

16

Esto dicho, el nuevo rector se compromete con su labor educativa de manera misionera y casi profética; obtiene más autonomía para la Universidad Nacional e inventa un nuevo lema y un nuevo logo para su escudo, desarrollos que siguen vigentes hasta la fecha.17 Además, lanza una campaña en gran escala contra el analfabetismo, con

resultado exitoso. En gratitud a su dedicación en el oficio educativo, Obregón le otorga los recursos económicos para realizar la creación de su anhelada Secretaría de Educación Pública (SEP) a finales de 1921. El recién instalado ministro se evidencia contentísimo y fanático en su trabajo, y sus logros son diversos. Reanuda su plan de alfabetizar la población entera, complementado por la difusión de libros y la instalación de bibliotecas, establece el desayuno escolar para evitar que el hambre sea un impedimento para los pobres de visitar la escuela, y funda la revista El Maestro (1921-3) con el fin de animar a los que tienen empleo en el magisterio. Su amiga Gabriela Mistral, poetisa chilena galardonada con el Premio Nobel en 1945, con quien Vasconcelos mantenía el contacto toda su vida presentándola sus teorías, preparó la antología

Lectura para mujeres, publicada por la SEP en 1924.18

Vasconcelos consideraba que la presencia de una destacada cultura nacional daba muestras de un pueblo civilizado y que las manifestaciones culturales por lo tanto eran imprescindibles para una educación fructífera de la población. Utilizaba buena parte de los presupuestos de la SEP para estimular la cultura mexicana en todos sitios, por lo que la arquitectura y el arte conocieron en los años posrevolucionarios una verdadera transformación. La difusión del muralismo del ilustre triunvirato formado por Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siquieros, fue estimulada inicialmente con el patrocinio de Vasconcelos desde su ministerio.19 Algunos de los espléndidos murales

pintados por ese trío en los edificios públicos y gubernamentales, incluyendo el edificio de la misma SEP y la ENP, quedan visibles hasta en la actualidad como verdaderas obras maestras del arte mexicano.

Los esfuerzos del secretario Vasconcelos en la propagación de expresiones culturales no se limitan al muralismo, sino que se extienden por todas las categorías de la cultura. Durante su ejercicio del cargo ministerial entre 1921 y 1924, florecieron el baile folclórico y la música, tanto la clásica europea como la moderna mexicana, a la vez que

17 Hoy en día, gracias a la iniciativa de Vasconcelos, la ahora Universidad Nacional Autónoma de México

(UNAM) cuenta con autonomía completa. En lo concerniente al escudo de la UNAM, más adelante en la tesis se discute la alusión a la teoría vasconceliana de la ‘raza cósmica’ en el lema y el logo.

(17)

17

se presentó una revaloración de la artesanía indígena y del arte colonial. Además, la SEP financió actividades culturales y festividades tradicionales, procurando a menudo actuaciones con entrada gratuita y al aire libre en los parques municipales, con objeto de que los más pobres pudieran frecuentarlas.20 Vasconcelos desmitificó así, que la cultura

era algo exclusivo y elitista, a pesar de que, contradictoriamente, se autoidentificaba como aristócrata intelectual, por haber provocado una transformación cultural que ninguno de sus colegas ateneístas podía emular.

Lo que para unos constituía la mejor contribución a la transformación cultural de la nación, era para otros puro despilfarro, como para el nuevo presidente, Plutarco Elías Calles, y sus seguidores. Vasconcelos sigue trabajando como secretario hasta 1923, y después vuelve a su sueño de hacer carrera en la política nacional probando su suerte una vez más en la candidatura para el gobierno de Oaxaca, pero fue rechazado de nuevo. Más tarde, está en disconformidad con Calles por haber acusado al callista Lombardo Toledano, a la sazón director de la ENP, de abusar la institución como plataforma política callista.21 El ciclo se repite, pues Vasconcelos es exiliado a Europa y los Estados

Unidos por mucho tiempo. Trabaja un rato de periodista haciendo críticas del régimen callista en publicaciones para el periódico El Universal, y se hace visible en conferencias y círculos universitarios.

En 1926, Calles adaptó la ley para permitir la reelección presidencial. Álvaro Obregón se enganchó a esta reforma presentándose nuevamente como candidato presidencial en 1928. Aunque ganó las elecciones, poco tiempo después le fue quitado el acceso a su segundo plazo de una manera horrenda, pues fue asesinado súbitamente por el extremista católico José de León Toral. Emilio Portes Gil, miembro del gabinete callista, fue nombrado presidente interino desde el asesinato de Obregón hacia 1930. Con impotencia y esmero, José Vasconcelos se mantenía informado de los desarrollos políticos en México desde el extranjero, para lo cual tenía un objetivo muy claro: prepararse para su empresa política más aventurada.

1.4. LOS ÚLTIMOS DECENIOS.

De regreso en México en noviembre de 1928, se presenta como candidato en las elecciones presidenciales. Rivaliza con el candidato oficial, Pascual Ortiz Rubio. A lo

(18)

18

largo de su campaña, atrae la atención de muchos obreros, estudiantes y otros grupos descontentos con el gobierno de Calles, pese a que su programa era algo improvisador. Sobre todo del apoyo que recibe de parte de los estudiantes resulta su carisma, porque lo apodan ‘El Maestro de América’, aludiendo así no sólo a sus éxitos en el mejoramiento de la educación nacional, sino a la vez a su teoría de una futurística unión latinoamericana en que la raza mestiza tendría un papel primordial, que había publicado un par de años antes. El apoyo que recibía en número de cabezas contrastaba con el escaso apoyo económico que tenía. La campaña entera fue financiada mediante donativos y aportaciones de amigos u ocasionales personas afortunadas, dispuestas a invertir en el futuro prometedor que les visualizaba Vasconcelos. Una de estas personas acaudaladas fue Antonieta Rivas Mercado, que pronto sería el segundo gran amante de Vasconcelos.22

El episodio turbulento en que Vasconcelos intenta asumir la presidencia, se concluyó de una manera muy insatisfactoria y abrupta, porque el régimen callista, que en cierto modo se sostenía en pie durante los años interinos de Portes Gil, probó tener otros planes que la presidencia de Vasconcelos. El candidato percibe su derrota un día antes de que oficialmente se cerrarían las casillas electorales en un artículo periodístico neoyorquino. El periódico comunica el triunfo de Ortiz Rubio, con lo cual Vasconcelos se da cuenta del fraude electoral. Los vasconcelistas se sintieron traicionados y Vasconcelos intenta recuperar la situación en el Plan de Guaymas (1929) en que se declaró a sí mismo el único presidente legítimo. En el cuarto capítulo, se tratará con más detalle la campaña presidencial de Vasconcelos y la derrota que sufrió luego, con el fin de aclarar en qué sentido su derrota le incitó a tenderse hacia ideologías más extremas.

Finalizado su sueño político, Vasconcelos una vez más emprende un exilio largo, a los Estados Unidos, los Andes, Centroamérica y Europa. En su estado de exiliado, no tiene ninguna manera para desmentir los rumores que iban circulando de que ‘traicionó a sus seguidores’. La realidad del fraude electoral fue desdibujada astutamente por el gobierno y cualquier esfuerzo de Vasconcelos de revertir la situación fue en vano. Encima de la derrota profesional de las elecciones presidenciales, perdió en aquel entonces su amor Antonieta, que se suicidó. A partir de aquel momento, el acercamiento

(19)

19

al poder político, que había llegado a su clímax durante la campaña presidencial, se disipó completamente.23

Vasconcelos optó por retirarse físicamente de la política comprometida, pero no dejó de publicar su pensamiento personal, ni sus críticas a la política internacional. En cuanto a su filosofía, la madurez le hizo más productivo que nunca. Al lado de una autobiografía llamada Ulises criollo (1935), Vasconcelos escribió en la segunda mitad de la década de los ‘30 varias obras filosóficas y espirituales, entre las que destacan Estética (1936) y

Ética (1939), con reminiscencias a su predilección por los filósofos griegos. En lo que

concierne a sus críticas políticas, se nota una desorientación total. Dió una vuelta de 180 grados hacia una preferencia por las dictaduras, y se refugió en el nazismo. En 1939, publicó para la revista nazi Timón. Cuando la revista fue prohibida por el régimen de Lázaro Cárdenas, después de una circulación de nomás cuatro meses, Vasconcelos ya no tenía ningún asidero ideológico-político.

Durante el tiempo restante de la Segunda Guerra Mundial y después de esta guerra, Vasconcelos sólo esporádicamente escribió textos críticos sobre la política internacional, pero eran mayoritariamente textos destinados a la prensa en los que adopta una posición mucho más distanciada de sus anteriores objetivos. A la edad de 63, Vasconcelos entra en matrimonio con la pianista Esperanza Cruz, con quien tuvo un hijo, Hector Vasconcelos. Sirvió un período como director de la Biblioteca Nacional y se conformaba con ese puesto. Sus días como director y periodista ya no eran tan movedizos como antes, sino constantes y rutinarios. Tomás Bernal Alanís (2002) da una sinopsis casi exhaustiva de la obra vasconceliana y concluye que balanceaba toda su vida entre el periodismo y la pasión literaria a un lado, y la función política al otro, pero que sus anhelos políticos culminaron en desilusión y luego en una inclinación a la derecha, mientras que su pasión por la escritura periodística y literaria seguía siendo constante.

En los años ‘50, se dedicó únicamente a redactar su propia filosofía, que tenía de baluarte el espiritualismo místico, fundamentado en el catolicismo materno y en los clásicos grecorromanos. Parece que el espiritualismo, el catolicismo y el clasicismo siguen en pie como verdades invariables para el amargado Vasconcelos. Eran sus principales estimulantes para seguir trasladando sus pensamientos al papel. En 1952 publica Todología, el exponente máximo de los pensamientos vasconcelianos, donde lo filosófico, espiritual, redentorista, místico, ético y estético se encontraron en un sólo

(20)

20

libro.24 José Vasconcelos murió el 30 de junio de 1959, a la edad de 77. Murió solo en su

despacho en Tacubaya, Ciudad de México, a causa de problemas cardíacos, trabajando en su último libro, Letanías del atardecer (1959), que de inmediato fue publicado póstumamente, mientras que todavía estaba inconcluso.25

(21)

21

2. TRASFONDO HISTÓRICO: EL ESPÍRITU DE TIEMPO. 2.1. INDEPENDENCIA Y BOLIVARISMO.

A finales del siglo XVIII, surgió en Haití un movimiento revolucionario, influido por las ideas de la Ilustración e inspirado directamente por la Revolución francesa de 1789. Al haber luchado por más de una década por su independencia, Haití finalmente alcanzó su objetivo en 1804. El cumplimiento del sueño haitiano de independizarse produjo un efecto de bola de nieve en los demás países latinoamericanos, y en las primeras décadas del siglo XIX, las luchas por la independencia estallaron en todo el continente. Así, también los países hispanoamericanos vieron una oportunidad de liberarse de la autoridad ultramarina de la metrópoli.

En México, fue el sacerdote criollo Miguel Hidalgo que en 1810 incitó la rebelión por la independencia, invocando el Virgen de Guadalupe y declarando la muerte a los españoles, pero sus fuerzas eran desorientadas y caóticas. Luego el mestizo José María Morelos siguió su ejemplo, profesionalizando el movimiento independentista. En la Ciudad de México, otro dúo de criollo y mestizo, respectivamente Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, combinaron sus fuerzas en la lucha por la independencia, de las que salieron exitosos en 1821. En otra parte de la región hispanohablante, Simón Bolívar había empezado a luchar por la independencia, triunfando desde 1817 cuando cruzó las llanuras del Orinoco y luego escaló los Andes para sorprender a los españoles. En 1822 tomó Caracas y Quito, con las que ganó el control sobre una importantísima parte de América del Sur. Dos años más tarde, conquistó Bolivia, que lleva su nombre, y Ayacucho, lo que ahora es Perú. Con esas victorias concluyó la lucha por la independencia en la primera mitad del siglo XIX. Sólo algunos países del Caribe retrasaron en independizarse.26

Las ganancias impresionantes obtenidas por Bolívar a favor de la autonomía de la América latina, le otorgaron un estado de ídolo. El sueño bolivariano y el de su adyudante Antonio José de Sucre, fue la unión de todos los districtos de América del Sur bajo un sola administración céntrica. Los latinoamericanos más fervorosamente orientados a la unión de la región hispanohablante del continente, siguen rendir culto a estos dos luchadores independentistas. El heroísmo de Bolívar y sus ideas de independencia y autonomía han inspirado también a Vasconcelos. De hecho es bolivarista de primer orden, dado que su teoría de la ‘raza cósmica’ es en cierta medida

(22)

22

un nuevo intento hacia la unión de los pueblos hispánicos de América Latina. Claro está que la teoría vasconceliana no anima tanto a la idea bolivariana de una unión política por medio de la centralización del poder en una administración estatal, sino que apela a la unión basada en la raza y la tradición de la estirpe compartida.

La instalación de las primeras repúblicas constitucionales después de las luchas por la independencia acarreó un nuevo honor para la gente de raza mixta, puesto que los mestizos estaban en gran medida, y a veces protagónicamente presentes en estas luchas. La revaloración del mestizo provocó a su vez un nuevo sentido de unidad entre las diferentes razas y clases de las recién independientes poblaciones latinoamericanas. Por lo tanto, era necesaria una nueva imaginación del nacionalismo, y los patriotas buscaban los ideales de soberanía, libertad e igualdad. Si bien la igualdad de razas nunca había estado tan cercana como durante el período relativamente autónomo, que fue el resultado inmediato de las luchas por la independencia, aún se encontraba lejos de la realidad.

Las nuevas repúblicas liberales querían reemplazar las viejas jerarquías sociales, pero no eran capaces de llevarlo a cabo. Aunque las clasificaciones del sistema de castas fueron oficialmente rechazadas, en la práctica, las viejas diferencias raciales todavía estaban marcadas. Además, el sueño de la prosperidad y el progreso cedió el sitio a la cruda desilusión de problemas económicos resultantes de las luchas independentistas; México sufrió un atraso económico por la recesión minera y por la falta de vías de transportación modernas, como una red ferroviaria. La promesa de democracia fue destrozada por la corrupción y la violencia políticas, que llevó al caudillismo neocolonial. En breve resumen, la búsqueda de los liberales por un nuevo sentimiento de nacionalismo igualitario fue interrumpida por los problemas económicos acuciantes, a los que sólo el caudillismo ofrecía la solución.

En los años ‘30 y ‘40 del siglo XIX, el caudillo más famoso de México fue Antontio López de Santa Anna. Era una persona controversial y oportunista, que vacilaba entre varios intereses y no sólo ejercía influencia como presidente, sino también sobre otros presidentes manejándolos como títeres.27 Dos importantes victorias mexicanas, o más

bien defensas a invasiones, son suyas. En 1829, pudo rechazar los intentos españoles de reconquistar México y en 1838, salió victorioso de la Guerra de los Pasteles contra Francia y su intromisión en asuntos económicos. Por sus éxitos bélicos que garantizaron

(23)

23

la soberanía mexicana, el caudillo ganó mucha popularidad entre sus paisanos. En la segunda mitad del mismo siglo, otro caudillo, motivado por el santanismo, adquirió mucha fama por sus logros: Porfirio Díaz.

2.2. EL PORFIRIATO Y EL POSITIVISMO.

Gracias a las intervenciones bélicas de Santa Anna y sus subsiguientes años de caudillismo, prolongados por Díaz a partir de 1876, la nación recuperó su estabilidad, fundamento necesario para el desarrollo económico. Cuanto más estable era la nación, tanto más interesante para los inversionistas extranjeros, y cuanto más interés en México había desde el extranjero, tanto más podía crecer el país en términos económicos. Importantes bienes mexicanos todavía eran la plata, las fibras, el café, el azúcar y otros productos agrarios. Las tierras, minas y fábricas donde estos productos eran obtenidos, estaban en manos de grandes latifundistas, y la nueva atención a la exportación reforzó una vez más su posición en la cúspide de la pirámide social.

El clima político del Porfiriato era un sistema oligárquico en que las familias más afortunadas se enriquecieron aún más debido al crecimiento de la exportación. El flujo de dinero que entró a México en la segunda mitad del siglo XIX fue invertido en la construcción de nuevos medios de transportación y comunicación, como la red ferroviaria y el telégrafo, que hicieron subir aún más el valor de las grandes propiedades. La prosperidad de las familias latifundistas les hizo desplazarse a las ciudades, donde sus hijos podían gozar la mejor educación. Por medio de reformas burocráticas, Díaz creó empleos para las clases medias, que también se trasladaron a las ciudades. Las clases medias eran mayoritariamente mestizas, y la élite era casi exclusivamente blanca, pero el contacto entre estas dos clases sociales y raciales estimuló la mezcla entre ellos. Los mestizos ganaron así más prestigio, pero la clase rural, que era en gran medida analfabética y que por lo tanto no tenía acceso a los nuevos empleos en el ámbito administrativo, fue repelida de las ciudades.

(24)

24

interpretado en términos económicos, de ninguna manera en términos sociales, pues la desigualdad social se hizo cada vez más marcada.

La gran mayoría rural y pobre no sólo fue físicamente ahuyentada de las ciudades y, en el campo, robada de las pocas tierras que aún poseía, y mantenida bajo control por la policía rural, sino para colmo su voz no fue escuchada en absoluto, mientras su nivel de vida se empeoró sustancialmente. La influencia política fue determinada a base de los ingresos que uno tenía, y el sistema administrativo de los centros urbanos era frágil y corrupto. Elecciones fueron fácilmente manipuladas en favor de los más ricos, quienes, cabildeando, se hicieron cada vez más ricos aún, y de ese modo siempre eran los porfiristas en ganar las elecciones. El ideal democrático fue prácticamente anulado.

James Monroe introdujo en 1823 su famosa doctrina, con la que garantizó un continente americano para los pueblos americanos, en que los Estados Unidos prometieron un apoyo incondicional en el caso de futuros ataques europeos, fuera la que fuera la parte de América en cuestión. Más allá de una manifestación de hermandad estadounidense, presentada así la doctrina al mundo exterior, fue una jugada táctica para expulsar a Gran Bretaña del continente y explotar las riquezas en el patio trasero que era la América latina. A lo largo del siglo XIX, la influencia británica, antes dominante, disminuyó paso a paso, y los Estados Unidos asumieron una posición hegemonial en el continente.28 A finales del siglo, el monroísmo daba frutos para Tío

Sam. Mientras las poblaciones rurales de la América latina empobrecían, los trusts norteamericanos como United Fruit Company obtuvieron ganancias gigantescas.29

Porfirio Díaz, exclamando ‘pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos’, se veía puesto en un apuro. El Porfiriato era una dictadura neocolonial, que no tenía otra oportunidad que obedecer al poder norteamericano y conchabarse con aquel país.30 El inversionismo extranjerizante daba muestras de xenofilia por parte de las

familias olgárquicas, pero la xenofilia porfiriana no fue compartida por todos. Desde ciertos círculos intelectuales sonaban palabras críticas a la rendición de la autonomía latinoamericana a favor de los intereses de las corporaciones norteamericanas. Esos intelectuales, como Rubén Darío, José Martí, José Enrique Rodó y muchos otros, inculpaban la situación empeorada de las poblaciones rurales latinoamericanas a los motivos imperialistas de la presencia de los Estados Unidos en la parte sur del

(25)

25

continente americano y a su intromisión aumentada en asuntos latinoamericanos. Más tarde, José Vasconcelos se inspiraría en estas palabras antiyanquis, antiimperialistas y anticoloniales. Antes de entrar en más detalle sobre dichas influencias en Vasconcelos, hace falta profundizar en la vinculación entre el positivismo y el Porfiriato.

En su artículo sobre el espiritualismo latinoamericano, Bernardo Astigueta (2005) contrapone esta corriente al positivismo que la precedía. El positivismo fue fundado por Augusto Comte durante la industrialización y la Iluminación europeas, pero pese a que surgió como movimiento europeo, tuvo un fuerte arraigo en el continente latinoamericano del siglo XIX. Tanto la creencia positivista de que el conocimiento se obtiene por excelencia mediante los métodos científicos, como la consiguiente idea de que la ciencia era capaz de solucionar los problemas humanos, ganaron mucho prestigio según que se desarrollara la industrialización.

Las ciencias más representativas en la organización del positivismo de Comte eran las matemáticas, la astronomía, la química, la biología, la sociología y la psicología, las cuales deberían de ser practizadas por medio del empirismo. Los positivistas se dejaban dictar por las leyes naturales y operaban con los métodos de la inducción y la deducción, y el valor de las investigaciones fue medida a base de la importancia que tenían para la sociedad humana. El positivismo se deja caracterizar, en resumen, por el enfoque en las ciencias exactas con una implicación utilitaria frente a la sociedad, por el empirismo y el experimentalismo, la observación objetiva a base de métodos científicos, la fenomenología, y una actitud en contra de la metafísica.

(26)

26

A Porfirio Díaz, tal discurso darwinista social, dentro del marco positivista, le servía de excelente apoyo para la justificación de la desigualdad en su propio régimen oligárquico. De hecho, México durante el Porfiriato ha sido más vinculado con el positivismo que ningún otro estado latinoamericano. Los más renombrados representantes políticos e intelectuales de la dictadura porfiriana eran positivistas, llamados Ciéntificos, quienes fomentaban la posición de la ciencia positivista dentro del aparato estatal. Gracias a los Científicos, el positivismo adquirió un alcance nacional, de forma casi análoga a una religión. Entre los más destacados Científicos se encontraban José Yves Limantour, fundador del grupo; Ramón Corral, el designado sucesor de Díaz en la presidencia en 1910, candidato oficial que perdió del demócrata Francisco I. Madero; Enrique Creel, hombre apto en los negocios e imprescindible en el comercio mexicano durante el Porfiriato, porque hizo prosperar la actividad económica; y Justo Sierra Méndez, alto dignatario que gestionó entusiásticamente en favor de la fundación del Ateneo de la Juventud, con el fin de estimular la creatividad de la nueva generación de jóvenes.31

La incorporación del positivismo en Latinoamérica para algunos equivalía la deslatinización o la sajonización del continente, puesto que aquella filosofía fue prestada del Norte sajón. Mientras el régimen porfiriano colaboraba con la Doctrina Monroe y utilizaba la filosofía positivista xenófilamente para llenar los bolsillos con el dinero de las inversiones extranjeras, la crítica a este modo de operar aumentó hacia finales del siglo XIX y al principio del siglo XX. Sobre todo cuando el monroísmo fue elevado a un plano superior con la promulgación del corolario de Theodore Roosevelt a la doctrina, que ya no garantizaba solamente la defensa compartida contra agresiones europeas bajo la hegemonía de los Estados Unidos, sino que facilitaba abiertamente la extensión de intereses comerciales de aquel país en la parte latinoamericana del hemisferio. A la medida de que las circunstancias se desarrollaron cada vez más proestadounidenses, mientras que la desigualdad social no dejaba de ahondarse, Díaz empezó a perder su popularidad.

Para muchos intelectuales y antiporfirianos, se ha colmado la medida con la tolerancia de Díaz por los pasos recientes de los norteamericanos hacia el imperialismo, de los cuales el corolario de Roosevelt fue sólo uno. Otros acontecimientos políticos recientes exhibieron claramente los motivos expansionistas de los estadounidenses. El

(27)

27

anexionismo del país hegemónico, que empezó en los años ‘40 del siglo XIX con el robo de la mitad del territorio mexicano, fue reanudado con la intromisión en las tardías luchas por la independencia en Cuba y Puerto Rico a finales del siglo, y que terminó en la transformación de esos países en protectorados norteamericanos. Además, Hawái y las Filipinas fueron anexados, regiones militarmente estratégicas para la posición hegemónica de los Estados Unidos. Tercer ejemplo es la injerencia de Roosevelt en la separación de Panamá y Colombia, acelerando el proceso hacia la construcción del canal transoceánico, que convenía al comercio ‘gringo’.32

El éxito estadounidense de la política imperialista de Roosevelt tuvo como resultado una propagación de ideas de supremacía blanca en el terreno cultural y racial. Se hizo conocida la llamada ‘carga del hombre blanco’, que consistía en la responsabilidad de los blancos de civilizar a las gentes de ‘razas inferiores’, como los indígenas, los mestizos y los negros en América Latina.33 Eduardo Galeano escribe cómo el filibustero William

Walker a finales del siglo XIX ganó terreno guerreando en América Central con respaldo del gobierno estadounidense, y que, en sucesión a tales ganancias, los presidentes Roosevelt y su sucesor William H. Taft orgullosamente exclamaron ideas de la supremacía blanca.34

La visión norteamericana de un panamericanismo era muy diferente a la de Bolívar y Sucre; los Estados Unidos veían la unión americana como ideal estratégico para garantizar su propio liderazgo en el continente. Algunos latinoamericanos recibían el mensaje del supremacismo blanco como verdad, que llevó al desarrollo de un complejo de inferioridad, mientras que otros intentaban a hacer frente a este mensaje. Famosos por sus expresiones antiyanquis y antiimperialistas eran Rubén Darío en Nicaragua, José Martí en Cuba, que presentó un continente americano, ‘Nuestra América’, como concepto de unidad entre las poblaciones latinas, que excluía a los yanquis, y José Enrique Rodó con la publicación de su Ariel, que se discute más adelante en esta tesis. En la prolongación de sus ideas, se encuentra la tesis de José Vasconcelos.

32 Chasteen, op. cit., pp. 203-9. 33 Ibid., pp. 205-6.

(28)

28

3. LA FORMACIÓN FILOSÓFICA DE JOSÉ VASCONCELOS Y SU MANERA DE PENSAR. 3.1. EL ATENEO DE LA JUVENTUD.

En su adolescencia, Vasconcelos fue criado con el positivismo. La Escuela Nacional Preparatoria (ENP) a que asistía antes de entrar a sus estudios, fue creada por Gabino Barreda en 1868, que era un discípulo de Augusto Comte. La ENP era un órgano que utilizaba al positivismo como instrumento ideológico en la educación de la futura generación, con un enfoque unilateral en las doctrinas científicas. La intromisión de Justo Sierra en el programa de la ENP hizo restaurar el equilibrio entre las ciencias y las humanidades, que fue un primer paso hacia el movimiento antipositivista por parte de la nueva generación.35

Esta nueva generación contaba con algunos alumnos bien motivados y autodidácticos, que deseaban sobrepasar los límites del positivismo doctrinario. Uno de éstos fue Vasconcelos, que luego entró a la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Su sueño de llegar a ser filósofo empezó en esa época, pero la educación comtiana de cierta manera le obstruía el camino hacia una filosofía personal, libre de las convenciones positivistas. Para profundizarse en la filosofía y desarrollar sus cualidades de escritor, tenía que buscar otros canales, como revistas intelectuales. Junto con Vasconcelos, muchos estudiantes intelectuales publicaron en Savia Moderna, la Revista Moderna y la Revista

Moderna de México. Fue nuevamente Justo Sierra en buscar el equilibrio, esta vez entre

la didáctica del estado y la autodidáctica, cuando fundó la Secretaría de Instrucción Pública en 1905. Este órgano ha sido un plataforma utilizado por los futuros ateneístas para educarse en corrientes filosóficas universales. Es ahí donde Vasconcelos se familiariza con Platón, Kant, Nietzsche, Bergson, y muchos otros. Además, es ahí donde lee Ariel de Rodó, que da origen a la vocación latinoamericanista y antiimperialista de Vasconcelos.36/37

José Vasconcelos, en su adolescencia, creció intelectualmente bajo el marco del positivismo, pero pronto se rebelaría más vehemente que casi nadie. Fue uno de los adolescentes de la nueva generación que de modo creativo comenzaron una reacción antipositivista dentro de la armazón del Ateneo de la Juventud, que sobre todo se puso en contra del materialismo y del utilitarianismo que la doctrina positivista defiende. El Ateneo de la Juventud, que más tarde cambió su nombre a El Ateneo de México, fue, de

35 Rosado Zacarías, op. cit., pp. 4-5. 36 Ibid., pp. 6-7.

(29)

29

1909 a 1914, un plataforma vanguardista en que estudiantes elitarios, descontentos con la demoralización experimentada durante el Porfiriato, se reunieron con el fin de rejuvenecer la atmósfera intelectual, instalar una nueva filosofía de concienciación nacional como fundamento de la educación, y renovar y elevar los valores espirituales, culturales y morales.

La concienciación nacional fue una búsqueda por la propia identidad mexicana, la mexicanidad, que los miembros del Ateneo encontraron en su ambigüedad, esto es, entre lo europeo y lo autóctono, y entre lo criollo y lo mestizo, o bien, como describe Roberto Con Davis-Undiano (2000: 120-1): “They defined mexicanidad, or ‘Mexicanness,’ as a set of tensions between the ‘autocthonous cultures’ of Mexico and the European culture that came in the Conquest. Ateneo de México argued that after the Conquest a class of criollos (of Spanish origin) was controlling a nation of mestizos and fairly consistently had kept money, literacy, and political power to itself.” Con Davis-Undiano menciona Vasconcelos como actor decisivo en la búsqueda de la mexicanidad, porque dedica mucha atención al problema fundamental en ella, que es el mestizaje, ofreciendo soluciones en la forma de la necesidad de combatir la separación de razas y la fragmentación de la cultura latinoamericana. La totalidad de las ideas ateneístas acerca de la mexicanidad en muchos aspectos desafía el Porfiriato, por lo que la censura y los insultos eran frecuentes.

(30)

30

miembros del Ateneo se manifestarían como escritores y educadores importantes y refrescantes en años posteriores.

José Vasconcelos era uno de estos individuos exitosos de la generación del Ateneo. Para él, el levantamiento espiritual de la nación fue alcanzable con el catolicismo. La religión siempre ha tomado una posición central en la cultura mexicana, y hasta los líderes de las luchas por la independencia eran curas y sacerdotes, pero fue en la época del Porfiriato que la antirreligiosidad aumentó, pues a los positivistas les importaba más el razonamiento científico que la mística espiritual. Como reacción a la inversa, Vasconcelos inventó un concepto de vida místico en el cual el dogma católico del amor incondicional, de la emoción y de la sensibilidad estética era el factor primordial. Su idea de la ‘raza cósmica’ es una de las representaciones de este concepto.

La renovada atención a la religión en la filosofía antipositivista de Vasconcelos, que había sido inculcado con el catolicismo desde niño, fue una reacción diametralmente opuesta a la pérdida de los valores católicos durante el Porfiriato, pero al mismo tiempo que propugnaba el antipositivismo, le era díficil escapar completamente del paradigma doctrinario del positivismo. Grijalva & Grijalba (2004: 336) constatan que si bien es cierto que Vasconcelos se declara antipositivista, su ensayo sobre la ‘raza cósmica’ no está libre de afirmaciones positivistas, y que en él recurre frecuentemente al paradigma de las ciencias empíricas para fundar su argumentación. Dicho de otro modo, Vasconcelos había quedado atrapado con un pie en el positivismo, mientras con el otro marchaba hacia el antipositivismo. Expresó su discordia con el aparato oficial de modo intelectual, si bien vacilante, durante los años del Ateneo, y más bien de modo comprometido en términos políticos, en los años de la Revolución. Es innecesario repetir aquí la participación de Vasconcelos en la Revolución, puesto que ya está descrita en el capítulo anterior.

3.2. INSPIRACIÓN FILOSÓFICA.

(31)

31

Vasconcelos en toda su obra, destacan El monismo estético de 1917, Ética de 1931 y

Estética de 1935. Uno de sus últimas escrituras fue el libro Todología, mencionado en el

primer capítulo, en que se dejó influenciar por los pensamientos del filósofo neoplatón Plotino.

Aparte de su afición por los clásicos grecorromanos, Vasconcelos también se dejó inspirar por las filosofías del Oriente. En su artículo de 2007, Hernán G. H. Taboada analiza la presencia del Oriente y del mundo clásico en el pensamiento vasconceliano, enumerando las numerosas obras que había leído Vasconcelos y que aquí se repiten brevemente. Afirma que Vasconcelos sufrió cambios notables durante su vida, y que también sus pensamientos sobre el mundo clásico y el Oriente experimentaron cambios. A pesar de sus cambiantes ideas alrededor de las filosofías clásicas mundiales, Vasconcelos se distinguió de sus colegas ateneístas por haberse dejado inspirar por la estética y la moral de la India, al lado de los clásicos europeos. En 1920, publicó Estudios

Indostánicos (1920) en que la influencia oriental llegó a un máximo. Estas ideas le

incitaron medio decenio después a escribir su teoría de la ‘raza cósmica’.

Algunas de las ideas orientales que inspiraron Vasconcelos eran el yoga ---que brevemente practicó después de que su amor Adriana partió para Nueva York mientras él se había quedado en Perú---, el pacifismo hindú, el ascetismo, el vegetarianismo y las ideas políticas de Mahatma Gandhi. En lo que se concierne a la literatura oriental, se puede afirmar que Vasconcelos conocía las líricas del poeta Rabindranath Tagore, los épicos mitológicos y religiosos del Mahábharata y de la Bhagavad-guitá, y las historias de Turquía, Babilonia y Persia. Bien podría ser que su afición por la India fue el resultado de la admiración por Madero, quien también había leído los clásicos orientales. Tal como su ejemplo revolucionario y democrático, Vasconcelos participó en sesiones espiritistas y esotéricas: asistió a ritos masónicos y ocultistas y se dedicó a leer libros esotéricos, como algunos de los sobredichos.

(32)

32

las filosofías orientales. Toda la generación de Vasconcelos leía los clásicos griegos, hasta que algunos de los intelectuales mexicanos posrrevolucionarios sabían más de la Grecia que de la propia cultura e historia, pero el Oriente careció de un interés general. En cuanto a la propia historia, Vasconcelos se dejó seducir por la mitología romantizada.

Cuando Vasconcelos trabajaba para la Secretaría de Educación Pública, el Oriente, el mundo clásico y la mitología indígena estaban presentes en la arquitectura del edificio, pues el patio representaba el crisol de las cuatro culturas con estatuas de Buda, Platón, Las Casas y Quetzalcóatl. En menor grado que sobredichos intereses, Vasconcelos mostraba un interés por Japón, por el mundo árabe e incluso por los judíos, como está constatado por Taboada (2007: 114): “(...) durante su viaje a Sudamérica, el que sería antisemita desde los años treinta envió desde Buenos Aires (1922) un mensaje a la comunidad isrealita e hizo amistad con un periodista chileno judío.” Sólo en años posteriores se desilusionó de sus propias aseveraciones acerca del papel de los árabes y judíos en el proceso de mestizaje, criticando la plutocracia judía y la barbarie musulmana. Su aversión por esas razas le hace restringirse a su catolicismo materno, al espiritualismo y a la idea de la redención.

(33)

33

3.3. EL ARIELISMO.

Ariel fue publicada en 1900 por el uruguayo José Enrique Rodó, que ha dedicado su libro

‘a la juventud de América’, con el intento de despertar el interés por la propia cultura y la creencia en las propias capacidades en la próxima generación de jóvenes latinoamericanos. El escritor uruguayo retoma en Ariel los personajes de La Tempestad de William Shakespeare, adaptando los caracteres a la situación del continente americano: el duque Próspero, amo de Ariel y Calibán, que posee conocimiento y magia en Shakespeare, ahora es el sabio maestro en la versión de Rodó, pero cede su papel de protagonista simbólicamente a su alumno idealista y espiritualista de nombre Ariel, que es el espíritu del aire en Shakespeare. Calibán es el salvaje primitivo en la versión original, que en Rodó representa la torpeza, el utilitarismo, el pragmatismo y el materialismo del poderoso vecino del norte.

La aplicación de los personajes de la obra shakespiriana a la situación latinoamericana no es una invención de Rodó, sino más bien la inversión de una aplicación anterior de La Tempestad a Latinoamérica. Esta interpretación precursora es de carácter darwinista y espenceriana, y en favor de la raza blanca, puesto que el espíritu Ariel representa la mente lúcida del blanco, que produce la civilización, mientras que Calibán, anagrama de ‘caníbal’, encarna el salvajismo o la barbarie de los pueblos indígenas. Próspero es el colonizador que por su sabiduría y ardides sagaces es capaz de domar las fuerzas binarias representadas por Ariel y Calibán, por lo que la interpretación previa a Rodó es, aparte de darwinista, también colonialista. Ya había críticas prerodonianas a las interpretaciones de la antítesis Ariel-Calibán, por ejemplo en las obras del poeta nicaragüense Rubén Darío y en las escrituras del francoargentino Paul Groussac, que criticó la imagen ensalzada de la civilización estadounidense, hasta llamándola ‘calibanesca’, cuyas palabras palabras seguramente han inspirado a Rodó.38

El escritor uruguayo tenía bastantes motivos para invertir esta interpretación y asignarle a Ariel el papel de protagonista en Ameríca Latina. Expone en su prólogo (1900/67: 22) las cualidades de Ariel en la obra shakespiriana, con el cual hace claro su motivación de convertirlo en protagonista de su propio libro: “Ariel, genio del aire, representa, en el simbolismo de la obra de Shakespeare, la parte noble y alada del espíritu. Ariel es el imperio de la razón y el sentimiento sobre los bajos estímulos de la irracionalidad; es el entusiasmo generoso, el móvil alto y desinteresado en la acción, la

Referenties

GERELATEERDE DOCUMENTEN

de hecho las cuentan, en el caso del cine heroicamente, porque para hacer una película en un país de economía precaria hace falta ser muy obstinado y resistente.. Pero luego todo

Pero si tenía facilidad para las piruetas y los saltos, ¿a qué esperaba para centrarse en el patinaje artístico.. Poco a poco fue sintiéndose a gusto en los entrenamientos y

Ataca especialmente a las grandes empresas, como fabricantes de cloro y plástico PVC, petroleras y compañías eléctricas.. Además se opone al exagerado consumo de energía y a tirar

El niño vuelve a decir: yo tengo un medio mejor, ¿no me dices sin cesar, que comiendo golosinas, las muelas se me caerán?. Sí, claro, dice

Er wordt gekeken naar verbanden tussen het de mentorstijl van de slb’er, de student zijn perceptie van leren tijdens het portfoliogesprek, de verkregen feedback en de

De esta manera, conociendo simplemente los datos L, w ry f, será posible determinar el gasto aproximado que representa para el mercado laboral de cualquier sector

As a result, the legal classification of power-to-gas (facilities) has to be determined in the context of the existing legal definitions on (energy) storage, end-users,

Esta investigación tuvo como objetivo identificar las cuali- dades, motivaciones, limitaciones que poseen las mujeres emprendedoras de la zona 3 del Ecuador (Tungurahua,